A TENERIFE
AGOSTO 1° DE 1962
Hubo una vez, un escritor altivo
Que quiso hacer de su verdad un lema.
Buscando el bien de su solar nativo
Trazó unas líneas y escribió este tema:
“Tenerife, la tranquila y olvidada,
la de recia y feroz naturaleza,
siempre, siempre serás la bien amada
pues llevas en tu historia, la grandeza.”
Pasado mucho tiempo, llega ahora
Una fecha memorable que la ufana,
Vestida con sus galas de señora,
Será en la religión, la soberana.
Porque en su seno albergó orgullosa,
Un hijo santo de la noble España;
En esta fecha, se levanta
airosa
Con el soplo de gloria que la baña.
Cuna de hombres de raigambre clara
Que son orgullo de su patrio suelo
Para mi corazón es muy amada
Y todas sus grandezas, yo venero.
Porque en sus lares, levantose digna.
La familia a la cual yo pertenezco
Un poco de la gloria que la signa
Me llega en esta hora, que agradezco.
La gloria tarda pero siempre llega
Y alumbra con su luz y su
ventura
A aquel que, humilde y con paciencia, espera
El dulce premio que le dio natura.
Hoy, con el alma de placer henchida
Con mis besos de paz y de alegría
Me postro ante tu gloria, muy querida
Sintiendo que también tu gloria es mía.
Y para todos tus hijos con cariño
Un abrazo de hermana en esta fecha
Y en estos versos por demás sencillos
El placer de sentirme satisfecha.
RECORDAR
SEPTIEMBRE 1° DE 1962
(Dedicado a mi hermana Rita)
Recordar es llevar dentro, muy dentro
Las pasadas etapas de la vida;
Recordar es volver el pensamiento
A las emociones, ya sentidas.
Recordar es leer lo que sufrimos
Con la fuerza vital del pensamiento,
En el libro cerrado del destino
Que guarda lo mejor del sentimiento.
Recordar es vivir unos instantes,
Las dulces y pasadas aventuras.
Es la imagen de cosas palpitantes
Que duermen en la mente con ternura.
La mente, Hermana, que constante vaga
Recogiendo a su paso cuanto existe.
A veces, generosa, nos halaga
Y otras, nos recuerda cosas tristes.
Hoy, vuelvo a recordar aquellos tiempos
De angustia y de dolor, por estar lejos.
Los comparo, también con el momento,
Y, siento de cerca sus reflejos.
Luego, va pasando lentamente
Todo lo dulce y amargo de la vida
Y tenemos que vivir en el presente
Con aquello que la vida nos prodiga.
Sólo nos queda para ser felices
Vivir conformes y a Dios rogando:
Que no vuelvan, jamás los tiempos tristes,
Que en la lucha, nos conforte y esperando
Que todo pase y al final, hallemos
Que no vale la pena la amargura.
Que todo lo que angustia, lo dejemos
Que lo triste y amargo no perdura.
PENSANDO
DICIEMBRE 22 DE 1962
Nací para sufrir. Cada mañana,
Un nuevo desengaño, me despierta.
Pero dice un letrero en mi ventana:
“Al desengaño: Jamás abro la puerta.”
SONETO SIN E
JUNIO 1° DE 1963
Voy cantando hasta la mar,
A la sombra, a la llanura,
Al ocaso hasta natura,
Al mundo y al madrigal.
Voy cantando sin parar,
Cantos largos y con tino.
Voy por todos los caminos,
Todos pasan por el mar.
Voy buscando mi cariño,
A la sombra bajo un pino
Pongo luz al corazón.
Y cantando con amor,
Como un paria fugitivo,
Canto y canto a mi dolor.
EL GRAN DÍA
JUNIO 13 DE 1963
DÍA DEL CORPUS CRISTY
(A Víctor Hugo y Pedro Manuel
en su primera comunión)
Dios los proteja toda la vida
Con los encantos de este gran día.
Que a vuestra alma quede prendida
Toda su gracia con su alegría.
Jesús humilde baja dichoso
A vuestras almas dulces y buenas.
Que su gracia sea siempre gozo
Y sea vuestra vida siempre serena.
