Cuando regresaron del paseo, era la hora de la cena así que se fueron directamente a la mesa en el restaurante indicado. Alli estaban lynette e Hina como siempre. A Candy le tocó sentarse al lado de Lynette.
- Nos encontramos con Leiko Ajibana... Por quéno me contaron lo que pasó en el camarote? - Reclamó la chica. Candy sonrió divertida.
- No podemos estar contando todo lo que nos pasa, todo el tiempo... - Dijo restándole importancia a la situación.
- Igual... tienes que sacar un tiempo para hablar conmigo a solas... necesito que mires la situación en una perspectiva diferente. - Dijo Lynette muy seria. Candy frunció el ceño
-Pero qué sucede? Por qué tomas esta situación tan en serio? - LE dijo. Lynette miró a su padrino que hablaba con un viejo conocido que llegó a la mesa a saludarlo. Estaba casi segura que él no las escuchaba pero...
- Nos vemos más tarde... deshazte de mi tio.- LE dijo Lynette. Y Candy sabía que cuando la chica daba por terminada una conversación era casi imposible convencerla de retomarla.
Jack regresó a su lugar y percibió su inquietud. La besó en la frente, tomó su mano entre las suyas y la dejó sobre sus piernas.
-Qué sucede?- Preguntó sin preámbulos. Candy suspiró.
- Estoy un poco cansada... No dormí bien... - Dijo sin pensar. Jack apretó su mano.
- Yo no dormí... pensar que estabas al otro lado de la puerta... enojada conmigo por una tontería... me sentía frustrado...
- Y durante este tiempo separados... pensaste en mi? - Preguntó ella y se arrepintió de inmediato por ser tan débil y tonta. - No lo siento... la adolescente dentro de mi insiste en reaparecer cuando tú estás cerca...
- No lo creo... Eres una mujer... mi mujer... susurró al oido de Candy con un tono de voz sensual que le caló hasta los huesos...- Y... el tiempo separados puede habernos vuelto más sensibles pero ya no somos los mismos de entonces. Quiero que estés segura de que esta vez... todo va a ser distinto...
- Por qué? - Preguntó ella casi al borde las lágrimas sin importarle que otros en la mesa les escucharan.
- Porque mi vida sin ti carece de sentido... es una estupidez trabajar, invertir, ganar si tú no estás para compartirlo conmigo... - Le dijo él. Candy sintió la fuerza de su declaración como un puño al estómago.
- Oh... Jack... yo siento haberte dejado... fue lapeor decisión de mi vida.. pero cuando descubrí eso... ya había pasado unos meses y tú salías en todas esas fotos en la prensa... con todas esas mujeres de apellidos famosos, de padres millonarios... - Le dijo pues las palabras de Jack fueron la llave para abrir sus mayores temores.
- Eso es irrelevante... Vamos a tener que disculparnos. - Dijo en tono de voz más alto para que los demás les escucharan. - Pero tenemos algunas cosas que discutir. Espero que terminen vuestra maravillosa cena.
Jack la haló y empezó a caminar por la cubierta pensando que de alguna manera se había aprovechado de la frustración de Candy por la falta de sexo y las hormonas que aquel viaje debían despertar en ella para tenerla entre sus brazos. De repente se dió cuenta de llevarla de nuevo casi contra su voluntad y se detuvo. Tenía que hacer el esfuerzo de esperar a que ella viniera a sus brazos. Candy le había dejado... ella debía volver por su propia voluntad y no por maquinaciones de la gente que le quería a su alrededor.
Candy no pudo decir nada. Jack se levantó sin soltarle la mano y no le quedó más remedio que sonreír y seguirlo. Durante unos minutos él casi corría... luego algo le hizo detenerse, mirarla y caminar más despacio. Candy lo miró sorprendida.
