sábado, 12 de abril de 2014

la esposa comprada II

Violet sintió que algo le hacía cosquillas acariciando su espalda desnuda y deslizando la sábana que la cubría muy suavemente descubriendo su trasero desnudo y finalmente sus piernas. Al principio pensó que era un sueño pero luego sintió la brisa fría de la mañana y los escalofrios de deseo que le produjo la mano que se fue deslizando entre sus piernas hacia el lugar de su feminidad.

Entonces dio un salto y exclamó un Cielos!! Asombrada de haber dormido desnuda y de que el sol brillara tan fuerte al otro lado de la ventana. Y se cubrió con una sábana.
- Es muy tarde para eso. - Le dijo Vincent sonriendo. Violet parpadeó sin recordar con claridad por qué había terminado en la cama con Vincent. Y la champaña podía tener mucho que ver!!
- Esto no debió suceder...- Le dijo ella. Retrocediendo al comportamiento habitual de ella de mantenerlo al margen porque no hacía más que una semana de cuando le había conocido. Vincent se arrodilló en la cama.
- Somos marido y mujer... podemos hacerlo. Te comprometiste a tener un hijo conmigo... - Le dijo él divertido por la confusión en la que despertaba Violet . - y yo estoy haciendo mi tarea lo mejor posible deseando de todo corazón que ya tengas sembrado un hijo mío en tu vientre que te impida huir de mi.
- Cállate... no puedo pensar contigo diciendo esas cosas...- Ni con sus enormes ojos azules mirándola con deseo. Agregó mentalmente Violet mientras trataba de buscar razones para demostrar que hacer el amor era un error.
- Oh... vamos... qué importa si tuvimos dos dias de noviazgo o cinco minutos...- Le dijo él sin hacer caso de sus razonamientos. Y de un rapazó le quitó la sábana con la que se cubría, lanzándola lejos de ellos. - Eres mi esposa para el público y no vas a serlo delante mío?
Violet no pudo evitar que él la tumbara sobre la cama y le cubriera con su cuerpo. Violet se derritió de placer. Cómo decir que no cuando le miraba de aquella manera apasionada y lujuriosa?
- Aclaro... eres mi mujer delante - Le dijo besándola en la frente - debajo - dijo moviéndose sensualmente -  Arriba o dónde quiera que te parezca amarme...
Después de hacer el amor, se ducharon juntos y Vincent le permitió vestirse para que fuera a la prueba del vestido de novia. El salió de la habitación pues se vistió más rápido que ella. Violet salió de la habitación cuando Vincent hablaba por celular al parecer con su madre. Violet se sentó en un sofá pensando que él daría vuelta y se uniría con ella allí. Pero Vincent hablaba en el balcón como queriendo impedir que ella le escuchara.
- Mamá... es mi mujer y voy a dormir con ella te guste o no. - Dijo divertido Vincent ante el recato y el pudor que Maria Luisa le exigía con Violet cuando jamás se había ´preocupado por ninguna de sus relaciones.
Violet frunció el ceño. Maria Luisa no estaba de acuerdo en que vivieran juntos antes de su ceremonia religiosa. Vincent era un hombre acostumbrado a dirigir su vida, especialmente la intima y no iba a permitir que su madre le dictara normas que jamás había seguido. Y sin embargo, Violet no dejaba de sentirse incómoda por tal situación. Ella era una extraña que acababa de llegar a su vida, que se convirtió en su esposa y en su amante en menos de una semana. Por qué Vincent la defendía enfrentándose incluso ante su madre?
- No, mamá... No me pases a papá...- Rogó Vincent pero al parecer su madre no le hizo caso. Violet lo escuchó saludar a Nicolas. - Quieres por favor quitarme a mamá de encima. No voy a dormir en casa, Violet y yo somos marido y mujer y nos encanta estar juntos. Cielos! No deseabas verme casado y organizado con una mujer? Qué tiene de malo Violet si tú mismo la escogiste? Entonces... déjenme en paz.
Violet se levantó del sofá y trató con todo sigilo de escapar hacia la cocina sin que Vincent la notara. No era bueno escuchar conversaciones ajenas menos las que hablaban de uno mismo. Aún así escuchó a Vincent decir:
- Ya sé que se preocupa por Violet y por su imagen pública... Crees que yo no? Pero los periodistas no van a tomar esta circunstancia para atacarla. Te lo puedo asegurar. - Le dijo él a su padre. Violet salía de la sala cuando Vincent agregó. - Soy el más interesado en protegerla. Violet es el mejor regalo que me has dado, me llena, me hace sentir grande, hombre, feliz y mueve todos los sentimientos que habitan en mi corazón.
Violet entró en la cocina y se sirvió el desayuno. En algún lugar de la casa debía estar Caroline. Se había refugiado aqui para no seguir escuchando lo que Vincent no le estaba diciendo a ella sino a su padre. Suspiró mientras comía un panecillo más de los que Caroline les había dejado en un canasto sobre la mesa. Y si Vincent le dijera todo eso, podría ella ser capaz de decirle que lo amaba? Acaso estaba segura de amarlo? Se preguntó a si misma.
 Vincent la encontró en la cocina. Violet vió en sus ojos la pregunta silenciosa de si había escuchado su conversación telefónica. Violet se obligó a sonreir con inocencia como si su cerebro no estuviera partiéndose en dos con lo que había oido.
- Saludaste ya a la mujer?  - Preguntó Violet tratando de evadir el tema. Vincent sonrió sin convencerse del todo.
- Lo hice en la cama... No es suficiente el buenos días que te di? - Bromeó él refiriéndose al sexo que tuvieron al despertar. Se acercó a ella y la besó en los labios saboreando su dulzura. - no me tientes... debo desayunar e irme a la oficina o no tendremos tiempo juntos antes de la boda.
Se sentó junto a ella en la mesa y se comió una tostada a la que ella le había untado mantequilla. Violet le sirvió café.
- Mi mamá llamó. - Le dijo Vincent como si fuera cualquier cosa lo que dijera. Violet se sonrojó.
- No me menciones a Nicolas... Me voy a morir de verguenza cuando lo vea. Qué puede pensar de una mujer que en menos de tres días de conocerlo se acuesta con un hombre. - Vincent la miró a los ojos.
- Te averguenzas de haber estado conmigo? - Le preguntó él Violet suspiró
- No sé explicarlo... no me averguenza no me arrepiento pero no puedo dejar de pensar que él me escogió por ser una persona responsable, seria, decente. - Le dijo Violet. Vincent continuó comiendo mientras la escuchaba
- Eso quiere decir que no te acostarás conmigo hasta después de casarte conmigo el sábado? - Preguntó él. Violet se levantó y se sentó en las piernas de Vincent tomándolo por sorpresa.
- Estaba dispuesta a hacerlo cuando acepté casarme... pero...- Le dijo besándolo en la barba hacia el oido. -   desde que llegué aqui no has hecho algo más que convencerme de hacerte caso.
Vincent llenó con  su risa el silencio de la cocina. Violet acarició con sus pulgares los labios entre abiertos de Vincent.
- Yo ... no tuve una hermosa relación con la persona con quien tuve la primera vez...- Le confesó Violet mientras dejaba que Vincent le acomodara a horcajas sobre su vientre. - y desde ese hombre hasta que tú apareciste no ha habido nada. Yo soy practicamente virgen a los 24 años... Entiendes?
- Debes callarte si vas a detener esto... Eso sólo me hace desearte más...- Le dijo él subiendo la falda del vestido que Violet llevaba puesto.
- Me apena que tus padres no vean la diferencia pero... no soy una de tus mujeres...  no tengo ese mundo recorrido por ellas y detenerte es casi que imposible para mi. - Le confesó ella moviéndose sensualmente sobre sus caderas.
- Y no lo eres... no eres una mujer más... eres mi esposa...- Le dijo él antes de atrapar la boca de Violet. Caroline apareció en ese momento haciendo saltar a la chica
- Me alegra que recuerden eso...- Les dijo riendo. - Dejen esas cosas para después y desayunen. Ya viene Maria Luisa por Violet para llevarla a la prueba del vestido y  tu celular suena como loco en la sala.
Violet arregló su vestido y se fue a su lugar. Vincent reía con las ocurrencias de Caroline.
- Créeme, hija...- Le dijo Caroline a Violet entregándole un vaso de jugo. - Si se va a casar contigo... Tienes que haber desbaratado todos sus argumentos en contra de la fidelidad, la monogamia y el matrimonio.
Vincent sonrió y Violet lo miró con curiosidad. Caroline tomó unos elementos de aseo y salió de la cocina
- Alguna vez me preguntó si volvería a casarme... Ya conoces mi historia con Esther... -  Le dijo Vincent. Esa historia de su primer matrimonio frustrado estaba en la carpeta de información que Nicolás le dio a Violet para aprenderse. - Yo le dije que lo haría con la mujer que rompiera todos mis argumentos.
- Y yo de verdad los rompí? - Preguntó ella. Vincent sonrió con un aire nostálgico.
- Sólo el tiempo dirá si eres capaz de amarme con el paso de los años más allá de resistir la tentación de marcharte con otro hombre. - Le dijo él. Violet alejó su plato vacio y se alejó de la mesa.
- Eso es lo que estarás esperando de mi todo este tiempo? Qué me enamore de alguien y me marche? - Preguntó ella. Vincent suspiró, movió la cabeza dando un giro para masajear su cuello y la miró.
- Digamos que si. - aceptó después de unos segundos de silencio. Violet sonrió.
- Lo mismo voy a estar esperando yo...- Le dijo sorprendiéndolo. - Acaso no puedes enamorarte en el camino y dejarme por otra? -  Vincent se inclinó hacia ella y tomó la mano donde llevaba el anillo de compromiso.
- Eres la mujer más cercana a enamorarme de las que he conocido en mi vida. - Le dijo él. Ella sonrió con un poco de tristeza. Eran las otras mujeres de las que no hablaba las que le preocupaban.
- Qué tan cercana? - Preguntó ella - Y está el hecho de que tu papá fue quien me escogió.
- Yo podía haberle dicho que no cuando te conocí. - Le dijo él colocando dos dedos sobre los labios de ella. Vincent la hizo levantarse y la abrazó. Violet podía sentir la fuerza con la que latía el corazón de él. Contuvo el aliento. No podía creer que estuviera allí recibiendo apoyo de un hombre que apenas si conocía. Sonrió… bueno en tiempo porque cómo conocía ese cuerpo, le pasó las manos por la espalda y reconocería ese olor de su piel donde quiera que fuera. Y suspiró.
-         - Debo irme. Esa debe ser tu madre. – dijo Violet separándose de él después de escuchar el intercomunicador.
-          - Y yo debo irme a la oficina… Te prometo que…- Empezó a decir él. Violet lo besó para callarlo.
-          - Lo sé. Lo sé Tienes muchos compromisos y… tal vez cuando termine esta locura de la boda me dejes involucrarme un poco en ellos. – Le dijo ella. Vincent sonrió.
-          - No te lo he pedido porque se que han sido muchos cambios para ti. – Le dijo él. Violet sonrió.
-          - Más adelante. ¿De acuerdo?…- Suspiró. – Baja conmigo.
Violet recogió su bolso y su celular y Vincent su chaqueta y su celular con casi veinte llamadas perdidas. La acompañó hasta el auto de su madre y saludó a Maria Luisa.
-           - Iré a buscarla a la hora del almuerzo. – Le dijo a su madre.
-          - No… Necesitamos más tiempo porque se probará todos los vestidos que mandaste a hacer para ella. – se quejó Maria Luisa. Violet sonrió.
-          - Ya lo sabes… tienes menos tiempo del que suponías. A la una estaré en la boutique. – Le dijo Vincent sin aceptar una negativa a su propuesta. Cerró la puerta y se marchó. Maria Luisa le dio la orden a su chofer que las llevara a la  quinta avenida.
-          - Siempre ha hecho lo que quiere pero contigo la situación ya es terrible. – Le dijo Maria Luisa. – Es que este hombre no te va a dejar ni a sol ni a sombra?
-           - En verdad que no tiene tiempo para armar esos compromisos pero… como usted dice no habrá quien le lleve la contraria. – Dijo Violet sintiendo que de verdad le importaba a Vincent si las cosas eran como las presentaba Maria Luisa.
-          - Todavía recuerdo cuando compró ese apartamento. Apenas tenía veintiun años. – Le dijo Maria Luisa mientras avanzaban en las calles de Manhattan. – Su padre le hizo prometer que no dejaría dormir allí a ninguna chica. – Violet sintió como se sonrojaba. – No lo digo por ti. Lo que quiero decirte es que eres la primera mujer que duerme en ese apartamento. Cuando se casó con Esther… viajaban de un lado a otro, cuando estaban en Nueva York se bajaban en un loft que tenía ella en New Jersey… y luego de un año… se terminó todo.
-           - Sólo estuvieron casados un año? – Se asombró Violet. Maria Luisa asintió.
-        -   Así es… dos años detrás de ella y un año de matrimonio… No se conocían, él sobretodo no la conocía a ella. – Le dijo Maria Luisa. – Aunque en el fondo yo creo que ni con diez años juntos la hubiéramos conocido. Esther nos engañó a todos.