Yo los bendigo con toda el alma
Y llena de gozo pido a María:
Que siempre tengan dulce calma,
Que no se olviden de este gran día.
HIMNO DE LA ACCIÓN CATÓLICA
NOVIEMBRE 20 DE 1963
¿Adónde vas? ¿Adónde vas, alma fuerte?
Por tu senda de risco y abrojo
Nada pasa que pueda ofenderte,
Nada pierde valor a tus ojos.
Es la gracia de Dios que te anima
Es la fe que sostiene tus pasos;
Busca el bien y el bien te encamina
A encontrar de Jesús, el regazo.
Con Jesús, por Jesús hasta el cielo
Buscaremos el bien del hermano.
Eso, sólo será nuestro anhelo
Dios así nos tendrá de su mano.
AUSENCIA
DICIEMBRE 16 DE 1963
Dicen que la ausencia, causa olvido.
Es cierto cuando no hay sinceridad.
Pero, cuando se tiene el título de amigo,
La ausencia dignifica a la amistad.
A LA VIRGEN DE LA CANDELARIA
FEBRERO DE 1964
(A la Virgen de la Candelaria
en la Popa, Cartagena)
En los antiguos tiempo, había
Como una ley para la tierna madre
Presentar al hijo a los cuarenta días,
Al templo del Señor, sin ser más tarde.
Llevaban como ofrenda, un cordero,
Las gentes distinguidas y pudientes;
Y los que eran escasos de dinero,
Tórtolas y palomas de los montes.
También, llevaban al lugar del rito:
Una vela encendida como prenda.
Al cumplir todo cuanto estaba escrito
Nos quedaba esa llama como ofrenda.
María, por ser Madre Soberana,
No estaba obligada al cumplimiento;
Quiso, como siempre, ser muy humana
En todos los humanos sufrimientos.
Cumplida así la tradición humana
Quedó divinizada por Jesús
Y la cera, y la mesa con su llama
Iluminan al mundo con su luz.
Y al cerro de la Popa en Cartagena,
Nuestra Virgen Santísima ilumina;
Con sus rayos de su lumbre nazarena
Le trae de Dios, la protección divina.
Los siglos pasan y presente siempre
Está el rocoso murallón en pie;
La Virgen y su Hijo dignamente
Sostienen con su llama nuestra fe.
LA BIBLIOTECA DEL BOSQUE
MARZO DE 1964
( En el día de su inauguración)
El Bosque de Barranquilla
No es una selva con maleza;
Es un progreso que brilla,
Una cultura que empieza.
Es un barrio que hace poco
Comenzó a apoyar la gente.
Un entusiasmo loco
Que se ha hecho sobresaliente.
Con qué entusiasmo se mueven
Por el bien espiritual,
Los que su casa tienen,
En ese bosque ideal.
Bajo el mando de la iglesia,
Su biblioteca ha fundado
Y, en esta magna fecha,
Ven sus sueños realizados.
Instructivos y sencillos
Sus libros está ostentando.
Y, en esta ocasión con
brillo
Su grandeza está mostrando.
Para estas gentes sencillas
Que así revelan grandeza,
Se bendice en Barranquilla,
Su primera biblioteca.
Y mil y mil felicitaciones
A todo el barrio creyente,
En nombre de la parroquia
Y congregación de San Clemente.
YO QUISIERA
1964
Yo quisiera, Señor, estar contigo.
Tenerte entre mis brazos dulcemente.
Hablarte siempre, siempre como amigo,
Tocar tus llagas y besar tu frente.
Yo quisiera, Señor, ser como el ave
Que inocente te alaba en la mañana;
Quisiera que mi voz sea un trino suave
Que llegue a tu presencia soberana.
Yo quisiera ser como el arroyo
Que corre silencioso en la llanura
Diciendo en su correr que eras su apoyo,
Mostrando tu bondad, su linfa puso.
Yo quisiera, Señor, ser una lumbre
Para incendiar el mundo con mi amor.
Yo quisiera llegar hasta la cumbre
Con todos mis hermanos de tu cielo.
Quisiera ser el humo del incienso
Que a diario se levanta en los altares,
Para llevar a Ti, mi pensamiento
Inmenso como el agua de los mares.