- Las palabras no van a hacer que te sientas mejor... ni más segura... - Le dijo Jack después de caminar un buen rato en silencio. Candy asintió. Estaba a punto de llorar. Por qué cada vez que estaban bien ella insistía en recordar momentos terribles de su pasado juntos y dañarlo todo? - Es el tiempo que le dediques a esta relación lo que la va a hacer especial.
- Ahora eres el principito...- Se burló ella sin pensar. Jack la miró enojado.
- Puedes burlarte todo lo que quieras... pero no estoy en edad para seguir jugando a brincar de una mujer a otra... Cristina y Lynette han estado taladrando mi oido durante dos años y ya escuché todas las razones para no estar solo... - Le confesó él y la hizo detenerse rodeándola con sus brazos. - Es mi hora de establecerme y construir una familia... y necesito que estés segura de que este es tu tiempo también porque no hay una mujer más...- y con un gesto de su mano trató de abarcar todas las posibilidades de comparación y agregó : - de nada y de todo que te gane en mi elección. No recuerdo haber dormido con otra mujer que no seas tú, y la felicidad de encontrarte entre mis brazos cuando abría los ojos rayaba en la estupidez. Quiero que estes allí y yo quiero estar allí para todo lo bueno y bonito que trae la vida... y por ello necesito que estes convencida de tu decisión.
Candy se dejó ubicar frente a él que la sujetaba de los hombros. Miró la profundidad en la mirada de aquellos hermosos ojos verdes de Jack... y su suspiro fue más una rendición que una aceptación de lo que sucedía y de que él tenía razón. No había un hombre con el que quisiera estar que no fuera Jack.
- Quiero que vayas a dormir con Lynette. Que analices la situación... que lo pienses y cuando estés segura... te estaré esperando. Fue una terquedad de mi parte exigir que cumplieras con el trato... ahora te libero.. Dormirás conmigo, sólo si así lo quieres...
- Jack... yo no solo acepté hacer el amor contigo... voy a vivir contigo... necesito hacerlo... - Candy intentó poner en palabras lo que sentía y no pudo. Jack la besó en la frente.
- Puedes estar segura cariño de que no voy a dormir... ni a tener paz hasta que tú aparezcas en mi puerta pero....quiero tu decisión libre y segura y no producto de una manipulación de las hormonas...
- Jack no fue una manipulación...- Intentó decir ella, Jack le colocó dos dedos sobre los labios para callarla y no pudo evitar que ellos se deslizaran con sensualidad sobre la boca de Candy. Dios aquella boca lo volvía loco.
- Si lo fue... aunque en el fondo espero que después de analizarlo... todavía tengas las ganas que tengo yo de estar contigo. Le dijiste algo a Cristina mientras hablabas con ella por teléfono... Le dijiste que no amaba alguien que permanecía 36 meses sin buscar al otro... yo pensé que hablabas de mi... ahora sé que hablabas de ti... y quiero que tomes una decisión sobre esto.
Candy quedó desarmada ante tal argumento. En verdad que había estado hablando de ella cuando dijo aquella frase y... en ese momento su cabeza era un caos. Lo miró dar vuelta y alejarse de ella rumbo al camarote. Candy se quedó allí mirando el horizonte sin tener claro qué decir.
Ella había tomado una decisión cuando aceptó acostarse con él. Ahora él exigía una decisión firme, clara y permanente y ella no podía pensar en otra más de la que ya había tomado. Lynette se le unió unos minutos después.
- Qué sucedió con Jack? - Preguntó ella. Candy sonrió
-Ojalá supiera. No sé si escuchó nuestra conversación... o sintió que yo estaba dudosa... - Suspiró sin poder dejar de ver el horizonte.
- Vamos a mi camarote... Si te ven por aqui van a saber que no estás bien con Jack y... bien son muchas explicaciones que dar. - Le dijo Lynette empujándola hacia las escaleras. Candy la siguió. Cielos!! Cuando pensaba que había organizado su vida. Que todo estaba en el lugar perfecto... llegaban sus inseguridades y sus miedos como una tromba marina.