 - Conserva esa amistad? Se habla con ella? - ´Preguntó curiosa. Maria Luisa sonrió
- Ni siquiera se puede nombrar querida. El siguiente marido de Esther fue el mejor amigo de Vincent. - Le dijo la señora observando por la ventanilla del auto. - Mi pobre hijo quiso morirse. Le había dado tanto a ambos y le habían pagado con la traición. Aquí nos bajamos.

La siguiente hora, Violet se cambió de vestido una docena de veces antes que le trajeran el de novia. Cristina su amiga escogió aquel momento para llamar. Violet no podía describirle a su amiga la emoción de verse en aquella hermosa creación del diseñador. 
- Parece que fuese un bambú lleno de flores - Le dijo a Cristina Su amiga dejó escuchar sus carcajadas. 
- Tómate una foto y mándala por el celu. - Le pidió su amiga. Violet lo hizo. 
- Violet es que estás muy delgada... Estas comiendo? - Preguntó Cristina. - Sin embargo te ves hermosa... Qué vestido más divino!! 
- Si como y creo que demasiado, yo también había notado la perdida de peso. - Le dijo Violet dando dos giros con el vestido dentro del vestier. 
- Te queda como un guante. Dime la verdad... te estás acostando con él? - Preguntó Cristina. Violet suspiró
- Si...Estuvimos ayer cuando llegué y durmió conmigo...- Confesó. Maria Luisa la llamó desde la sala. 
- Tengo que dejarte. Mi suegra está esperando que le muestre como me quedó el vestido. - Le dijo Violet. - Hablaremos más tarde? 
- Después de cinco podré atenderte. Nos vemos querida... ya quiero que sea viernes. - Dijo Cristina emocionada. Violet cerró la llamada. Salió a la salita y se encontró con su suegra, el diseñador y dos de sus asistentes.  
-Ni hablar... Ese hombre sabe lo que ha tenido entre sus manos. - Dijo el diseñador con desparpajo. Violet lo miró sorprendida. - Tu novio me dio las medidas de tu vestido... Y mira como te queda mujer... No hay nada que hacerle, está prefecto.
- Y esos vestidos que ves allí los va a llevar... Me encanta el vestido de novia... Participó Vincent en el diseño? - Preguntó Maria Luisa. El diseñador puso los ojos en blanco
- Me dijo que ella era una perfecta creación de Dios, que tal vez la había hecho un arquitecto por la simetría de sus rasgos. - Le dijo Violet no podía creer que en verdad Vincent hubiera dicho todo eso. - La verdad no se equivocó y por su descripción de virginal y perfecta yo me fui a la flauta dulce  y a las flores.
- De verdad me encanta - Dijo Violet. Maria Luisa la hizo girar
- Te queda perfecto y me gusta. Vincent se va a morir cuando te vea. - Le dijo Maria Luisa con los ojos llenos de lágrimas. Violet se acercó a ella pero Maria Luisa sacudió las manos. - No... No te preocupes. Es la emoción... Quítatelo!! No quiero que nadie más te vea así hasta la boda. 
Violet miró al diseñador y este asintió. Violet se fue al vestier y se quitó el vestido. En verdad que no tenía ningun  detalle por arreglar. Se puso un vestido de noche con un escote de vértigo y salió. 
- Tienes que llamar a tus hermanas. - Le dijo Maria Luisa. En la sala había una mujer desconocida acompañándola. Violet alzó una ceja. - Alguien sacó una foto de ustedes dos en la prensa anunciando el matrimonio
-  La sesión con la prensa es esta noche. - Dijo Violet. Maria Luisa asintió. 
- Lo sé querida pero los periodistas... - Dijo su suegra y agregó. - Ese vestido lo llevarás también.Te sirve para ir a la opera. Tenemos una invitación para la apertura de la opera en septiembre.
Violet se mordió el labio. Y Maria Luisa señaló a su acompañante. 
- Lo siento, no te presenté. Es mi amiga Judy Cleveland.  Vino con su hija de compras también.  - Le dijo Maria Luisa. Violet le dio la mano a la señora.
- Violet Dugand... - Se presentó Violet. Maria Luisa rió
- No se ha acostumbrado aún, pero ella es Violet D´Andreis. La esposa de Vincent. - Aclaró Maria Luisa
- Anda chiquilla. Habla con tus hermanas y pruébate el próximo vestido.- Le dijo Maria Luisa .-  Ya casi son las doce y tu marido se aparecerá aqui lo querramos o no. 
Violet se quitó el vestido de chifon negro y se probó uno más de coctel. Helene respondió a su celular. 
- Querida pensé que te habías olvidado de nosotras. - Se quejó Helene. Violet suspiró
- No sabes la locura que ha sido esto. - Gimió Violet envuelta en un  vestido sastre de color caramelo. - Ya viste una foto en la prensa? 
- Ya la vio Madeleine. Menos mal que Gisele le había hablado ayer sobre tu decisión así no la tomó tan de sorpresa esa foto tan... Mujer estás besándolo como si te lo fueras a comer!! - Le dijo Helene
- Yo ni siquiera puedo decirte si soy yo o no porque no he visto la foto. - Le dijo Violet repasando su día con Vincent hasta llegar a la foto del aeropuerto. - Puedes ver si es en el aeropuerto? 
- Eso quiere decir que hay más besos, más fotos, más que contar? - Dijo Helene emocionada. Violet sonrió. 
- Ah... No puedo decirte todo, niña. - Se quejó Violet. Helene se rio
- Vamos y a quién se lo contarás?  Cristina? Gisele? Dime... Es tan bueno en la cama como dijo Selene Mijares? - Preguntó Helene mencionando a una actriz de España que había tenido una relación con Vincent. Violet sintió una punzada de celos en el vientre. 
- Eres una tonta... No me digas esas cosas!!- Se quejó Violet. Helene volvió a reir
- MEncionarte a las mujeres que han estado con él o preguntarte si lo que dicen es cierto? - Violet cerró los ojos.
- Ambas cosas... Tienes 16 no puedes ser mi confidente. - Le dijo Violet. - Dime todo está bien entonces? Vendrán en el vuelo del viernes? 
- Gisele, el bebé y yo si... Madeleine... No tengo idea. No responde. - Dijo Helene. Violet suspiró. Si no contestaba es porque vendría y le daría la vaciada del siglo sin que sus hermanas pudieran advertirle. 
- Bien... Todo está preparado para su llegada y, Helene... has pensado en venir a vivir conmigo? - Preguntó Violet. La chica suspiró. 
- Gisele ha llorado mucho y dice que quién cuidará al bebé si yo me voy. - Dijo Helene
- El bebé tendrá una baby sitter que voy a pagar yo... Además que Gisele podrá dejar de trabajar para que termine de estudiar pronto. - Le dijo Violet.  - Vuestra vida cambió con mi decisión. Solo que no he podido sentarme con ustedes a conversar esos cambios. 
- De verdad pagarás una baby sitter y todo lo demás? - Preguntó Helene. 
- En la medida en que Madeleine me lo permita y deje de intervenir... Si- Dijo Violet que sabía las estrategias de Madeleine para dominar a sus hermanas y en cómo pondría trabas a todo.
- Bien.. prometo darte una respuesta cuando conozca Nueva York. - Prometió Helene. Violet sonrió
- Si es por eso... ya sé que te vas a quedar... los museos, Parque Central, la Quinta Avenida, la Universidad... Mi amor vas a morirte !!
- Lo mismo que tú!- Exclamó Vincent que había entrado en el vestier. Violet brincó y gritó asustada por la sorpresa. - Con quién hablas? - Preguntó rugiendo en vez de hablar. Violet lo miró sorprendida.
- Con Helene... - Respondió titubeante. Vincent frunció el ceño.
- Puedo saludarla? - Preguntó. Violet frunció el ceño Estaba él dudando de ella?
- Cuando la llames para hacerlo. Helene... te llamaré más tarde. Dale besos a todos. - Dijo Violet y cerró la llamada aunque Helene seguía preguntando qué pasaba. No quería que siguiera escuchando su conversación con Vincent
- Por qué no la pasaste... si es tu hermana? - Preguntó Vincent. Violet suspiró
- Por qué dudas de mi... si te estoy diciendo la verdad? -  Le enfrentó ella. Vincent dio un paso atrás.
- Entré y le decías mi amor... - Le dijo él sintiendo que  se había equivocado al dejarse llevar por los celos. Violet buscó su ropa.
- Le digo mi amor... mi muñeca y otros apelativos más porque es casi mi hija. - Le dijo Violet quien maldecía en silencio la sensación de que en cualquier momento rompería a llorar. Maldición!!
- Yo... estoy tan obsesionado contigo que no pensé que hablaras con una mujer. - Le dijo Vincent. Violet le señaló la puerta.
- Como disculpa es muy pobre y como excusa es una estupidez. Sal porque voy a cambiarme. - Le dijo. Vincent caminó hacia ella.
- Espera Violet... Me equivoqué. Lo siento. - LE dijo él. Violet se abrazó a su vestido. - Entiéndeme... Es la primera vez que pongo mi confianza...
- Ya lo he escuchado en múltiples versiones..- Le dijo ella interrumpiéndolo. - Y no quiero seguir escuchando. Déjame sola por favor.
- Violet... vas a disculparme? - Preguntó él. Violet no lo miró a los ojos. Si le miraba esos ojos azules perdería el impulso de ponerlo en su lugar.
- Supongo... pero en este momento... me duele...- Le dijo ella. Vincent abrió la puerta del vestier.
- Te espero afuera.- Violet no respondió. Vincent salió a la salita y su madre estaba esperándolo. Tan pronto le vio al rostro frunció el ceño.
- Qué sucede? -  Vincent maldijo entre dientes.
- Le hice una escena de celos.  Ella hablaba por celular y... - Empezó a decir él y se pasó las manos por la cabeza. - Diablos, mamá la embarré.
- La vienes embarrando desde que esta chica llegó. - Le dijo Maria Luisa sorprendiéndolo. - Ella no te conoce como yo. - Le dijo ella. - Estás encima de ella como si te diera miedo que en cualquier momento pudiera irse lejos.
- La estoy comparando con Esther. ¿Me dices? - Preguntó él. - Mamá, Violet es la mujer más sencilla, transparente y leal que conozco...
- Entonces porque no la dejas ni  a sol ni a sombra? Cómo te le metes en el vestier y le haces una escena de celos? Qué estaba haciendo ella? - Preguntó su madre. Vincent tomó aire
- Hablaba con su hermana... le dijo mi amor y yo no sabía que era Helene..- Le dijo él. - Bien me vinieron todos esos recuerdos de Esther  y sus engaños...
- Creo que debes irte, Vincent. Te espero en la cena con los periodistas. - Le dijo Maria Luisa. Vincent movió la cabeza de un lado a otro.
- No me voy a ir. Necesito hablar con ella, disculparme, arrastrarme si es necesario. - Le dijo a su madre. Maria Luisa le tomó el rostro por la barbilla
- Esta es importante... - Dijo Maria Luisa. Vincent suspiró
- No lo entiendes mamá? Ella es la mujer... la que siempre esperé aún sin saber que esperaba a una.- LE dijo él. - Le doy gracias a Esther por haberse marchado y haberse divorciado de mi. Te imaginas mi problema ahora si estuviera casado? Y conocer a todas esas mujeres o no querer conocerlas me preparó para descubrir que Violet es muy... muy importante para mi.
Violet salió del vestier y le escuchó decir las últimas palabras. Vincent continuó hablando.
- Sabes cuántas veces he sentido mariposas en el estómago? Cuando ella me mira. Sabes cuántas veces he sentido celos que me ciegan? Cuando la escuché decir mi amor a alguien que no soy yo. Y sabes por qué lo odie? porque no me lo dice... Nunca me ha dicho mi amor y yo quiero que me lo diga, yo quiero ser su amor... Maldición!!
Vincent se dejó caer en uno de los sofás de la sala. Violet tragó en seco. Él se estaba enamorando de ella y ella... Cielos!! Lo más seguro era que estuviera enamorada de él o de lo contrario no estaría a punto de llorar por verlo triste. Maria Luisa caminó hacia la salida para dejarlos solos. Violet se acercó a Vincent.
- No me gusta que me comparen. - Susurró Violet. Vincent se levantó de un salto. Violet lo miró a los ojos.
- Es horrible que lo hagan. - Le dijo él. Violet hizo un puchero involuntario y Vincent pensó que no podía verse más hermosa, joven y vulnerable.
- No me gusta que desconfien de mi, ni desconfio... Aunque talvez eso es un defecto. - Dijo ella. Vincent asintió.
- Yo te estoy confiando mi vida. Si tú me engañas o me abandonas... tengo miedo a terminar matándome. - Dijo él. Violet le cubrió los labios con dos dedos. Vincent le besó los dedos. Violet sintió que sus piernas no la sostendrían.
- No digas eso. Aún si lo nuestro no funciona... - Empezó a decir ella. Vincent le tomó las manos entre las suyas.
- Lo nuestro.. Quiere eso decir que sientes lo mismo que yo? - Violet sonrió con tristeza.
- No sé si es lo mismo... o menos intenso... o más fuerte... - Le dijo ella. - Pero no me habría acostado contigo si no me hicieras sentir querida, protegida, segura... No sé si es amor. No sé qué es el amor.
- Estamos igual... Me gusta estar contigo porque me haces sentir hombre, protector, seguro... - Le dijo él. Violet se acercó.
- Estaba hablando con Helene porque salió una foto nuestra en la prensa.  - Le dijo ella. Vincent suspiró.
- No tienes que decir nada. Fui un imbécil... Tú me vuelves débil, inseguro y loco. - Confesó. Violet lo miró.
- Y mi hermana dice que casi te como con ese beso. - Le dijo Violet.Vincent le mostró su celular.El fondo de pantalla era la foto. Efectivamente era la foto del beso en el aeropuerto.
- Ya terminaste aquí? - Preguntó Vincent. Violet suspiró.
- Creo que si es por Maria Luisa me llevaré la mitad de la boutique. - Le dijo Violet señalando la pila de vestidos que Maria Luisa había dejado en el sofá.
- Vas a tener muchos eventos y Jacobs es el diseñador preferido de mi madre...  -Le dijo Vincent.  - Los vas a usar todos. Créeme y luego, puedes traérselos y cambiarlos por otros. Jacobs se los dará a sus damas de la caridad o los rearmará para otras ocasiones.
- Esa es la parte que no me gusta de ser tu esposa. - Le dijo ella. - Tanto desperdicio de tela y además son tan hermosos... Es un pecado que solo los usen una vez.
- Y qué es lo que más te gusta de ser mi esposa? - Preguntó él. Violet se sonrojó y trató de alejarse. Vincent la rodeó con sus brazos.
- Vincent ... - Susurró Violet tratando de separarse. Vincent le besó.