Y siempre confundida con tus dones,
Con tu gracia, tu amor y tu alegría
Alcanzar de tu amor que me perdones
Y, saber que será tuya, el alma mía.
ABRAZO TIERNO
JUNIO 9 DE 1964
(A Manuel Alfonso en su primer año)
En la fecha feliz del primer año
Como a todos, te canto mi alegría.
Como Cristo abraza su rebaño
Yo te abrazo feliz en este día.
Tu sonrisa tan tierna y generosa
La recibe mi pecho con cariño
Tu existencia es tan dulce y tan hermosa
Que me siento entusiasmada como niño.
Pido al cielo que nunca un desengaño
Se acerque a las puertas de tu vida
Que crezcan tus ternuras con los años
Que para ti, mi existencia sea querida.
Que la dicha te regale sus encantos
La vida, su bondad y su riqueza;
Que todas las virtudes de los santos
Coronen con sus dones tu cabeza.
MAYITO HA MUERTO.
Al recibir, con estas palabras, la noticia de su muerte, se
encogió de pena, mi corazón. Supo apreciar lo necesario de la vida como
educadora de las juventudes que hoy, más que nunca, requieren de una dirección
firme y abnegada. Que hizo honor a la palabra: Maestra siguiendo las normas y
enseñanzas de Jesús, Divino Maestro.
Ha quedado huérfano el alumnado del Colegio del Prado. Orfandad
dolorosa porque María del Socorro Blanco Jiménez fue una maestra con corazón de
madre. La sublime misión de educadora honrada y pulcra, la colocó en el
pedestal de los elegidos del Señor.
Fui su amiga espiritualmente porque admiraba su labor y la
grandeza de su alma. No tuve la suerte de conocerla personalmente, sino ya, en
los días de su dolorosa enfermedad; y, al hablar brevemente con ella, palpé en
su rostro la aquilatada magnitud de su alma. Para testimoniarle cuanto sentí
siempre por ella, escribí estos versos el trece de diciembre. Los envié a sus
familiares, creo que ella no los conoció, tan mal estaba ya, pero hoy, en la
mansión de la visibilidad de lo real y lo sincero, sé, apreciará cuánto admiré su vida, la grandeza de su alma.
Para sus familiares, que lloran su pérdida irreparable van mis
deseos que el todopoderoso les dé la fortaleza con que ella supo, sufrir su
enfermedad, para soportar su ausencia. Para su alma, una oración ante Jesús
Sacramentado, rogándole le dé, pronto, el
premio que debe tenerle destinado
a sus virtudes.
Aquí están los versos que titulé:
COMO EL SÁNDALO
DICIEMBRE 13 DE 1964
(A Mayito Blanco Jiménez)
El sándalo al caer esparce aroma
Porque lleva el perfume entre su savia.
Y al caer, en sus ramas, las palomas
Se llenan del perfume que lo baña.
Como el sándalo, Mayito está en el lecho
Herida por un mal que la tortura;
Brotando como aroma de su pecho
El perfume de la fe con que se escuda.
Palomas perfumadas por su esencia
Son las almas que enseña y que dirige;
El perfume sutil de su existencia
Lleva su voz cuando su voz corrige.
Su alma noble y de amor henchida
Se agranda y sublimiza con la pena,
Los grandes sucesos de la vida,
Los acoge con gracia nazarena.
Porque el corazón que siente los latidos
Con su fe, los del divino corazón,
Va pasando la vida como ungido
De las gracias y los dones del Señor.
La vida pasa y las obras quedan
La historia cuenta de los grandes hechos
Sucumbe el cuerpo sin que nadie pueda
Negar al alma su fe y sus derechos.
Aquí tangible en plenitud serena
Están los hechos que son y que serán
Del alma grande que su vida entera
Es un dechado de bien y de bondad.
LOS DIEZ MANDAMIENTOS
JULIO 10 DE 1965
1.
AMAR A
DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS.
¿Por qué, Señor, los hombres no te aman?
¿Por qué no cumplen ya tu ley divina?
¿Por qué, en la caridad, ya no se inflaman
los corazones cumpliendo tu doctrina?
2.
NO JURAR
SU SANTO NOMBRE EN VANO.