- Qué es lo que pasa contigo ? Qué es lo que no le has dicho a Jack de tus temores? - Preguntó Lynette. Candy frunció el ceño. Esta niña sabía más de psicología que de hotelería y turismo pensó.
- Bien... Mamá se enamoró una vez con un rico empresario en Colombia... Es el hombre que la llevó a vivir a Roma... pero no soportaron más allá de un año juntos. Mamá estaba harta de cambiar su ropa cuando apenas empezaba a amarla, de viajar una vez al mes a algún lado, de las playas, de los resorts, de los bares... Y escucharla quejarse de las miradas envidiosas y de los tratos despreciativos de las damas de cuna de oro... - Relató ella haciendo una introspección. Lynette asintió y la hizo entrar en el camarote.
- Yo también he sentido todo eso... y mis padres fueron millonarios y mi padrino es multimillonario...- Le dijo Lynette mientras buscaba algo en su maleta. Candy la miró.
- Lynette pero como puedes decir eso... Eres la mata de la elegancia, la distinción, tienes un apellido de alcurnia... - Empezó a decir Candy entonces Lynette le entregó un album de fotos. - Qué es esto?
- El plan B de Cristina. Si tenerlos en la misma habitación en un barco en medio del mar no los hacia estar juntos...- Le explicó Lynette haciendo que abriera el album. - Estas fotos clandestinas de Jack tendrían que ayudar.
-Fotos clandestinas... qué es eso, niña? - LE preguntó Candy mientras veía a un Jack pensativo, triste, solitario en medio de juntas, cocteles, fiestas, reuniones sociales...
- Son fotos de los periodistas que Jack ha pagado para que no se publiquen. Su jefe de prensa las guarda en este album para algún día hacer su biografia... - Explicó Lynette. - Y yo lo tomé prestado para que veas al verdadero Jack... Ese Jack triste y solo desde que tú no estas en su vida.
- Yo también me he sentido triste y sola todos estos años pero...
- El no te fue a buscar porque había decidido respetar tu decisión. - La interrumpió Lynette. - Lo escuché decirselo a tu madre cuando hablaba con ella el día del funeral de tu padre.
Candy frunció el ceño. Había extrañado mucho que Jack no fuera a verla ni siquiera en ese momento en el que sabía de su profundo dolor. Jack había estado en Nueva York para acompañarla ? Se preguntó mientras acariciaba una foto de Jack mirando a una pareja casarse... Su mirada era de profunda nostalgia y su expresión de profunda tristeza.
- Te lo juro que ese hombre sin ti... va a terminar en un manicomio. No come, no duerme... bebe mucho y se la pasa de compromiso en compromiso.- Le dijo Lynette.
- Yo no sabía que hubiera estado en el funeral de mi padre... - LE dijo Candy...
- Estuvo... no habló contigo porque ha estado esperando que tú lo busques... pues fue tu decisión dejarlo. - Le respondió Lynette. Candy contuvo el aliento y se echó a llorar.
- Oh Lynette ... soy un desastre...- Gimió acongojada. Lynette sonrió.
- Eres una mujer y te vas a comportar como la más desvergonzada de todas. - Candy frunció el ceño y trató de contener sus lágrimas. Lynette sacó una bolsa de su maleta y la colocó en las piernas de Candy.
- Qué... es eso? - Preguntó Candy entre sollozos. Lynette se rió.
- El plan C de Cristina... - Le dijo ella. Candy frunció el ceño.
- ME dijo que los dejara en una isla sin documentos y con esta bolsa por equipaje si persistian en no dejarse llevar por el amor. - Candy sacó el contenido de la bolsa con lentitud. Sintió que el corazón se le ponía pequeñito al descubrir que era su camisa de dormir preferida... Jack la había conservado? Era una pijama de seda china que Jack le había comprado para su noche de bodas...
- Esa Cristina es un peligro... Es que revisa las cosas de Jack ? - Lynette sonrió.