- Te gusta tener dinero? - Preguntó y sonrió antes de besarla de nuevo. - Te gusta mi familia? - Y volvió a besarla. - Te gusta besarme? - Violet gimió y respondió a ese beso. - Te gusta hacer el amor?
- Vincent!! - Gritaron Violet y Maria Luisa al mismo tiempo. Vincent separó a Violet de su abrazo. - Por qué no vas a almorzar con tu padre y dejas que termine de hacer mis cosas con Violet?
-      Mejor... Ve a almorzar con mi padre y deja que yo haga cosas con Violet. - Dijo Vincent impertinente. Maria Luisa miró a Violet.
- Está todo bien? Preguntó a la chica. Violet asintió moviendo enérgicamente la cabeza. - Bien... Entonces vamos a almorzar. Una chica de la boutique llegó a empacar la ropa. Maria Luisa le señaló la pila de vestidos en el sofá.
- No, mamá. Tú irás a almorzar con Nicolas y yo voy a llevarme a mi mujer . - Le dijo Vincent dándole su tarjeta de crédito a la chica. Violet trató de detenerlo.
- Se supone que yo pagaría eso. - Dijo Violet. Vincent la besó mordisqueando sus labios.
- Da lo mismo porque yo pago tu tarjeta. Cuando empieces a recibir tu sueldo en la empresa...- Dijo Vincent. - Entonces te haré pagar un par de cuentas.
- Agrega el vestido de chifón negro que quedó en el vestier. - Dijo Maria Luisa y se fue a supervisar que empacaran todo. Vincent volvió a abrazar a Violet
- De verdad, lo siento. No debí ponerme como loco. - Se excusó. Violet rodeó la cintura masculina con sus brazos.
- De verdad sentiste celos? - Preguntó halagada. - Y yo puedo hacer una escena así la próxima vez que Lina...- Vincent la besó sin dejarla terminar.
- Lina no cuenta. Es mi prima. Se le olvida y en algún momento creyó que yo podría tenerla en la lista de futuras esposas pero... - Le dijo acariciando su rosto con dos nudillos. - Jamás provocó en mi ni el más leve mal pensamiento.
- Y... puedo llamarte mi amor? - Preguntó ella. Vincent gimió abrazándola con más fuerza.
- Cada vez que puedas... por favor? - Le dijo él. Violet sonrió.
- Y tú me llamarás igual? - Le dijo ella. Vincent la empujó hacia la puerta.
- Eres mi amor... te llamaré mi amor... y me va a encantar hacerte disfrutar de mi amor...- Le dijo bromeando. La chica de la caja le devolvió la tarjeta a Vincent y él besó la frente de su madre.
- Nos vemos a las siete en el New York Palace. - Le dijo Vincent a su madre. Maria Luisa miró a Violet.
- Está todo bien? - Preguntó. Violet la besó en la frente y le abrazó con emoción.
- No te preocupes. - Le dijo Violet. Maria Luisa asintió.
- No te dejes convencer por esos ojos azules y una mirada de ternero degollado. - Le dijo Maria Luisa. Violet miró a Vincent.
- Si... Es un poco difícil decirle que no cuando pone esa expresión. - Le dijo ella. - Pero... también tengo fuerza de voluntad y un caracter de perros.
- Ya lo creo. - Dijo Maria Luisa. La asesora de la tienda les trajo sus bolsos que habían estado guardados en un locker mientras Violet se probaba los vestidos. Vincent la llevó tomada de la mano y una chica de la boutique les ayudó con los paquetes que fueron guardados en el baúl del auto de Vincent. Maria Luisa se subió a su auto y Vincent le ayudó a Violet a entrar en el de él.
- No te pregunté si sabías conducir.  - Le dijo Vincent. Violet lo miró como si fuera un extraterrestre
- Sabes que no puedes vivir en este pais sin la licencia. - Dijo Violet.  Vincent asintió.
- Muy pocas mujeres ricas saben conducir. Bien, tenemos que pensar en un auto para ti. - Dijo él. - Ya sé. Tú lo escogerás. - Agregó anticipándose a su renuencia. Violet sonrió con un poco de tristeza.
- A dónde vamos? - Preguntó al ver que conducía pasando el cruce que debía tomar para llevarlos al apartamento.
- En todas esas compras tienes todo? Es decir hay bolsos, zapatos, vestidos...- Le preguntó. Violet asintió. - Entonces almorzaremos en el NY Palace y nos adelantaremos a los periodistas.
- Es una estrategia de tu asesor de relaciones públicas? - Preguntó ella haciendo un rápido inventario sobre los vestidos comprados y considerando cuál de ellos podría ser apropiado.
- No... Es una estrategia para tener tiempo y conversar a solas sobre lo que sucedió. - Le respondió él. Violet suspiró.
- Ya está. Te equivocaste y yo te disculpo. - Empezó a decir ella. Vincent movió la cabeza de un lado a otro.
- No... Es necesario que antes de sentarnos a hablar con la prensa,  tú y yo conversemos sobre nuestra relación. - Le dijo Vincent sin ceder. Violet tomó el celular.
- Caroline... puedo pedirte el favor de traerme el vestuario que usaría hoy para la rueda de prensa? - Preguntó Violet. Caroline empezó a hacerle el inventario del atuendo. - Correcto pero agrega ropa interior y... un perfume. Gracias.
- Muy bien. - Dijo Vincent sin agregar nada más. Violet llamo a Cristina su amiga.
- Cris... Quieres llegar a casa y ayudar a Helene a empacar mis cosas. Tú traerás una parte y ella otra. No traigas nada para la boda porque yo te tengo aqui todo. - Le dijo Violet a su amiga. Cristina preguntó:
-Por qué el tono triste? Recien te das cuenta que tu vida ahora es en Nueva York? - Violet suspiró.
- Creo que si... Se llama pánico escénico. - Le dijo Violet.
- Después de la oficina, me voy para tu casa. - Le dijo Cristina. Violet suspiró de nuevo
- Ok amiga Te quiero mucho. - Se despidió. Miró las avenidas que iban recorriendo para llegar al hotel. Era un paisaje distinto y parecido a la vez. Casas, Edificios, Sitios para almorzar, para jugar para bailar... y al mismo tiempo Violet sentía que estaba en otro planeta.
- Extrañarás mucho New Orleans? - Preguntó Vincent. Violet lo miró de reojo.
- Extraño más mi casa, mis cosas, mis hermanas... La ciudad... es una como cualquier otra. Podemos ir en época de carnaval? - Preguntó ella. Vincent asintió.
- Podemos ir tan frecuentemente como quieras siempre que lo incluyas en mi agenda de trabajo. La empresa de papá tiene una avioneta ejecutiva que podemos utilizar para viajar allí. - Le informó él. Violet puso los ojos en blanco.
- Por supuesto... Una avioneta. - Vincent no hizo ningún comentario a lo que Violet dijo. Para ella debía ser una locura adaptarse a él, a su estilo de vida tan diferente al que ella había estado viviendo, al ritmo de sus compromisos... Vincent tenía que acoplarse a la manera de pensar de ella, conocer lo que le gustaba, lo que no pero todo era más sencillo para él que para ella. Y sus celos y sus inseguridades no iban a ayudarla.
Otra mujer habría esperado que él le diera flores, brillantes, atenciones costosas para pedir perdón. Sin embargo, ella sólo había esperado que él dijera las palabras más sinceras de su corazón y, con eso, le había disculpado. Vincent sintió que era un tonto. Tenía un brillante enorme y resplandeciente al lado y estaba buscando la falla, en lugar de disfrutar de su hermosura.
En la recepción después de guardar el auto en el parqueadero les pidió al personal del hotel no revelar su ubicación. Y solo dio el nombre de Caroline como autorizada para acceder a su habitación. Subieron al octavo piso. La habitación era un sueño. Desde su nombre Champagne suite podía sugerir a la imaginación la elegancia y la sofisticación que implicaba. La sorprendió saber que no esperaban a la novia hasta el viernes pero que con gusto agregarían dos dias más a la reserva. Violet miró a Vincent y él le dijo no a la reserva. Solo querían esa noche y por supuesto las que había reservado su padre hasta el domingo.
- Por eso es aqui la rueda de prensa? Aqui nos alojaremos de luna de miel? - Preguntó Violet caminando en la habitación admirándolo todo.
- No te imagines costos extraordinarios. Aqui iba a alojar a tus hermanas pero mamá decidió que fuera al reves. De aqui saldrás vestida de novia porque la iglesia San Patrick está a dos minutos de aqui. - Le informó él. - Y todo eso está incluido en la exclusiva que se firmó para la prensa del hotel.
- Asi que el viernes cuando termine la entrega de regalos.. que no entiendo para qué se hace si la mayoría nos va a entregar sobres con dinero para que hagamos los arreglos nosotros mismos..., - Dijo ella
- Vendrás a dormir aqui con el fin de que en la mañana temprano vengan los estilistas y te arreglen y por supuesto Jacobs- Le dijo Vincent quitándose los zapatos y la chaqueta. Violet dejó su bolso en un sofá y su chaqueta. Ya no hacía frio pero comparado con New Orleans, Nueva York era frio. Asi que para evitar enfermarse Violet seguía usando chaquetas encima de su ropa.
- A propósito... El vestido es hermoso...- Le dijo Violet desde la ventana donde se apreciaban los rascacielos de Manhatan.
- Ya decía yo que no habías dicho nada de él. - Dijo Vincent sentándose en medio de la cama apoyando la espalda en la cabecera.
- Es hermoso... delicado y elegante, muy romántico... - Describió ella y se mordió el labio inferior sin saber qué decir.
- La creación es de Jacobs, yo solo te describí...- Dijo Vincent. Violet lo miró.
- Y cómo hiciste eso? Cómo me describiste si sólo nos habíamos visto dos veces? - Preguntó Violet. Vincent sonrió.
-Ojalá pudiera decirte algo inteligente pero... Te volviste una obsesión desde que vi tu video de presentación. - confesó mirándola a los ojos. Violet recordaba muy poco de ese video.
- Si has leido sobre inteligencia emocional... Creo que eso es lo que hemos desarrollado entre nosotros. Una especie de sensibilidad para intuir más que conocer al otro. - Le dijo Violet.
- Es algo que no había tenido con alguien más en mi vida. Bueno tal vez con papá...- Dijo Vincent. - Nicolas parece adivinar cuando necesito una reprimenda y cuando apoyo.
- Y cuando necesitas una mujer. . .- Dijo Violet. Vincent sonrió.
- Aunque parezca absurdo, así es. - Reconoció Vincent.. - Cuando le presenté a Esther a papá se opuso por todos los medios a mi relación. - Le dijo él. Violet se sentó en un  sofá no muy lejos de la cama pero lo suficientemente retirado para no ceder a la tentación de tocarlo.
- No quería a Esther y eso que era millonaria y tenía algunos de sus inversiones a su cargo. - Le relató él al ver que ella no iba a hacer ningún comentario. - Luego pensé que tenía 25 años y que era tiempo de casarme, tener hijos e iniciar un emporio... Ya había tenido varias relaciones, de meses y de dias... tal vez debería decir noches... - Violet solo alzó una ceja y sonrió. Asi que él continuó hablando. - Y me creía un hombre experimentado y cometí los dos peores errores de mi vida... Creer que conocía a Brayan y confiar en una mujer.
- No es un error confiar en una mujer...- Dijo Violet. Vincent suspiró.
- Lo sé... pero confiar en esa mujer me costó mucho. Me debilitó moral y emocionalmente.- Confesó cruzando los brazos sobre su pecho y recogiendo en flor de loto sus piernas - A partir de aquella experiencia decidí que las mujeres eran lo mismo que un auto de carreras, un yate o un viaje a Paris... Eran un placer para ratos, algo con que ocupar mi ocio; el resto del tiempo era para mi trabajo.
- De ahi los millones que has obtenido y la fama de obsesivo. - Le dijo Violet citando a un periodista que se consideraba como el biógrafo de Vincent.
- Morton no es muy bueno conmigo. - Dijo Vincent refiriéndose al periodista. Violet sonrió
- Tal vez porque describe lo que no quieres reconocer ante el espejo? - Preguntó Violet. Vincent sonrió.
- Si... en parte. . Violet le estaba demostrando que no todo lo que los periodistas decían eran mentiras.
- El dijo que por temor a confiar en las mujeres, no les dabas más que un día de tu vida.- Vincent cerró los ojos. Aquella era una verdad infalible como las que su madre solía decirle. Pero estaba además el hecho de que ninguna de esas mujeres le hicieron sentir como un adolescente al escucharlas reir, ni sus voces le hacían sentir de gelatina las piernas, ni se le arrugaba el corazón recordando sus besos. Abrió los ojos y vio a Violet. Todavía sentada en el sofá le miraba como si quisiera grabar detalle a detalle su imagen.
Se bajó de la cama y tomó su celular. Tenia una cantidad de mensajes de texto, de whatsapp y llamadas perdidas. Ninguna iba a responder. Necesitaba aclarar las cosas con Violet o la rueda de prensa les iba a hacer pedazos. Tomó el celular y le mandó un mensaje a su secretaria para que recibiera todos sus mensajes y le reenvió todos los que ya habia recibido. Lo apagó y tomó sus zapatos.
- A dónde vas? - Preguntó Violet al verlo. Vincent le guiñó el ojo.
- Dame cinco minutos. - Le dijo él. Ella lo miró asombrada. En verdad la iba a dejar sola.
- Hablas en serio? Me vas a dejar aqui? - Se quejó Violet.
- Métete en la tina... toma un baño de espuma... Vamos .. no voy a atender un asunto de negocios...- Le dijo . - Solo dame cinco minutos y regreso.
- Bien... Solo... no tardes...- Dijo Violet y comenzó a quitarse la ropa. Vincent se echó a reir.
- Eso es trampa... Diablos!! Regresaré en dos minutos. - Le dijo Vincent. Violet no tenía ninguna intención de esperarlo en la tina pero eso haría que regresara más rápido.
Vincent corrió al ascensor. Era ridículo que el corazón le latiera tan rápido y que las manos le sudaran solo por el hecho de imaginar a Violet esperándolo en la tina. Sin embargo, asi era como se sentía. Y no podía recordar que salir con una mujer alguna vez en su vida lo hubiera hecho sentir tan emocionado y estresado a la vez.
Al llegar al primer piso, encontró la floristería de inmediato. Les solicitó las flores que deseaba y contó con la suerte con que la temporada le permitía tenerlas a mano. Luego tomó el ascensor. Estaba tan nervioso y ansioso por aprovechar el tiempo con Violet que no pensó en encargarle a Caroline lo demás.