¿Por qué los hombres que al jurar un día
sobre la Biblia cumplir con su deber,
se han llenado, más bien de felonía
y no quieren cumplir con vuestra ley?
3.
SANTIFICAR
LAS FIESTAS.
¿Por qué los hombres, en su afán terreno,
quisieran olvidar tus sentimientos,
sus corazones de codicia llenos
no quieren dedicarte un pensamiento?
4.
HONRAR A
PADRE Y MADRE.
¿Por qué, del corazón, en su ventura
los hijos callan de su amor la ley
de los padres, las caricias y ternura,
han tornado en dolor y mala fe?
5.
NO
MATAR.
¿Por qué los hombres con fiereza loca
se complacen en herirse y matar
y las dulces palabras de tu boca
las desdeñan sin miedo y sin piedad?
6.
NO
FORNICAR
¿Por qué la castidad y la pureza
son para el mundo entero motivo de desdén?
¿Por qué la corrupción y la impureza
arrastra a todos, cual si fuera bien?
7.
NO
HURTAR
¿Por qué se olvida el hombre, que en castigo,
impusiste el trabajo por su bien
y se convierte más bien en enemigo
quitándole a su prójimo lo que es de él?
8.
NO
LEVANTAR FALSO TESTIMONIO NI MENTIR.
¿Por qué se ultraja y se arrebata infame
del prójimo, el honor con osadía?
¿Por qué permites que su maldad derrame
la lengua impura con su palabra impía?
9.
NO
DESEAR LA MUJER DEL PRÓJIMO.
¿Por qué sediento el corazón del hombre
de males, de castigos, de tu pena,
se empeña necio en provocar desorden,
buscando aleve a la mujer ajena?
10.
NO
CODICIAR LOS BIENES AJENOS.
¿Por qué si la fortuna no es pareja
no se conforma el hombre con tener
la paz en la obediencia que nos deja,
cumplir tus mandamientos por deber?
Los hombres incautos y atrevidos
Quieren luchar alejados de tu ley,
Buscando su dolor y tu castigo
Alejados de tu iglesia y de tu grey.
Hasta cuando, Señor, será olvidada
La orden que fijaste en tus preceptos,
Por la pobre humanidad que descarriada
Busca en su afán, su ruina y su tormento.
Apiádate, Señor, no nos olvides
En esta lucha que sucumbe el alma
Te pedimos, Señor, nos ilumines
Nos des la redención, nos des la calma.
LA PATRIA
AGOSTO 23 DE 1965
¿Qué es la Patria? Señores: ¿Que es la Patria?
Un puñado de amor y de desvelos;
Una tierra para todos siempre grata
La bandera y el honor de nuestro suelo.
¿Qué es, señores, el honor? ¿Qué es el honor?
Es tener la cabeza siempre erguida
Es llevar en nuestros pechos el vigor
De las grandes proezas de la vida.
La Patria forma del amor los lazos
Conque se atan los seres y las cosas
Que hace de un millón, un solo brazo
Para hacerla grande y muy hermosa.
La Patria encierra de la tierra, un punto,
Donde se nace y habla un mismo idioma.
La Patria es de los seres, un conjunto
De bienes que la vida selecciona.
En esa selección, hay muchas ramas.
Todas trabajan por su mismo bien:
El rico y el pobre, el de la fama
Lucharon y murieron por su ley.
¿Cómo nació la Patria colombiana?
Con amor, sufrimientos y dolores
Los hombres de esta tierra soberana
Prefirieron al yugo, los horrores.
Y al cesar de aquella horrible noche
Que tantas vidas inmoló en la lucha
Surgió la liberta en un
derroche
De abnegación y esperanzas muchas.
Bolívar dice unión en su proclama,
La Pola, sacrificio en su martirio,
Muchos otros incendiaron con la llama
De amor y de virtud en su delirio.
¡Oh, Colombia! Tus hijos se olvidaron
que sólo en el honor, está la gloria.
Ya todas tus grandezas caducaron.
Hoy, da horror registrar tu historia.
¿Qué es, señores, el honor? ¿Qué es el honor?
Es tener la cabeza siempre erguida
Es llevar en nuestros pechos el vigor
De las grandes proezas de la vida.