- Bueno en realidad Jack viaja con esto a todos lados... lo tenía en su maleta de viaje en la oficina... Eso no te dice nada? - Preguntó Lynette. - Es eso o es travesti. - Bromeó y logró sacarle una sonrisa a Candy
- No creo que sea gay alguna vez en su vida... disfruta mucho... ya sabes... una mujer y su esencia...- Dijo Candy sin pensar y luego se cubrió el rostro. - Siempre me haces olvidar que eres casi su hija. Diablos! Cómo voy a mirarlo a la cara? Yo lo dejé...
- Si... pero él sabe que no lo has olvidado. Toma mi celular y lee nuestro chat de los últimos dos días... Cielos !! Lo tienes loco... Estas usando la billetera, el reloj y algunas joyas que él te regaló... Las llevas contigo porque son parte de ti... Está seguro de que si estuvieras con un hombre... habrías empezado a desecharlas para que él no te preguntara de donde las habías sacado. Además lo estas volviendo loco con ese tipo al que besaste en el hotel, y Mike... Está celoso!!
Candy leyó rápidamente el chat y sonrió. Había sido una tonta. Había estado rehuyéndole a la felicidad pensando que era demasiado buena para ser verdad... Pero era verdad y era suya... y... no podía dejarla ir. Para Jack la vida sin ella había ido también un baúl sin fondo... ahogarse en un mar de soledad y...
- Supongo que tampoco te contó de sus días en la clínica...- Le dijo Lynette. Candy la miró asustada.
-Estuvo enfermo? - Preguntó preocupada. En la prensa no había salido nada de eso.
- Estuvo enfermo desde que lo dejaste pero hace dos semanas colapsó y cayó desmayado en su apartamento. El doctor dijo que había sido estress agudo y lo mantuvo dormido dopado durante siete días hasta que sus asesores pidieron terminar el tratamiento. - Candy se llevó una mano al pecho. - Sip... Estuvo al borde de un infarto. Entonces fue que aceptó que le consiguiéramos tu reemplazo y se casaría con ella y tendría a su heredero.
- Oh Lynette yo...-
No sabias nada de eso lo sé. Ese padrino mio puede ser muy testarudo- Le dijo Lynette abriendo la puerta para que Hina pasara. - Por eso Cristina y yo decidimos que tu reemplazo eras tú. Ahora eras mas mujer más madura Eras perfecta para él y los dos tenían que darse cuenta de ello.
- Lynette no voy a atreverme a ir a su camarote y decirle todas esas cosas... - Empezó a decir Candy. Lynette le dio la bolsa con la ropa de cama y la empujó fuera del camarote.
- Claro que si... puedes seducir a tu marido... como todas las mujeres del mundo... - Le dijo Lynette y la continuó empujando hacia el camarote de Jack. Candy sonreía todo el tiempo
- Lynette en serio dejemos esto para mañana... - Lynette se giró para mirarla.
- Si lo amas... no vas a dejar esto para mañana... Si necesitas su historia clínica te la haré llegar a tu correo... Es verdad todo lo que te dije... Puedes hablar con Cristina...Con su médico... con quien quieras pero en este momento quiero que superes tus temores y hables con él.
- Lynette en serio, no es una decisión fácil. - Insistió Candela. Lynette tomó entre sus manos su rostro y sonrió
- Ya lo sé pero mi padrino que es casi mi padre está matándose de amor por no tenerte a su lado...- Le dijo la chica al borde del llanto, Candy contuvo el aliento. Pocas veces había visto a Lynette llorar. Ni siquiera cuando apenas tenía 16 años y vio morir a sus padres.
- Ya lo intenté una vez... Y la verdad todo salió al reves... - Le dijo sin mucha convicción.
- Por qué? Acaso no conseguiste que el soltero más codiciado de Estados Unidos se alejara contigo durante casi todo un año de eventos sociales y compromisos tontos solo por estar detras de ti como perro faldero... Casi pierde su fortuna... Lo sabías? Casi se mata en el auto cuando supo que te habías marchado pero no sabía a donde habías ido asi que condujo como loco sin rumbo.
