martes, 20 de septiembre de 2011

Tu carta 1

Así lo leí:
Cubro tu curiosidad de palabras
Mariposa ignorante del cristal que separa
El jardín no es igual a la sala
Donde suelo tocar la vieja guitarra.
Crees discernir lo desconocido
Porque logras verlo por un segundo,
Pero no sabes que solo has intuido
La realidad es un mundo vagabundo.
El cristal que miras es tan transparente
Parece no existir, pero duele
Y yo, zumbido cósmico, mientras tanto
Energía aparentemente inmóvil
Rayo de luz, voy el universo cruzando.
Tan antiguo que puedo ser gato
Ser hombre o simplemente ingrato
Sin que percibas diferencia alguna
Mariposa que ignoras el cristal
Que separa tu realidad de la mía
Quemante, tan apacible y fría
Que parece que es inofensiva
Tajo el mundo sin dolor
mundo que no logras ver
abrazas el arcoíris ignorante
que se desvanece entre tus alas
porque desconoces que el color
se siente no se atrapa.
Y tú… no eres un color
Te asemejas a una fruta roja y brillante
Y pretendes que la mire, que le hable
Más los sabores son para disfrutarlos.
Prefiero ignorarte mariposa inocente
Romper tus esquemas es cosa demente
Romper tu cristal, es cosa sensata?
Acabar lo único que de la verdad te separa
Mariposa atrapada en un mundo invisible
Tenazmente sujeta de tentáculos fuertes
De un dios demente y loco
Que es lepra en la conciencia
Sin terminar de matar ni dejar en libertad
Escuchas su zumbido desde tu cristal
Y tu cabecita dice Eso es todo!
Porque no has llegado siquiera a tocar
El transparente cristal que te separa de mi

Así me lo escribiste:
Me he decidido a escribirte más por tu curiosidad que otra cosa. Porque pareces una mariposa que no sabe que un cristal es lo que la separa de una certeza que no es suya Tratas de discernir un mundo que desconoces completamente simplemente porque logras verlo pero no lo intuyes en realidad. El cristal que te separa de mi es tan transparente que parece que no existiera. Y mientras tanto yo soy un zumbido de energía cósmica aparentemente inmóvil como mil años luz, tan antiguo que puede tomar una forma humana o animal sin que se note la diferencia.

Y tú, como una mariposa que no sabe que un cristal la separa de una certeza que es la mía, quemante, tan apacible que parece inofensiva, tajo al mundo sin dolor, un mundo que no logras verlo y parece cierto como un arcoíris que abrazas y se desvanece porque los colores son para sentirlos no para poseerlos. Pero tú no eres un color, asemejas una fruta roja y brillante y tú pretendes que la mire y que le hable. Pero los sabores no son solo para sentirlos sino para poseerlos. Prefiero ignorarte que romper tus esquemas y romper el cristal que es lo que me separa de una certeza. Una mariposa atrapada en un mundo invisible y tenaz como tentáculos poderosos de algún dios falso que cayó en las conciencias como una lepra. Sin terminar de matar ni dejar en libertad. Escuchas el zumbido desde tu cristal y crees que eso es todo, porque ignoras que hay un cristal tan transparente que parece que no existiera.

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