La llamó tan pronto salió del ascensor. Le describió lo que quería y le dijo donde encontrar dinero para todo. Ya Caroline estaba a punto de salir con el encargo de Violet. Vincent entró en la habitación. Violet estaba en bata curioseando los artículos en el baño mientras la tina se llenaba
- Ah... Pero lo de los dos minutos era en serio. - Dijo ella. Vincent la vio tan sexy en la bata del hotel y de seguro sin nada debajo de ella. Cómo iban a hablar asi?
- Violet... Necesitamos hablar. -Le dijo él. Ella asintió. Caminó hacia el sofá donde había estado sentada antes y lo  miró. Vincent se sentó en la orilla de la cama.
- Los periodistas nos van a preguntar cuándo y cómo nos conocimos...- Le dijo él. Violet suspiró. Vincent había descubierto en sus investigaciones que Violet y Vincent habían asistido a la presentación de Mamma Mia en el Winter Garden Theater el mismo día.
- En el receso de Mamma mia. - Respondíó Violet. - Yo fui con un compañero de universidad que quería impresionarme. Tú... sabes con quién estabas?
- Tonta!! De hecho estaba con Stella... Estaba deprimida por sus problemas con su marido. Yo me la llevé al teatro. - Le dijo él. Sin embargo, Vincent omitió comentar que estuvo coqueteando con la esposa de uno de sus socios de negocios en la puerta de la cafetería del teatro.
- Luego nos volvimos a ver cuando tu papá me conoció en la planeación del programa el Bachelor. - Le dijo ella. - Yo fui  a acompañar a una amiga que deseaba participar y, tú estabas acompañando a tu padre.  Por qué casarte conmigo en tan poco tiempo?
- Porque no necesito más de un minuto para mirarte a los ojos y saber que eres la mujer. - Violet contuvo el aliento. - Esto es en serio, no es preparado...
- Yo creo que soy diferente a las mujeres que has conocido. No tengo experiencia, ni glamour y eso es una novedad para ti. - Le dijo ella. Vincent sonrió y se mordió un labio.
- No eres una novedad ni un capricho. Yo lo siento aquí. - Le dijo y se tocó el vientre - Y aquí - Señaló el corazón - Y lo tiene claro este - Indicó señalando el cerebro
- Vincent, yo...- Empezó a decir Violet y Vincent se acercó a ella y se arrodilló frente a ella.
- Tú tienes razón en no poder afirmar que es amor. - Le dijo él. - Pero tenemos un gran deseo que lo sea, creemos que lo es... y podemos trabajar dia a dia para que lo sea.
- Oh... tú eres tan lindo!! - Gimió Violet. - Me miras con esos ojos azules y yo siento que me derrito. Dices cosas tan lindas y haces que mi vida se vea con más luz, con esperanza pero...
- Tienes miedo. Lo sé. - Le dijo él tomándole la mano con el anillo de compromiso. - Yo también lo tengo pero... cuando no estoy contigo... porque cuando estoy contigo me convenzo de que todo es posible.
-Y cuando el sexo ya no sea una diversión...- Le dijo ella. Vincent la hizo abrir las piernas y rodearlo con ellas para bajarla al piso.
- Y quién estaba hablando de sexo? Eres una mujer con una mente retorcida...- Le dijo él riendo. Violet lo besó.
- Tú haces que yo piense, piense, piense pero también sienta, sienta, sienta... Me voy a volver loca!! - Vincent le abrió la bata para descubrir su pecho.
- Tú me vuelves loco.. Yo quería realmente hablar...- Le dijo besándola en el cuello y el hombro. Violet se retorció riendo.
- Nos debimos quedar en el restaurante... Aqui... desnuda... Contigo mirándome ...No tengo otra cosa en mente...- Le dijo ella abriendo la camisa de él botón a botón. Vincent gimió.
- No, espera. - Dijo apoyando su frente a la de ella.De qué hablaban? Ah sí... la rueda de prensa - Cómo te pedí matrimonio?
- La primera vez? - Vincent sonrió. - Me invitaste a almorzar y me compraste el anillo más costoso de la primera joyería que encontraste.
- Esa no fue la primera vez... La primera vez te pregunté que si firmarías un acuerdo prenupcial y me entregaste los papeles para que lo hiciera. - Violet hizo una mueca de disgusto.
- Deja ese acuerdo fuera de la conversación... Habla de los intercambios de anillo nada más. - Le pidió ella. Vincent subió la falda de la bata de baño acariciando las piernas hasta su trasero.
- Son más románticos? - Preguntó él.
- Asi es...- Dijo ella quitándole la camisa.
- Y si te preguntan por otras relaciones? - Le dijo él deshaciendo el nudo del cinturón. Violet se retorció en sus piernas.
- Es necesario preguntarme por ellas? - Le dijo Violet.  Vincent tuvo que pensar un segundo antes de recordar lo que había dicho.
- Cielos!! No. Nada importa más que tú en mi cama. - Le dijo él y se levantó con dificultades pero agilidad con ella cargada. Se la llevó a la tina que ya estaba en su nivel y le quitó la bata para meterla desnuda en el agua. Se desnudó en un par de movimientos rápidos para meterse con ella. Mientras ellos disfrutaban el uno del otro, Caroline arregló la cena.