- Yo no vi nada de eso en la prensa. .. - Dijo sin mucha convicción. Lynette sonrió con ironía
- Ese publicista de Jack sólo deja pasar lo que le conviene. Es muy bueno--- pero hasta +el saldría de su vida si la posibilidad es que tú salgas de ella de nuevo. - Afirmó Lynette. Candy suspiró
- Cielos pero yo jamás he seducido a alguien...- Trató en vano de encontrar otra excusa. Lynette estaba minando todas sus defensas.
Lynette sonrió como si conociera todos los secretos del mundo. Dejó caer las manos de la cara de Candy y suspiró.
- Acaso me equivoqué al apostar por ti... Acaso no eres tú quien con sólo mirarlo le convenciste de bajarse en unas islas japonesas y vivir una aventura cuando recién empezaba a consolidar un imperio? Sabes tú lo difícil que era trabajar a través del teléfono hace tres años? Y este hombre hizo los mejores de sus negocios de asociación a través del maldito teléfono sólo por no dejarte sola. - Le dijo Lynette. - Tú sólo tienes que aparecerte en su puerta... Oh... si pudiera robarle su portátil y que vieras las cosas que no envió y que están en su carpeta personal... Ese hombre te desea como loco y lo único que tienes que hacer tú es ofrecerle la oportunidad de demostrar con años de matrimonio cuánto te ama.
Candy se mordió el labio indecisa. Estaban a dos puertas del camarote de Jack y la verdad estaba a dos segundos de no tener más razones para negarse a ser feliz. Por qué no podía ser ella la mujer de Jack? Ellen había dicho que era la mujer perfecta. Había destilado envidia en cada una de sus palabras pero lo había dicho de manera sincera. Después de todo lo que Jack le contó sobre ella... quién mejor que Ellen para decir lo que le convenía a Jack? Y estaban lynette y Cristina. Ellas habían vivido con Jack los últimos diez años. Conocían los secretos de Jack, sus amores y desamores y ellas estaban convencidas de que Candy era la mujer adecuada para Jack...
Había analizado con Robert su amigo de Fukuoka toda la situación alrededor de su relación con Jack en el pasado. Y había alcanzado a ver que su inmadurez y sus inseguridades le habían llevado a agrandar algo que no tenía importancia si amabas a la persona a tu lado. Su cantante favorito era ejemplo de cómo aún con largos meses de separación, se podía llevar una relación durante muchos años sin escándalos por infidelidad y sin mayores problemas que los cotidianos. Asintió como si Lynette estuviera esperando que ella lo hiciera. La chica sonrió y se alejó un poco para permitirle el paso.
Caminó hacia la puerta del camarote de Jack y colocó su dedo sobre el identificador. Y si Jack estaba acompañado? Se preguntó dudando pero abrió la puerta. Con quién podía estar Jack? con Ellen? Con Ajibana? Maquinó su mente mientras recorría la sala completamente sola. Jack estaba en un sofá viendo sin ver la televisión y se levantó de un salto al verla llegar. Estaba solo. Y Candy se obligó a creer que había estado solo durante todos esos años separados.
- Cuando perdí al bebé te culpé... había sido tu historia anterior, había sido tu insistencia de viajar por el mundo para concretar negocios que podías haber hecho desde un teléfono en la sala de tu casa...- Le dijo ella con un tono de voz algo inseguro y lloroso. Jack se metió las manos dentro de su pantalón de lino y Candy sintió un vuelco en su estómago. Cielos!! Este hombre tan sensual iba a ser sólo para ella? Se preguntó mientras seguía acercándose a él. - Luego cuando llegué a Fukuoka volví a culparte... tus ausencias me habían llevado a marcharme, la soledad de mi existencia era culpa de tu ambición...Robert, el hombre en el hotel Caribean... me hizo ver que no había culpa en nada... lo que sucedió fue producto de tus decisiones y las mías... Y las consecuencias debían afrontarse o solos... o juntos.