¿Dónde están los hombres que sin odio ni rencor
se pongan a la cabeza en la campaña?
¿Dónde los héroes que luchen por su amor
para no permitir lo que la daña?
¿Dónde está la mujer que con su fe derrama
el amor, la bondad, el sacrificio,
la llama del deber en que se inflama
el ser que sacrifique el beneficio?
Si no pensamos en el bien de todos,
Si todos quieren imponer su antojo
Caerá nuestra Patria, al fin, al lodo.
Por tu Dios, colombiano, ¡Abre los ojos!
Se me hincha el pecho de dolor al verte
Por tus hijos, maltrecha y ultrajada.
Yo quisiera poner sobre tu frente
Un sello que detenga la parada.
Es, esto Patria, lo que puedo darte
Y el grito amante de mi pobre pecho:
Una oración a Dios para ofrendarte
En aras de la paz y tus derechos.
¡Señor! Tú que puedes ver los corazones
al influjo piadoso de tu mano,
has que cesen del odio, los furores
que volvamos a vernos como hermanos.
EL PALOMAR
SEPTIEMBRE 8 DE 1965
SONETO
(Dedicado al Reverendo Padre Luis E.
Tamayo)
En el blanco palomar donde veías
El fruto santo de tu gran desvelo
Como rosas regadas por el cielo
Florecen tus jardines todavía.
Y el eco suave de tu voz potente
Resuena clara cual la luz del día,
En las almas, están vivas todavía
Las enseñanzas claras de tu mente.
Y es que el cielo para dar consuelo
Y animarnos también de aquel desmán
Que dejara tu ausencia en este suelo.
Como rayos de sol, en claro día,
Puso como reemplazo del buen Tamayo
Celoso como tú, al padre García.
DULCE ALEGRÍA
JULIO 16 DE 1965
(A Orlandito en su primera comunión)
Jesús llega a tu pecho dulcemente.
Nada oscuro entorpece su camino.
Hay rayos de luz sobre tu frente
Diciendo que a tu alma, Jesús vino.
Hermosa realidad, dulce alegría.
En tu pecho, Jesús, con su ternura
Que sea eterna la dicha de este día
Que endulce tu camino, su dulzura.
Que siempre tengas firme en la conciencia
El deber de ser bueno y ser honrado
Y nunca faltará de tu existencia
Jesús con su bondad y con su amparo.
Que nunca en las borrascas de la vida
Sucumba la fe que tienes, este día
Que con lazos de amor sea siempre mía
Tu existencia con Jesús y con María.
JESÚS LLEGA
AGOSTO 23 DE 1965
(A Judith en su primera comunión)
Jesús llega a tu alma, dulcemente.
Bendice tu candor y tu humildad.
Un ósculo de amor pone en tu frente
Sellando para siempre una amistad.
Jesús nos llama a todos cuando niños,
En esta, la primera comunión
Nos abre con su celo y sus cariños,
Las puertas de su amor y su perdón.
El mundo guarda para el alma pena.
El vicio eclipsa con su horror, el bien.
Jesús con su contacto, te hace buena
Para Jesús son delicias tu querer.
Abre tu pecho y para siempre anida
La dulce llama del amor divino;
Y nunca por el mal serás vencida
Él sembrará de rosas, tu camino.
Y yo como otros muchos en este día
Al ver tu frente coronada y pura
Temblando de emoción y de alegría
Te beso con placer y con ternura.
EL MAESTRO
MAYO 1° DE 1966
Cuando Jesús por montes y collados
Levantaba su voz con dulcedumbre
A medida que pasaba a su lado
Iba aumentando más la muchedumbre.
Aquella voz que con placer sonaba
Llena iba de dolor y de tormento;
Y las gentes complacidas la escuchaban
Diciéndole a su paso: ¡Ahí va el Maestro!
Maestro de la paz, de la bonanza,
Maestro del amor, del sacrificio,
Maestro de la fe y de la esperanza
Con todas las ternuras de su oficio.
Por eso, al daros la palabra cumbre
Los que habéis abrazado con empeño,
El oficio sagrado de ser lumbre
De es noble misión, os hacéis dueño.