La rueda de prensa fue tal como la imaginaron. Amen de una pregunta que Vincent no calculó y que puso en jaque la sonrisa de Violet, todo transcurrió de manera tranquila. Vincent tuvo que recurrir a la gastada frase de que los caballeros no tienen memoria para justificar que Yasmina, la hija del Primer Ministro Yugoslavo afirmara que había estado con él en Madrid justo un día antes de que le diera el anillo a Violet. Vincent le tomó la mano a Violet y la apretó por debajo de la mesa mientras respondía. Luego Violet dijo algo sobre el antes y el después y, que ella iba a estar muy atenta de ahi en adelante. Pero que el pasado... debía quedar atrás.

A los periodistas les encantó Violet. Su soltura, su frescura, su imaginación. La experiencia en relaciones públicas le dio una seguridad que Vincent no hubiera imaginado que tenía. Él supo que los más críticos, los más duros con las famosas, especialmente si eran tan novatas y tiernas como ella, habían sido dulces y amorosos con Violet casi desde la primera sonrisa y respuesta graciosa que ella les dio. Luego de la rueda de prensa, mientras posaban para los fotógrafos, ellas se mostró tranquila y desenvuelta y ellos no la atacaron ni siquiera hicieron el intento de provocar una escena de llanto o fastidio como las que Vincent había visto en otras ruedas de prensa que prefería olvidar.

Ahora, Violet dormía tranquila abrazada a una almohada, desnuda amen de un pequeño panti y medio cubierta por una de las colchas de la enorme cama del hotel. Se habían quedado a dormir allí después de la romántica cena que los periodistas grabaron para televisión y prensa, organizada por Caroline en el restaurante del hotel. El ramo de violetas que Vincent solicitó a la floristería llegó puntual al final de la rueda de prensa y Violet le estampó un beso en la boca que alborotó una lluvia de flash por las cámaras presentes. Durante la cena, con luz de velas, con champaña y el menú francés preferido de la novia, Vincent volvió a pedirle que se casara con él.

- Mi amor... - Dijo Violet desde la cama en un susurro. Vincent frunció el ceño. Ella había dicho mi amor? - Amor... Volvió a decir Violet subiendo la colcha para tapar su espalda y sus senos. - Deja de mirarme dormida y acuéstate.
- Violet... me dijiste mi amor... - Le dijo él sonando más tonto de lo que había sonado en su mente. Violet sonrió.
- Dijiste que te llamara mi amor... Y... la verdad... me gusta más que Vincent. - Le dijo ella somnolienta arrebujada en la colcha sin abrir los ojos. - Anda... Sé bueno... Ven a dormir.
- Y.. si duermo... qué me darás? - Preguntó él metiéndose debajo de la colcha. Violet volvió a reir.
- En la mañana... te contesto. Buenas noches, mi amor. - Le dijo ella. Vincent la abrazó y le acunó contra su cuerpo.
- Buenas noches, mi amor.  - Le dijo él cerca del oido y dejó que el sueño le invadiera.

En la mañana, Vincent tuvo que cargarla y meterla a la ducha. Violet quería seguir durmiendo y ya estaban sobre el tiempo para cumplir la cita con los socios de su padre. Nicolas iba a matarlo porque en lugar de preparar a Violet para la reunión, habían hecho el amor como locos. Sin embargo, también habían preparado la rueda de prensa que había sido casi tan importante como esta cita.

Se burló de Violet mientras la veía superar la sorpresa del agua fría cayendo sobre su cuerpo. Le había recogido el cabello y le había puesto un gorro para que no tuviera que invertir una hora en peinarse. Y la ayudó a bañarse y se bañó el con un pequeño interludio amoroso antes de vestirse.

Ninguna mujer le había hecho desear hacer el amor de nuevo después de haberle probado. Violet tenía una especie de poder adictivo en sus sentidos y tocarla y sentirla era casi tan necesario como respirar. Vincent la hizo colocarse uno de los vestidos más sencillos de los que habían comprado en Jacobs y recogió junto con ella todas las cosas en la pequeña maleta que Caroline les había llevado.

Dieron la maleta a guardar a la chica de recepción porque Violet se registraría en la noche siguiente para su noche de bodas. Violet lo miró sorprendida cuando Vincent le dio la información a la chica de recepción.
- Yo te conté, amor que mamá organizó todo para que pases la noche aquí y salgas para la iglesia y que luego pasaremos el fin de semana.- Le dijo Vincent. Violet movió la cabeza de lado a lado.
- No es eso... Yo no me había dado cuenta que ya estamos a jueves... Qué se ha hecho la semana? - Preguntó. Vincent llenó la recepción con su risa atrayendo más miradas femeninas de las que Violet hubiera querido.
- No te voy a contestar... porque tú te la has pasado en la cama y yo... corriendo como loco por la ciudad. - Le dijo él abrazándola para empujarla hacia el parqueadero.  Alguien llamó a Vincent cuando llegaban al auto.
- Hola,querido. - Le dijo la despampanante mujer que Violet miró de pies a cabeza. - Sabía que eras tú. Cómo está eso de que te casas?
- Hola, Nancy. Me casé de hecho. Ella es Violet Dugand, mi esposa. - Dijo él señalando a Violet a quien la mujer daba la espalda. - Amor... Ella es Nancy Meyers. Es parte del staff del gobernador.
- Hola, querida. Pero quién se iba a imaginar que podría ver a Vincent casado. - Le dijo Nancy. Violet sonrió con la que supuso era su sonrisa más sincera y le recibió la mano de Nancy.
Acaso era una de esas famosas mujeres de una noche de Vincent.? Maldición!!! Iba a tener que pedirle una lista porque no iba a poder ser natural con ninguna mujer imaginando que había estado en la cama con Vincent.
- Encantada de conocerte. No ibamos tarde amor? - Preguntó Violet. Vincent asintió
- De hecho, si. Otro día conversamos contigo Nancy. Mi padre nos está esperando para una junta directiva.- Le dijo Vincent tomando del brazo a Violet para meterla en el auto. Le dio un beso en la mejilla.
Subió al auto y se concentró en conducir. Violet dio un salto cuando el celular sonó. Era Helene.
- Hola, cariño. - Dijo saludando a su hermana.
- Yo no voy a llevarte ropa. - Dijo la chica como si estuvieran una  al lado de la otra. Violet sonrió.
- Está bien. No traigas mi ropa. - Le dijo Violet. - Trae mis libros y mis recuerdos.
- Tampoco voy a llevar tus muñecas. Te las llevaré si tienes una hija mujer. - Le dijo Helene. Violet se echó a reir.
- Está bien. No traigas mis juguetes. - Estuvo de acuerdo. - Pero no se te olviden las joyas de mamá. Estan bajo mi custodia y no quiero que Madeleine se deshaga de ellas.
- Además puedes usarlas. - Le dijo Helene. Madeleine creia que las joyas de su madre eran muy ostentosas. Violet supuso que para la vida sencilla y común que llevaban ellas en New Orleans, si pero, algunas de ellas eran casi perfectas para algunos vestidos de los que Vincent le había comprado.
Eran piedras preciosas, más grande de lo normal engarzadas en oro y en plata. La obsesión de su madre era tener el dinero ahorrado invertido en esas joyas que según ella algún día les sacaría de pobres.
- Entonces todo se reduce a dos cajas. Puedo enviarlas por servicio de entrega. - Le dijo Helene.
- Toda mi vida en dos cajas? - Dijo suspirando. - Bien... Mándalas por servicio de entrega menos las joyas. Esas debes traerlas en el baúl donde las tengo, en el fondo hay un doble fondo donde estan las facturas de la piedras.
- Violet... si son asi de costosas... dile que las lleve a la sucursal de Bank New York Mellon en Pan Am Building. Que por mensaje de texto le mandaré el nombre de la persona que las recibirá y me las hará llegar sanas  y salvas. - Le dijo Vincent. Violet le lanzó un beso.
- Oh Dios... Ese hombre habla divino... Va a ser muy difícil mirarlo como hermano mayor. - Dijo Helene. Violet puso los ojos en blanco.
- Helene, voy a mandarte a un internado como sigas diciendo esas cosas. - Le dijo Violet y miró a Vincent. En realidad, era muy difícil no ver el atractivo de Vincent. Suspiró. - Escuchaste lo que te dijo?
- Si. Esperaré el mensaje de texto. Dile que lo mande hoy mismo porque mañana, todo el día la pasaré corriendo. - Le dijo Helene. Violet se comprometió con ella a enviarlo para que al medio día llevara las joyas y cerró la llamada.