- Habías estado todo el tiempo hablando de la libertad que estabas perdiendo a mi lado. Cuando tomaste la decisión de marcharte... yo me convencí de que era lo mejor para ti... querías ser libre, querias conocer el mundo, querías hacer cosas que yo ya había hecho y que no tenía ningún derecho a negarte. - Le dijo él sin moverse de su lugar. - Por eso tomé la decisión de que si reanudábamos la relación era porque tú regresabas a mi... - Sonrió con ironía. - Pero no lo hiciste... Ni siquiera cuando murió tu padre... Ni si quiera cuando me internaron en la clínica...
- No sabía que habías estado enfermo... Me lo acaba de contar Lynette...- Aclaró Candy. Jack frunció el ceño.
- Yo escuché a Cristina diciéndole a alguien que te lo dijera... - Dijo él. Candy se alzó de hombros.
- Pues esa persona no me lo informó... Y...tal vez no me habría dejado ir a tu lado todo el rencor que continuaba teniendo hasta justo un día antes de subirme a este crucero y volverte a ver. - confesó Candy y suspiró. - Pero ahora... estoy convencida de que quiero darme una oportunidad contigo. De que si hay alguien con quién yo pudiera alguna vez casarme sería contigo... si hay alguien a quien yo le aguantaría sus defectos, sus manías y querría aún así tener a mi lado eres tú.
- Vaya... soy el mejor de tus males? - Sonrió con sorna Jack. Candy se mordió el labio y lo miró a los ojos.
- Eres mi mal y mi bien...Eres el chocolate de mi existencia... - Se burló ella. jack sabía que comía poco chocolate porque tendía a enfermar con él. Sonrió.
- Esa es una declaración muy poco romántica...- Le dijo Jack burlándose de ella. Candy sonrió.
- Dame una declaración romántica entonces.- Lo retó ella. Jack sonrió de nuevo.
- Se supone que la romántica entre tú y yo eres tú... y ya te dije que no voy a decirte ni pedirte nada... Es tú turno de hacerlo y yo estoy esperando... - Insistió él. Candy miró a su alrededor y lanzó el paquete que Lynette le había dado y que sostenía como un escudo frente a su pecho.
- Bailar si no es para ti, o contigo.... perdió todo el encanto en mi vida. Coquetear y seducir si no eras tú... dejó de ser parte de mi comportamiento... - Le dijo mientras le describía en qué se había convertido al perderlo. - Y no me había dado cuenta que soy un zombie cuando no estas en mi vida... yo no he tenido una sola relación desde que te abandoné... no he deseado a nadie en mi cama ni siquiera para reemplazarte y no había pensado en sexo hasta justo 24 horas antes de verte cuando Cristina me dijo que ibas a ser mi jefe...- Candy se acercó a él y deslizó sus manos por el pecho masculino del abdomen hacia el cuello. Se deleitó sintiendo como los músculos se ponían en tensión y hasta pudo sentir el pulso acelerado de su corazón al rodear su cuello con sus manos. - Yo me anulé como mujer y, quiero que me devuelvas eso.
- Yo... quiero que estes segura que es para toda la vida...- Dijo él en un tono de voz ronco y bajo que no parecía su voz. Candy apretó su cuerpo contra el cuerpo masculino sintiendo la fuerza del deseo que parecía arrasarla a ella y llegar hasta él.
- Yo quiero que estes seguro que trabajaré a diario para que sea para toda la vida. - Se comprometió ella y acarició con la punta de su lengua los labios de Jack.
- Cielos Candy... hay que esperar a que te cases conmigo? - Le dijo él con voz ronca y baja. Candy se abrazó a él.