Porque aquí, lo mejor de nuestra vida
Dejáis prendida en nuestras pobres mentes
Llevando el sacrificio por égida
Cosechando dolor serenamente.
Y tú, maestro de la mente humana,
Que sembráis la cultura en
nuestro ser,
Por justicia y derecho en ti se hermanan
La lucha, la paciencia y el deber.
¡Salve, Maestro, para siempre salve!
Que Dios bendice tu labor hermosa
Sigue tranquilo sin hacer alarde
Que a ti, te basta una hurra, generosa.
DESENCANTO
MAYO DE 1966
SONETO
Yo sembré una semilla en tierra ajena,
La cultivaba con ansias como a un niño
Y aumentaba por ella, mi cariño
Al verla germinar lozana y buena.
Puse en ella mi amor y mi ternura
Esperando sus frutos con anhelo
Y llegó para mal y desconsuelo,
La cizaña que mata la ventura.
Y así quedé con mi querer marchito
Esperando otra vez nuevas auroras
Que fertilicen de mi amor, su lozanía.
El premio de mi afán en lo infinito
Por siempre esperaré todas las horas,
Esperando estaré todos los días.
LA BANDERA(2)
MAYO DE 1966
La bandera es un conjunto
De armonía y de colores
Nos enlaza a todos juntos
Con sus luchas y sus amores.
Como Córdoba y Nariño,
Como Sucre y Santander
Con el mismo e igual cariño
La saluda mi querer.
JESÚS Y TU ALMA
OCTUBRE 11 DE 1966
(A Luz Marina en su primera comunión)
Jesús llamó a tu alma dulcemente
Para darte su gracia y su ternura,
Tu alma lo recibe tiernamente.
¡Qué momento de paz y de ventura!
Tu alma que siente con fervor ingenuo
La dulce llama del amor divino,
Hará que siempre cariñoso y tierno
No se aleje jamás de tu camino.
Este ha de ser el ideal sublime
Que lleva tu alma siempre por la vida.
Jesús que exalta, perdona y redime
No permita a tu alma, una caída.
MI MADRE VIEJA
MAYO 8 DE 1966
La que en sus brazos con gran cariño,
Muy tiernecitos nos arrulló,
La que velaba el sueño de niño,
La que lloraba con nuestro dolor.
La que cuidaba con dulce empeño
Todas las cosas de nuestro ser
La que al decirle: Mamá, te quiero.
Era dichosa por su querer.
La que contaba las tristes horas
Que lejos de ella pasaba yo,
La que rendida muchas auroras
La vieron triste por mi dolor.
La que era todo cariño y mimo
Al disculparnos por un desliz,
La que temblaba por el destino
Porque su hijo no era feliz.
La que al quedarse sola en el mundo
Sin el esposo, que se murió;
Sola llevando un dolor profundo
También por el hijo que se alejó.
Así, tranquila, sufre y resiste
Con la experiencia que da la vida
Y para ella ya sólo existe
Triste cansancio, ilusión perdida.
Y en recompensa de sus dolores
Vienen los hijos, vienen los nietos;
Sus ojos fijos sólo en el cielo
Busca el refugio de sus derechos.
Ya ella no piensa en aquel mañana
Que tantas noches robó a su vida;
Ya ella encerrada, triste y anciana
Nada la arredra, no se intimida.
Luego el cariño y las ternuras
De aquellos hijos que tanto amó,
Vuelven los gozos y las dulzuras
De aquella vida que se acabó.
Porque los años van destruyendo
Todas las fuerzas de aquel vivir;
Se mira triste, va decayendo
Nos ve dejando dulce sufrir.
Y su figura, débil, marchita
Con tristes ojos para mirar
Nos traen recuerdos de aquellas cuitas
De las ternuras de nuestro hogar.
Dulce tesoro que Dios nos diera
Para consuelo del corazón;
Así consciente como consuela
Las tristes ansias de nuestro amor.
Y en esta fecha que trae recuerdos
Dulces y amargos de aquel ayer,
Para mi alma serán eternos
Los tristes goces de su vejez.