La junta con los accionistas y socios de Nicolas fue un éxito. Violet demostró que conocía muy bien el mercado de valores y que manejaba la información básica sobre los bancos y las inversiones que la organización  que su padre manejaba. Vincent se mostró sorprendido y Violet le explicó que había trabajado casi todo un año en las relaciones públicas del que manejaba las inversiones de su padre en Nueva Orleans.

Luego la llevó a conocer las oficinas de la constructora. Le presentó a los que estaban trabajando en las oficinas pues la mayoría del tiempo estaban en las construcciones. Especialmente Vincent que debía ir de un lado a otro en la zona Este de Estados Unidos donde tenían varias construcciones en curso. Luego se fueron a almorzar con su madre en la casa familiar.

- Esto es casi una merienda de la tarde. - Se quejó Maria Elisa sirviendo la entrada. Había organizado la comida en un comedor de hierro en el jardín de atrás de la casa. Vincent sonrió
- Tu casa está muy lejos de todo, mamá. - Le dijo Vincent.
- Tu casa es hermosa, Maria Luisa. - Le dijo Violet para suavizar el comentario de Vincent. Maria Luisa sonrió.
- Gracias querida. Espero que a tus hermanas les guste también.  - Le dijo la señora Violet se mordió el labio preocupada.
- Respecto a eso... puedo alojarlas en el apartamento de Vincent o en un hotel. - Le dijo Violet. Nicolas movió la cabeza de un lado a otro.
- Maria Luisa y yo estamos encantados ante la posibilidad de tener la casa llena. - le dijo Nicolas. Violet miró a Vincent buscando ayuda.
- Mi hermana Madeleine puede resultar un poco amargada en ocasiones y... no está muy de acuerdo con la boda. - confesó Violet. Maria Luisa sacudió una mano en el aire.
- Deja eso. Alguien tenía que mostrarse en desacuerdo. - Le dijo Maria Luisa. - Después de todo es una boda organizada en menos de un mes.
- No es tan sencillo... Madeleine puede ser realmente grosera... y no quiero que te lastime. - Le dijo Violet aMaria Luisa.
- Yo estaré todo el tiempo en casa. Si es necesario intervendré. - Le dijo Nicolas. Violet hizo un gesto de angustia.
- No sé. Ustedes han sido tan bondadosos... - Le dijo Violet. Maria Elisa hizo otra vez ese gesto con la mano que a Violet siempre le llamaba la atención.
- Nada de eso. Por fin tengo la casa llena de hijos... Te amo Vincent y amo a Stella pero ustedes dos hace mucho que no estan aqui. - LE dijo Maria Luisa. Vincent sonrió.
- Helene, la hermana menor de Violet se quedará a vivir con nosotros. Estoy seguro que a ella le encantará pasar los fines de semana aqui contigo especialmente cuando Violet y yo estemos de viaje. - Le dijo Vincent. Maria Luisa aplaudió
- Fantástico!! La chica tiene 16 verdad? Podemos hacerle la fiesta aqui? - Propuso. Violet casi se atraganta con el vino.
- Por Dios!! Apenas estamos saliendo de la boda. - Dijo Violet Nicolas se echó a reir
- Créeme, Violet. Tu suegra anda de fiesta en fiesta. No te extrañe que también organice los cumpleaños del bebé de tu hermana... y solo Dios sabe qué otras fiestas más. - Le dijo Nicolas.
- Y por qué no? A propósito, Stella llega mañana en la mañana con los niños. Hay que organizar un auto para que vaya a buscarla.
- Tienes que encargarte tú y Violet puede acompañarte. Yo tengo que ir a la oficina o no podré tomarme ni el fin de semana de luna de miel. - Le dijo Vincent. Violet frunció el ceño
- Ir a buscar a tu hermana? Yo no la conozco... me parece inapropiado. - Dijo con timidez. Maria Luisa en cambio aplaudió.
- Nada de eso querida. Nos iremos las dos muy temprano para el aeropuerto. - Le dijo Maria Luisa. Violet miró a Vincent.
- Caroline les hará de chofer. La camioneta que ella usa es más amplia que el auto de mamá. - Le dijo Vincent. - De seguro Stella traerá mucho equipaje. Ella cree que en Nueva York no crian niños y les trae de todo a los chicos.

El resto del almuerzo fue retomar los preparativos de la boda. Al dia siguiente tendrian la cena de entrega de regalos y Vincent se marcharía alrededor de las diez porque tendría su despedida de soltero. Violet se iría al hotel donde pasaría la noche para que desde temprano al día siguiente la arreglaran para la boda.

A Violet no le pareció muy divertido lo de la despedida de soltero pero no dijo nada. Qué necesidad había de poner pleito a una cosa que de todos modos iba a suceder. Se fue con  Vincent porque debían cruzar casi todo Manhatan para llegar a la cena con los socios de Vincent y luego se fueron al apartamento del arquitecto.

A la mañana siguiente, Caroline llevó a Maria Luisa y a Violet a recoger a Stella. Una niña de diez años con trenzas pelirrojas y una cara de traviesa saludó a Violet como si la conociera de toda la vida. Y el niño de siete que iba pegado a la falda de su mamá, tan pronto se subieron  a la camioneta terminó sentado en las piernas de Violet sin mucho esfuerzo.

Maria Luisa mostró la felicidad que eso le daba. La fácil recepción de los chicos a la presencia de Violet solo confirmaba que era una buena persona y que sería una excelente madre. Stella también se mostró encantada con Violet y recibió los regalos que Vincent le había comprado en New Orleans como si en su vida hubiese recibido algo igual.

- Me encanta. Hace años que deseaba uno pero este diseñador solo los vende en New Orleans. - Dijo refiriéndose al vestido. Violet asintió. Lo que ella decía era cierto.
- Vincent los compró cuando fue a verme en New Orleans y yo estaba convencida de que ya te los había enviado. - Le dijo Violet. Stella sonrió.
- Algunas veces me ha guardado el regalo de navidad durante seis y ocho meses. - Le dijo ella. Violet entendió que a Stella lo que le encantaba era la espectativa del regalo.
- Ya me contaron de las impertinencia de Jhon durante la cena de compromiso. - Le dijo Stella refiriéndose a su hijo mayor. Violet hizo un gesto que descartaba cualquier problema.- No... Déjame disculparme en su nombre. Es un chico que no sabe cerrar la boca. Vincent estaba enojado por su insinuación de que tú te irías con otro hombre como Esther. Eso es imperdonable.
- No le des importancia a eso. - Le insistió Violet. Stella suspiró.
- No te preocupes por él. Está castigado con una asignación mensual de risa. - Le comentó.
- No debiste hacerlo...- Empezó a decir Violet. Stella sonrió
-Fue una decisión entre Vincent y yo... no te preocupes, sobrevivirá.
Pronto estuvieron en casa de Maria Luisa y los chicos corrieron a sus habitaciones porque alli tenían todo lo que podían desear. Nina tenía una tablet con conexión a internet y Rich tenía sus videojuegos. Ellas comieron una merienda porque esperarían la llegada de las hermanas de Violet para comer.
Violet no había querido ir al aeropuerto por ellas. Caroline se había devuelto en el auto con el chofer de Maria Luisa por compañía. No quería recibirlas sin compañia que le hiciera apoyo en caso de que Madeleine se pusiera intensa.
Casi a las dos llegaron las tres mujeres. El chofer de Maria Luisa bajó las maletas mientras Helene corría a abrazar a Violet y Gisele se bajó con el bebé en brazos. Maria Luisa hizo que Helene la abrazara de saludo mientras Violet cargaba al bebé, y saludara a Gisele. Madeleine se mantuvo al margen.
- Dios sabe lo emocionada que estoy de tener unas hijas tan hermosas como ustedes. - Dijo Maria Luisa con el dramatismo que le daba a todo.
- Estoy encantada con tu casa. - Le dijo Helene tuteándola con el desparpajo de su juventud.
- Y es tuya, querida. - Le dijo Maria Luisa.
- En la habitación que le asignaron a Gisele les dejé unos vestidos para la boda. Como serán las madrinas de la novia...
- No necesitamos regalos suyos, Señora. - Dijo Madeleine interrumpiendo a Maria Luisa. Violet la miró con enojo.
- Es una tradición que las madrinas lleven vestidos semejantes. - Dijo Violet. - Con tan poco tiempo, Maria Luisa eligió los que calculamos les quedarían. Stella su hija también llevará uno.
- Yo no llevaré ninguno. - Le dijo Madeleine.  Violet se enfrentó a ella.
- Yo lo supuse pero no podía evitar que Maria Luisa incluyera uno para ti. - Dijo Violet.
- No fue mi intención ofender. - Dijo Maria Luisa preocupada. Violet le colocó una mano en el antebrazo.
- Y no lo has hecho. Ya te había dicho que Madeleine podría ser excesivamente ruda. - Dijo Violet. La voz de Nicolas retumbó en la sala de recibo:
- Groseramente franca diria yo. - Violet miró a su suegro como disculpándose. - Quieren venir al estudio, señoritas?
Madeleine caminó renuente hacia el estudio. Violet le entregó el bebé a Gisele y se fue detrás de su hermana. Por un segundo Violet pensó que Madeleine no obedecería. Sin embargo, entró en silencio en el estudio. Violet supuso que era su oportunidad de decir lo que pensaba sobre el matrimonio.

La habitación estaba en la penumbra en la que acostumbraba trabajar Nicolas. Tenía una lámpara de mesa para dar encima del portátil. Nicolas se sentó en su lugar en el escritorio y Madeleine se mantuvo de pie. Violet se sentó en una silla de visitas enfrente del escritorio.