- Yo no necesito más espera... y... tú? - Le dijo sabiendo que no necesitaba hacer un show de stripper o pronunciar palabras sensuales porque su sola presencia lo ponía a mil. Jack la alzó en sus brazos haciéndola gritar de sorpresa y placer y, la llevó al sofá en la sala. - Qué haces? - Preguntó ella cuando la depositaron en los cojines del sofá y él empezó a quitarse la ropa.
- Lo que me he imaginado haciendo desde que te quedaste dormida alli... - Le confesó y sin camisa y sin pantalon se acercó a ella. - Necesito hacerlo aquí para dejar de soñar con el maldito sofá.
Candy llenó el silencio con su risa, Y no paró de reir y gemir durante todo el interludio en el sofá. Las manos de Jack deslizándose desde sus rodillas hasta el centro mismo de su feminidad le hicieron gritar y abrirse para él como un fruto encarnado. Jack la desnudo en un par de rápidos movimientos y la hizo enloquecer de pasión en un juego de locura entre sus labios y sus manos recorriendo palmo a palmo su cuerpo antes de sentarse en el sofá y hacer que ella cabalgara sobre él. Llegaron al climax juntos y jack la cargó hasta la cama de la habitación donde no la dejó dormir hasta que el sol no brilló fuerte sobre la claraboya de su habitación.
Y Lynette se aseguró de que nadie los molestara hasta la hora del almuerzo. Candy abrió los ojos sintiendo que a lo lejos alguien le llamaba. Y debía ser bien lejos porque estaba en la cama de Jack, con él abrazado a sus caderas. Alcanzó el celular de Jack que estaba sobre una mesita auxiliar y miró el reloj. Diablos!! Eran las once de la mañana. Habían diez llamadas perdidas de Cristina y se mordió el labio indecisa de responder a la onceava que sonaba en ese momento. Jack extendió su brazo para alcanzar el celular, Candy se lo colocó en la mano y él se levantó sorprendido.
- Asi que no fue un sueño. - Dijo burlón mirándola en su cama. Candy cerró los ojos.
- No... parece ser que no fue un sueño . - Le dijo ella. Jack se impulsó hacia la cabecera de la cama y la cubrió con su cuerpo otra vez excitado por ella,
- Y... ya te arrepentiste? - Preguntó sin responder a Cristina. Candy suspiró.
- Ese es el problema... que no me arrepiento...- Confesó. Jack sonrió y respondió a las llamadas de Cristina sin bajarse del cuerpo de Candy que aplastaba contra el colchón.
- Qué es lo que quieres Cristina? - Preguntó un poco divertido por la incomodidad de Candy y un poco frustrado por tener que ceder a la insistencia de su auxiliar.
- Vaya sigues de mal genio? Candy no ha querido hacerlo contigo? - Preguntó burlona. - Quiero saber cómo estás... A tu publicista no le ha hecho gracia que estes en un crucero y que hayas presentado a Candy como tu esposa... Me tiene cansada con su insistencia en que no le respondes al teléfono.
- De hecho... es asi... no le voy a responder al teléfono... Dile que lo veré en persona y conversaré con él sobre mis decisiones en Fukuoka... que viaje tan pronto pueda y me espere alli. - Le dijo mirando los ojos de Candy que parecían querer comerse el teléfono para saber qué decía.
- Fukuoka? Oh, Jack eso quiere decir que estás con Candy... Dime está ella allí? Me la vas a poner al teléfono? - Dijo Cristina emocionada. Jack sonrió.
- Ella no está en... digamos que no está vestida para hablar contigo... - Se burló Jack. Candy le quitó el celular.
- Hola Cris - Saludó ella.
- Oh mi amiga disfrute a ese hombre y ese crucero porque usted sabe que lo que se le viene encima no es fácil. - Le dijo Cristina y en su voz se notaba que estaba llorando. - Pero puedes estar segura que cuentas conmigo y con Lynette... No habrá esta vez poder humano que te permita abandonar a Jack por temores tontos que no te llevan a nada.