SEMBLANZA
AGOSTO 12 DE 1966
(Para Vilma Acosta en su cumpleaños)
Una completa invalidez externa
Se ve en tu rostro de genial violeta
Y un sentido especial de vida eterna
Hay en tus gestos de claridad perfecta.
Cuánto admiro tu fe dulce y sencilla
Como el suave corres de un arroyuelo
Como las plantas que crecen en la orilla
Como si fuera resplandor de un cielo.
Tu vida que parece solitaria
Porque carece del vigor mundano;
Es muy grande y muy útil, porque entraña
La grandeza de Dios y de su arcano.
En ti, se encarna la inocente niña
Y la dúctil mujer con su ternura
La suave juventud de una campiña
Lo grande y celestial de la amargura.
Porque eres niña y llevas escondida
Tu gracia y tu virtud tranquilamente;
Eres mujer porque tu pecho anida
El martirio y dolor, tan dulcemente
Dios, para los seres como tú, escogidos
Para ser en la tierra sus reflejos
Pone en sus almas, su bondad de amigo;
Pone en sus pechos de su amor, destellos.
Por eso, a ti, para traer consuelo
Al alma de tu madre dolorida
Puso en tu alma, resplandor del cielo;
Puso en tu pecho, corazón de amiga.
Hoy, que cumples un nuevo año de existencia
Mi corazón sólo pide para ti:
Que Dios derrame toda su clemencia
Y que en esta vida y la otra seas feliz.
HIMNO A SAN PABLO
OCTUBRE DE 1966
¡Salve,
Pablo Santo!
Vaso elegido de fe y caridad
Cubre, con tu manto nuestro pueblo
Y danos humildad.
Tú eres del cielo, la más clara estrella
Ilumina nuestras almas con tu luz tan bella
Para que este pueblo con tus esplendores
Vea de Dios, los grandes favores.
¡Salve,
Pablo Santo!
Ciego en un instante por la luz divina
Tu alma grande y fuerte pronto, se encamina.
A incendiar las almas con tu luz potente
Que nuestro pueblo te ame reverente.
¡Salve,
Pablo Santo!
BODAS DE PLATA
DEL PADRE MARCOS
NOVIEMBRE 30 DE 1966
ACRÓSTICO
Mirando el adelanto de la iglesia
A la marcha triunfal de acción católica
Recogimos con amor y con vehemencia
Con el honor beatífico que toca
Orlar las sienes de quien es la nota
Saludable y feliz de su existencia.
Dios que ilumina el corazón del hombre
Y dirige los delirios de su grey
Alumbró con su luz, al que en su nombre
Zafara la barca que nos lleva al rey.
Luz que en su rayo nos incendia el pecho
Oración que nos lleva hacia el creador,
Palabra que revive nuestro anhelo,
Escudo que resguarda nuestro amor
Zarzal que de la frisa está al acecho.
Son estos dones que el Señor pusiera
Al Padre Marcos en su alma recia
Cuando habla, cuando canta, cuando reza
Él a la cabeza de un ejército
Reunidos, agrupados con cariño
De hombres y mujeres que con tacto
Obtienen de la fe, sus beneficios.
Tendremos paz y bienestar, consuelo
Esfuerzo y caridad del Padre Marcos.
PRIMER DÍA DE CLASE DE AMALITA
ABRIL 20 DE 1966
Para la escuela, llegó Amalita
Con su maletín contenta y alegre.
¡A nuestra casita! Mamá la molesta
Con su rintintín, ya está temeraria.
Por eso llorando, la pobre Amalita
Decía: Yo quiero ir a ver a mamá.
Y para contentarla yo le traía:
El lápiz, el libro y otras cositas.
Será para ella un día inolvidable
Mezclado con gozo y llanto a la par;
Ese día es de gozo porque es agradable
Con lápiz y cuaderno a la escuela, jugar.
Y para contentar a la buena Amalita
Haces estos versos con mimo ofrecí,
Para que cuando crezca y sea mujercita
Con mucho cariño se acuerde de mí.
Un pensamiento salido de una gran
inteligencia, ampliado por las sabias palabras de un sacerdote, me dieron la
idea para escribir a la Madre de Dios.