- Tienen absoluta libertad para estar en mi casa. Como dijo Maria Luisa, esta es su casa. - Dijo Nicolas. - Me encantaría que con el matrimonio, no sólo Violet se convirtiera en nuestra hija. Si no que todas se sintieran así.
- No andamos buscando padres. Ya tuvimos unos. - Le dijo Madeleine con altanería.
- No hables en plural. - Dijo Nicolas. - Las pocas veces que he conversado con Helene me ha dado la impresión de que desea tener ese apoyo masculino que solo da un padre.
Violet lo miró intrigada. A qué había llamado Nicolas a Helene? Madeleine hizo un ruido que solía hacer con los labios para mostrar que no estaba de acuerdo con lo que escuchaba.
- Tal vez busca un padre pero no una fortuna. - Le dijo Madeleine. Nicolas sonrió
- Yo no estoy ofreciendo dinero. El dinero lo tiene Violet...
- Violet quiere comprar la felicidad...- Dijo Madeleine interrumpiéndolo.
- Cuando dicen que el dinero no hace la felicidad, se refieren al dinero ajeno. - Le dijo Nicolas.  Tú y tus hermanas se merecen la vida que Violet quiere darles.
- Una vida tranquila, siendo la mujer de un millonario? - Empezó a decir Madeleine. Nicolas alzó una mano para hacer la señal de pare.
- No sigamos... Tú me vas a dar diez mil razones para oponerte al matrimonio y yo voy a encontrar otras tantas para que lo aceptes. - Le dijo Nicolas. - Pero quiero que duermas hoy pensando en la siguiente razón.
Nicolas se levantó y se fue a donde estaba Violet y le ofreció una mano. Violet se puso de pie y se fue a su lado. Con la otra mano le acarició los cabellos acomodándolos detrás de la oreja.
- Dime Violet... Si yo te ofreciera mi fortuna aún sin casarte con Vincent... La recibirías? - Preguntó Nicolas. Violet frunció el ceño.
- No casarme? Pero... Usted sabe que Vincent y yo ya estamos casados. - Le dijo Violet. Nicolas sonrió.
- Me refiero a separarte. Recibirás el tercio de mi fortuna si te divorcias. - Le dijo Nicolas. - Dime... lo harías?
- Usted... sabe que no. Yo quiero vivir con Vincent... y Vincent... quiere casarse conmigo no es por dinero... - Le dijo Violet. Nicolas sonrió
- Asi es querida. Ya sé que mi hijo se ha vuelto loco por ti y que te dará su fortuna y la mia con tal de que vivas con él. - Le dijo Nicolas. - Pero Madeleine piensa que te casas por el dinero...
- Made... - Dijo Violet mirando a su hermana. - La primera intención fue el dinero, la segunda fue mirarme en los ojos azules de Vincent y la tercera intención es que no imagino mi vida sin él.
- Cómo pudiste enamorarte en una semana? - Preguntó Madeleine. Violet sonrió.
- No tengo la menor idea...- le contestó. - Pero lo hice... Siento que puedo con este matrimonio y con la relación.
- Ysi el matrimonio fracasa? - Preguntó Madeleine irónica. - Volverás a casa para que yo reconstruya tu vida. Entonces será de mi incumbencia?
- No... Maddy... - Le dijo Violet. - Aún si mi matrimonio fracasa. Ya talvez no regrese a casa nunca más... He descubierto que quiero ser yo, quiero estar sola y quiero que mis hermanas avancen para que esten donde quieran estar y... no pegadas a mi falda como si fueran garrapatas.
- Nada de lo que diga te va a hacer desistir? - Preguntó Madeleine.
- Si eso es lo que viniste a hacer... te hubieras ahorrado el viaje y lo hubieras hecho por teléfono. - Le dijo Violet.
- Aún en contra de tu decisión, voy a quedarme. - Dijo Madeleine sorpresivamente. Violet no se asombró. Madeleine no iba a darle el gusto de decir que ella era la única hermana que no estuvo en su boda.
- Muy bien... pero de aqui en adelante... Abstente de hacer comentarios inapropiados acerca de mi boda y sobretodo, en contra de mi suegra. - Le dijo Violet.
Madeleine dio media vuelta y salió del estudio. Violet se quedó viendo sin ver la puerta cerrada. Nicolas se acercó a ella.
- Es cierto lo que dijiste? - Le preguntó él. Violet lo miró confundida.
- Qué cosa? - Preguntó sin tener claridad de lo que Nicolas le preguntaba
- Estan enamorados? - Violet sintió un vuelco de su vientre. una cosa era demostrarle su amor a Vincent y otra cosa era reconocer ante su suegro que estaba ridiculamente enamorada de Vincent. Tomó aire.
- Eso creemos... No conocemos el amor... ninguno de los dos...- Le dijo Violet titubeante. - Somos dos ciegos guíandonos por instinto creo.
-   Vincent jamás había puesto los negocios por debajo de una mujer. - Le dijo Nicolas - y aún en junta.. creo que no hace otra cosa más que pensar en ti.
Violet se sonrojó y se mordió el labio. Nicolas sonrió.
- Te daría mi fortuna si mantienes esa cara de felicidad en el rostro de mi hijo por el resto de la vida. - Le dijo Nicolas. Violet sintió de nuevo un vuelco en su vientre
- Oh...Nicolas... yo también quisiera que fuera feliz conmigo el resto de su vida...
- No vamos a hablar de mi fortuna después de hoy pero quiero que estes segura de que es tuya mientras hagas feliz a mi hijo. - Le dijo Nicolas y Helene se asomó en la puerta
-Puedo pasar? Estás bien? - Preguntó Helene desde el umbral. Nicolas se acercó a ella.
- Asi que esta niña hermosa es Helene. - Le dijo Nicolas. Violet sonrió.
- No es hermosa? - Preguntó Violet. Nicolas asintió.
- Me apena que Madeleine rechazara el vestido pero Gisele y yo usaremos uno. - Dijo Helene. Violet sonrió.
- No te preocupes. Los que no usen los recibirán de regreso. De seguro son de Jacobs o de alguno de esos diseñadores que la visten a ella. - Dijo Nicolas.
Vincent apareció en ese momento. Violet corrió a sus brazos que se abrieron para recibirla y alzarla. Vincent la bajó y la besó en la boca apasionadamente.
- Oh, Por Dios!! Solo tienen un día sin verse. - Se quejó Nicolas caminando hacia la sala. Vincent se rio mientras se separaba de Violet.
- No fastidies. - Se quejó Vincent. - Tú eres Helene.- Dijo señalando a la chica. Helene asintió. - Eres más alta que Violet. Haz pensado en ser modelo?
- No le des ideas, cariño. - Se quejó Violet. Vincent la besó en la boca.
- Nada más daba una idea. Después de todo, tendré tiempo de descubrir en qué es buena. Porque te vas a quedar con nosotros eh? - Helene miró a Violet.
- Eres tú quien debe decidirlo. - Dijo Helene. Vincent sonrió
- Si es así, entonces te quedas. - Dijo él. - A mamá le va a encantar tenerte viviendo aqui.
- La vas a dejar con Maria Luisa? - Preguntó Violet.
- Cariño... Ella va a pasar más tiempo aqui que en casa. Te lo puedo asegurar. Conozco a mamá. Por lo menos este primer año voy a viajar mucho y tú irás conmigo. - Le dijo él.  Violet miró a Helene.
- Yo estoy de acuerdo... Siempre y cuando pueda estudiar. - Le dijo a su hermana.
- Eso no tiene discusión. - Concluyó Violet.
- Vamos a comer? Caroline armó un almuerzo merienda porque la cena de esta noche será a las nueve. - Les invitó Vincent. Ellas lo siguieron y encontraron a Gisele con los niños de Stella jugando en el jardín con el bebé. Teddy corrió hacia su tía Violet que lo alzó en brazos.
- Oh... tal vez es hora de que tengas tus propios bebés...- Dijo Gisele. Vincent abrazó a Violet.
- Ustedes no saben si ya estamos en eso. - Dijo Vincent. Maria Luisa miró a Violet
- Estas embarazada? - Preguntó entusiasmada. Violet sonrió
- No lo sé... No creo pero Vincent insiste en que dentro de dos semanas me hará una prueba.  - Dijo Violet sonriendo. El celular de Violet sonó y ella dio un grito al ver el identificador. - Cielos!! Me olvidé de Cristine!
- Yo no... Dile que busque a Sebastian. - Le dijo Vincent mencionando a su chofer de confianza. Violet respondió a Cristine y le describió a Sebastian. - Debe tener su nombre en un letrero.
Violet cerró la llamada de Cristine y besó a Vincent. El bebé quiso bajarse y ella lo dejó en el césped. - Cómo supiste que había que ir por ella? - Preguntó Violet acomodándose en los brazos de Vincent.
- Llame para saber cómo habían llegado tus hermanas y Caroline me dijo que el vuelo de tu amiga Cristine se había atrasado.
- Podemos sentarnos todos? - Dijo Maria Luisa y todos se acomodaron en las mesas que Maria Luisa había hecho organizar en el jardín. Madeleine apareció en ese momento.
- Queremos agradecer la calidez y la amabilidad con la que nos han recibido. - Dijo Gisele tomando la palabra en nombre de las hermanas. Vincent levantó una copa de champaña y brindó
-  Estan cumpliendo el sueño de mamá de llenar la casa. - Dijo Vincent. - Sin embargo quiero brindar por mi esposa y su hermosa familia.
- Salud!! - Gritaron todos y tomaron de la copa de champaña que Caroline había hecho servir. Colocó una tabla de quesos en cada mesa y sirvió un antipasto.
- Y por los nietos que vendrán a invadir la casa. - Dijo Maria Luisa. Vincent sonrió.
- Estamos haciendo nuestra tarea, mamá... No te preocupes. - Bromeó. Violet se sonrojó. Madeleine la miró con enojo.
- Deja que se casen primero... - Dijo Nicolas . Empezaron a conversar entre ellos y la velada continuó. Las mujeres se fueron a cambiar de ropa para esperar a los demás invitados de la cena de regalos. Vincent y Violet se sentaron en una banca del jardín  en un pequeño montículo desde el cual podía verse el río Hudson a lo lejos. Vincent pasó su brazo por los hombros de Violet y ella apoyó la cabeza en su hombro y levantó los pies sobre las piernas de Vincent.
- Por qué te vas a casar conmigo? - Preguntó Vincent. Violet sonrió.
- Bromeas? Quiero tener un príncipe azul en mi cama. - Le dijo ella. Vincent sonrió.
- Quiero decir por la iglesia... no es necesario... ya estamos casados por lo civil. - Dijo Vincent. Violet suspiró.
- Ya hablamos de esto. No estas preparado para la boda en la iglesia? - Preguntó Violet tratando de mirarle la cara.
- Jamás estuve más preparado pero no quiero obligarte. - Le dijo él. Violet se retorció en sus brazos y le besó acomodándose sobre sus piernas.
- Cómo es que me obligas? - Preguntó ella - Besándome?... sigue haciéndolo. Haciendo el amor? Sigue haciéndolo... Diciendo mi amor, ven aquí... Cielos!! Eso es lo más duro. - Bromeó ella.
- Bien.. tal vez la palabra no es obligación pero si hay compromiso? - Preguntó él. Ella sonrió y le mostró el anillo de compromiso. - Oh no puedo hablar contigo asi.
- No si sigues diciendo tonterias. Me caso contigo porque puedo, quiero y me da la gana. - Le dijo ella. - Vincent la calló besándola. Asi estuvieron un buen rato hasta que el auto de Sebastian entró en el sendero.
Violet renuente se bajó de las piernas de Vincent porque debía ir a recibir a su amiga. Le tomó de la mano y no dejó que Vincent huyera a otro lado. Sebastian bajó del auto y le abrió la puerta a Cristina que se bajó con timidez.
- Amiga! Saludó Violet y Cristina sonrió dejándo que su mejor amiga le abrazara.
- Cielos !! Esta casa es más imponente de lo que uno se imagina. - Dijo la chica. Violet la colocó frente a frente con Vincent.
- Cristine... mi esposo- Le dijo sonriendo. - El que tú me ayudaste a conseguir.
- Nada de eso. Usted lo consiguió sola.  - Le dijo Cristine y estrechó su mano con Vincent.- Cómo nos fue con Madeleine?
- Terrible pero... Ahi vamos. - Le respondió Violet. - Vamos, Cris. Te llevaré a tu cuarto para que te cambies.
- Y Vincent? - Preguntó Cristine. Vincent hizo un gesto con la mano.
- Voy a hablar con papá en el estudio. Cuando esten listas me llaman. - Les dijo él alejándose de ellas.
Violet se fue con Cris hacia la casa. Sebastian había dejado las maletas en la habitación que le indicaron y se había marchado. Cris se dejó caer en la cama
- Amiga... Esta será tu vida de hoy en adelante....- Le dijo Cristine - Mansiones, fiestas,lujos.
-Sabes que eso no es lo que quiero. - Le dijo Violet. Cristine asintió
- Lo sé. Ese marido tuyo es un espectáculo... Espero encontrar un primo o un familiar igual que me de bola. - Bromeó Cristine. Violet sonrió.
- Crees que me estoy equivocando? -Preguntó Violet. Cristine la pellizcó
- Estás loca? No le hagas caso a los caoticos deseos de Madeleine... - Le dijo Cristine. - Ve para adelante...
-Tengo que irme a arreglar para la cena. Y tú también. Alli está un vestido negro que es para hoy y uno rosa que es para mañana. Cristine abrió el armario y lanzó un grito de felicidad.
- Oh amiga!!! Esto es maravilloso!!! -  Dijo Cristine admirando los vestidos y los zapatos que le iban a juego. Violet se fue a la habitación de Vincent donde Caroline le había dejado la maleta con la ropa que usaría ese día.

Cuando iba a unirse con la gente en la sala, Violet se encontró con Madeleine. Su hermana llevaba un vestido de los que Violet había recibido como parte de pago de la esposa del embajador. Una creación de Silvia Tcherassi. Sobria y elegante.
- Estás hermosa!! LE dijo Violet a su hermana. Madeleine le miró
- Tú siempre has sido hermosa... si  importar lo que uses. - Le dijo. - Asi que... estas enamorada?
- No quiero hablar de eso. - Le dijo Violet. Iban caminando por el pasillo hacia las escaleras que les conducían hacia la sala principal.
- No quieres hablar conmigo...- Corrigió Madeleine. Violet movió la cabeza con expresión de duda.
- Tal vez... No hemos tenido una relación cercana en los últimos ocho años. - Le dijo Violet dándose cuenta que en ocho años era la primera vez que Madeleine se interesaba por algún asunto de su vida privada. Ni siquiera cuando tuvo su primera vez y se lo contó a Gisele en una conversación de sobremesa, Madeliene mostró el más minimo interés de orientarla o guiarla en ese tema.
- Yo hice lo que podía... tú hiciste lo que se debía hacer y le dimos a Gisele y a Helene la oportunidad de vivir. - LE dijo Madeleine.
- Bien... Entonces no hay nada más que hablar. Helene se viene a vivir conmigo. Voy a hacer que presente para la universidad de Columbia. - Dijo Violet. Ese había sido el sueño de su madre, que Violet aplicara en Columbia para Finanzas.
- Supongo que todo eso gracias al príncipe azul que te conseguiste. - Le dijo Madeleine. - Qué sacrificio el tuyo!!
- Asi que eso es...- Dijo Violet que ya caminaba hacia la sala dispuesta a ignorar a su hermana mayor. - Te duele que no sea un sacrificio. Te jode que no sea un hombre viejo y asqueroso sino un hermoso hombre que me enamora... Eres patética Madeleine ! Y en lugar de estar envidiando mi vida, por qué no buscas uno para ti y me dejas en paz?
En su rostro se reflejaba el enojo. Violet no tenía claro si era porque ella por fin había entendido sus razones de enojo o si era porque no le gustaba perder.
- No termino de entender cómo consigues tus metas sin importar cuán grande sea tu insensatez. - Le dijo Madeleine. Violet sonrió.
- Mis métodos... o los de la vida... En verdad que en esto de Vincent no fue mi método, fue la vida que me puso en su camino. - Le dijo Violet. - Agradece que yo no soy como tú. Y que en un par de horas habré olvidado todo esto. No te quiero cerca mio, ni de Helene mientras no vengas con una buena vibra... haz de cuenta que también morimos con papá.

Violet entró en la sala donde su suegra había organizado la reunión. Había un mapa de la capilla donde se haría la ceremonia indicando a todos donde debían ubicarse y un mapa del salón de eventos del Palace donde se realizaría la recepción. A la ceremonia religiosa habían sido invitados sólo cien personas para reducir los riesgos de seguridad. Pero la recepción era para 400 personas!! Violet sintió un vacio en el estómago. De dónde habían salido 400 invitados? De seguro, los de su lado sólo sumaban diez. Violet recordó entonces que en la mañana llegarían directamente de New Orleans la madre de Cristine y su vecina de al lado. Y que le había mandado la tarjeta de invitación a Sonia, su madrina y la única hermana de su padre pero que no había recibido noticias de su aceptación.

- Me imagino que ya estas preparada para dejar a tu marido en nuestras manos. -Le dijo Michael, uno de los primos de Vincent entregándole una copa de champaña. Violet la recibió y sonrió con timidez
- Ya me dijo que le organizaste una despedida de solteros. - Le dijo Violet.
- Es la primera vez que le hacemos la despedida de soltero a alguien que ya está casado pero no podemos permitir que pase desapercibida esta noche.- Insistió Michael. Violet sonrió
Vincent se unió a ellos temeroso de que Michael fuese a decir algo imprudente y abrazó a Violet rodeándole la cintura con un brazo.
- Me esperas en tu habitación un poco después de medianoche. - Le dijo Vincent al oido. - Estos locos creen que voy a amanecer con ellos.
- Me imagino que tus hermanas te habrán preparado una despedida igual. - Le dijo Michael. Violet sonrió de nuevo.
- Ya tuve mis despedidas en New Orleans. - Dijo para disimular la falta de preparativos en ese sentido.
- Es la hora del brindis!! - Anunció Cristine.Todos se reunieron alrededor de la mesa donde Maria Luisa había organizado los pocos regalos que tendrían los novios pues la mayoría hacian regalos de sobres con dinero o cheques.
Los fotógrafos tomaron las fotos protocolarias, Maria Elisa hizo servir la cena y se hicieron brindis y agasajos hasta las 10 cuando los primos de Vincent le dijeron que debían irse.   Vincent se acercó a ella para despedirse, le besó en el hombro y sonrió.
- Por qué te arreglas tanto el cabello y te miras el vestido diez veces al minuto? - Preguntó él.
- Está mal el vestido? - Preguntó ella insegura. Vincent sonrió.
- El vestido es bello, la que lo lleva también pero te digo qué será hermoso? Quitártelo!! - Violet se sonrojó hasta la raiz de los cabellos y él se marchó riendo.
Helene llevó a Violet a un balcón de la casa y se sentaron en un sofá. La noche era hermosa, con una luna enorme y brillante.
-Dime... es bueno en la cama?|- Violet sonrió.
- No voy a decirte eso... - Le dijo ella.
- Es cierto que iba a casarse con Lina hasta que te conoció? - Dijo Helene. Violet sonrió.
- No... Creo que Lina tenía esperanzas de estar con él pero... Vincent no la ve más que como una prima.
-Bien... En todo caso... no descuides a esa chica. Creo que te va a traer problemas. - Le dijo Helene. Violet suspiró. Recibió un mensaje en su celular y sonrió. Helene lo leyó: - Sal para tu hotel o voy a llegar primero que tú. Qué es eso?
- Vincent... Esta noche voy a pasarla en el hotel donde me van a arreglar. De seguro está a punto de escapar de su despedida de solteros y quiere verme en el hotel. - Le dijo Violet levantándose. Helene la imitó.
- Muy bien. Entonces vete. En qué te vas a ir?- Preguntó Helene. Violet miró alrededor y descubrió a Caroline.
- Yo sé quién me va a llevar. Ayúdame a escapar. - Le dijo riendo.
Caroline le confirmó que tenía la maleta en su auto y que estaba esperando a que le dijera cuándo la llevaba. Violet se despidió de Cristine nada más porque si empezaba a dar explicaciones llegaría más tarde. Caroline la dejó en recepción con una maleta donde había incluido ropa de Vincent.
Violet entró a la suite y se sorprendió al encontrar la cama llena de pétalos de rosas rojas, sobre la colcha color champagne. Sonrió suponiendo que aquella había sido cortesía del hotel. Se dejó caer en un sofá y empezó a quitarse la ropa mientras encendía la televisión. No se quitó el vestido recordando las palabras de Vincent antes de marcharse. Cerró los ojos. Aquella era una locura.
Ahi estaba ella, en menos de un mes había pasado de absolutamente desesperada a millonaria. Tendría razón Madeleine y cuando ya solucionara todos sus problemas económicos, abriría los ojos y se daría cuenta que no le gustaba Vincent? Se preguntó y de repente apareció la grabación de su rueda de prensa. Le subió el volumen al televisor.
- Es una mujer maravillosa... tierna, dulce, inteligente, hermosa... Crees tú que alguien se resistiría a casarse con ella? - Había dicho Vincent a la pregunta de por qué se casaba ahora después de tantas relaciones en su vida
- Entonces piensas que es la mujer de tu vida? - Preguntó la periodista de  farándula. El camarógrafo le habia enfocado el rostro a Vincent. Violet se asombró al ver la expresión de amor en la mirada de Vincent. Había estado tan nerviosa ante las cámaras que apenas si fue consciente de que él la mirara un par de veces.
- Si no es ella... NO habrá mujer en mi vida. - Respondió Vincent. Violet frunció el ceño. Ella no había escuchado esa respuesta. En verdad él había dicho eso en público? El ruido del ascensor le avisó que Vincent había llegado. Apagó el televisor y corrió a la puerta.
- Hola cariño...- Saludó él sonriendo. Violet sonrió con timidez.
- Tú estas enamorado de mi - Le dijo ella como si estuviera recien descubriendo una tragedia. Vincent cerró la puerta y le rodeó la cintura con un brazo atrayéndola hacia él.
- Te lo dije... Estoy a punto de poner mi vida en tus manos... - Le respondió él. Violet lo miró con detenimiento.
- Lo dices porque estás tomado? - Preguntó ella. Vincent sonrió.
- Estoy más borracho de cansancio y de pensar en ti que de alcohol. Solo tomé un par de tragos. - Le dijo él . - Pero me he pasado la semana corriendo entre mi oficina, la de mi padre, las construcciones y la cama de mi mujer...
- No ha habido otra mujer intermedio? - Le preguntó Violet fingiendo dudar. Vincent la besó.
- Ya sé que piensas que soy superman pero en este momento me siento casi casi como la pantera rosa...- Se quejó él haciéndola caminar hacia la cama. - A propósito de rosas...
- Gracias por el detalle...- Dijo Violet al recordar los pétalos en la cama.
- Los conservaste para que yo lo lanzara al piso? - Preguntó él. Violet sonrió.
- Y el vestido para que me lo quites...- Dijo Violet sensualmente. Vincent gimió y buscó el cierre del vestido.
- Voy a necesitar vacaciones de este matrimonio para poder trabajar. - Le dijo mientras bajaba el cierre y le quitaba el vestido. - Aunque a duras penas me obligo a permanecer cuatro horas laborables lejos de ti. - Agregó mientras jalaba un extremo de la colcha y hacia llover pétalos a sus pies.
- Entonces tú crees que este matrimonio tiene futuro? - Le preguntó Violet. Vincent sonrió.
- Esperemos que yo tenga energía suficiente para aguantarte. Ahora... Quién me va a quitar la ropa a mi?
Violet procedió a hacerlo y se concentraron en amarse. Aquello había comenzado como un contrato pero quién podía asegurar que una esposa comprada no podía convertirse en la mujer de su vida? Preguntó Vincent disfrutando de provocar los gemidos y gritos de la mujer en su cama. A esa ceremonia de boda presentía que llegarían tarde los dos novios. Pensó Vincent mientras se llevaba a Violet para el baño.


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