OASIS
MAYO 31 DE 1967
(Dedicado al Padre Víctor
Tamayo)
Un ¡Oh! de espanto por la
frase aquella:
“¡Tendrás un hijo en tus
entrañas puras!”
Que de la boca del ángel
como estrellas
La irradiara con toda su
hermosura.
Un ¡Oh! salido de los
labios tiernos,
Labios de niña candorosa y
pura
Hicieron retumbar en los
infiernos
Al verla llena de sin par
ventura.
El ángel, al ver en su
rubor de diosa,
La dulce llama del amor
divino,
Rebuscó otras palabras más
hermosas:
“ ¡El Espíritu de Dios
hasta ti, vino!”
Un ¡Oh! de alivio colora las mejillas
Que habían palidecido de
espanto,
De la Virgen más pura y sin
mancilla
Y de sus ojos rodó copioso
llanto.
El llanto puro de la madre
santa
La dulce entrega del amor
al hijo
El llanto que quebraba su
garganta
Inocente y feliz que Dios
bendijo.
Un ¡Sí! Gozoso de sus puros
labios
Llenó de dicha el corazón
de Dios
Y, desde ese instante se
abrieron los sagrarios
Para quedar encerrado en
él, el Salvador.
Madre y hermana de las
almas todas
Luz, esperanza y caridad
del mundo
En la noche del pecado,
ella es aurora
Por sus hijos, su amor es
muy profundo.
Por eso, en los desiertos
de la vida
Cuanto sentimos, encubierto
casi
o llevamos sangrando una
herida
Encontramos en ella, un
oasis.
SEÑOR: ¿POR QUÉ?
JULIO DE 1967
Desde muy niña, yo te
adoraba.
Y hasta en mis ojos, yo te
busqué.
Pensando siempre que me
mirabas.
¿Por qué esta angustia?
Señor: ¿Por qué?
Mis ilusiones sanas y puras
Bajo tu signo de amor
canté.
Al convertirse en
amarguras,
Te preguntaba: “Señor: ¿Por
qué?”
Cuando la suerte robó a mi
vida
La dulce dicha que yo soñé.
Llevé en mi alma siempre
una herida
Y te preguntaba: “Señor:
¿Por qué?”
Las amarguras, desilusiones
Siempre en mis cuitas a Ti,
conté.
Entrelazadas con mis
canciones
Te iba diciendo: “Señor:
¿Por qué?”
Tuve de niña muchos anhelos
Creí alcanzarlos cuando me
casé.
Y como gotas caían del
cielo
Las decepciones: “Señor:
¿Por qué?”
Unas tras otras iban
muriendo
Mis esperanzas, por fin
dudé.
Muchos dolores iban
sintiendo
Mi cuerpo y mi alma.
“Señor: ¿Por qué?”
Unas tras otras iban muriendo
Mis esperanzas, por fin, dudé.
Muchos dolores iban sintiendo
Mi cuerpo y mi alma. “Señor: ¿Por qué?”
Puse, de nuevo, en Ti, mi
confianza.
Por mí y por otros a Ti,
clamé.
Sólo alcanzaba desesperanza
Y siempre gritaba: “Señor:
¿Por qué?”
Y sin embargo, daba
consuelo.
Y por otros, me sacrifiqué.
Ser siempre tuya, era mi
anhelo
Y vivo sufriendo. “Señor:
¿Por qué?”
No he conseguido en este
mundo
Todo lo grande que yo
pensé.
Siento en mi alma un dolor
profundo
Por mis tristezas. “Señor:
¿Por qué?”
Y la respuesta, la conseguí
Ante el sagrario cuando
lloré.
Todas mis penas las conté a
Ti
Y quedé tranquila. “Señor:
¿Por qué?”
Una por una miré tus llagas
Y en ese instante, cuánto
te amé.
Como el incendio, el agua
apaga
Quedé serena. “Señor: ¿Por
qué?”
Tú me dijiste: “Tu cruz es
dicha,
Bésala siempre y la besé.
Algo me dice que tú me
escuchas
Y sigo diciendo: “Señor:
¿Por qué?”
A veces pienso, que poca
cosa
Soy en la vida para que Tú
Esa esperanza que es tan
hermosa
A mí me la brindes. “Señor:
¿Por qué?”
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