- Muy bien... Eso sonó más a amenaza que a promesa.- Dijo Candy sonriendo. Jack dejó de mirarla en silencio y empezó a depositar pequeños besos desde la base de su cuello hacia abajo en su cuerpo. Candy se mordió el labio para no gritar.
- Es una promesa y les dejo...Dile a Jack que yo me encargo de Vincent y que él... se tiene que concentrar en ti. - Le dijo Cristina. Candy hizo un esfuerzo por hablar con el tono de voz más natural posible.
- Esta bien... Hablamos más tarde, Cris... - Le dijo y cerró el celular con tanta fuerza que lo apagó.
Jack la recorrió entera con su boca y cuando la tenía gritando de placer, se hundió en ella con una fuerza que Candy ya conocía muy bien. El le susurró al oido muchas cosas atrevidas y llegando al climax le dijo.
- Espero que esta vez... Estemos haciendo un bebé...- Le dijo. Por primera vez en tres años, la referencia a tener un bebé no le hizo sentir angustiada y triste. Lo que más deseaba en el mundo era tener un hijo.
Bajaron a almorzar más por compromiso que por interés en la comida. Sin embargo, Candy devoró todos los platos de la misma. Lynette no hizo ningún comentario imprudente al respecto pero sonreía todo el tiempo mientras miraba a Candy. Jack la ignoró conversando con el señor Tada y acariciando a Candy en sus piernas cada vez que podía. Ellen sugirió un paseo por Nagasaki...Todos aceptaron encantados menos Jack que anunció que Candy y él tenían un compromiso de negocios. Candy lo miró interesada en saber de qué se trataba pero no reveló que desconocía acerca del famoso compromiso.
Cuando caminaban hacia el camarote después de conversar unos minutos con Hina y Lynette acerca de los avances de su investigación, Candy preguntó por el compromiso en Nagasaki. Jack la miró y sonrió.
- En realidad... Señora Williams... vamos a conversar sobre nuestra situación conyugal. - Le dijo él. Ya pedí una cita con un juez de paz y vamos a mirar que necesitamos para casarnos tan pronto lleguemos a Fukuoka.
- Pero Jack... Es una locura... - Le dijo sin convicción candy. Jack la abrazó con fuerza
- Tú me vuelves loco y me niego a llegar a Estados unidos y que tu madre... o cualquiera de tus amigas te convenzan de que casarte conmigo no es buena idea.
- Nadie va a hacerlo... Te puedo asegurar que todas ellas van a empujarme hasta una iglesia para que te cases conmigo en una. - Le confesó Candy. Jack sonrió.
- En ese caso empezarán a gustarme. - Le dijo y luego le sostuvo la barba con dos dedos de su mano. - Hey... Es en serio... Vamos a ver a ese juez y luego...vamos a ir a un lugarcito.... espectacular donde voy a hacerte el amor en un jacuzzi... como en aquel viaje a las Vegas...
- Por eso no quieres compañía... - Le dijo ella. Jack sonrió.
- Si tu supieras lo que maquina mi mente a cada minuto mientras estas a mi lado... No querrías que hubiera gente cariño... - Le dijo insinuando más cosas con sus manos apretando sus caderas a las de él que con sus palabras.
- Jack ... y si se acaba la pasión? - Gimió ella. Jack la mordió en los labios.
- Eso será cuando tenga 90 años y la verdad... ya estaría bueno que dejara la pasión a un lado. Cierto?- Bromeó él y la calló con un beso antes de que pusiera diez mil trabas más.
Su paseo por Nagasaki fue espectacular. Tuvieron que atravesar la ciudad para llegar a la oficina del Juez de paz que les dio la buena noticia de que en Japón seguían casados porque no habían tramitado la anulación de su matrimonio ante ningún juez de ese país. Y felices porque aquella era una señal del destino para que siguieran adelante se fueron al hotel Caribean que Jack le había propuesto.
Los alojaron por una horas en una cabaña de estilo japones que apenas si pudo apreciar Candy porque jack inició un juego de seducción que terminó con ellos metidos en el jacuzzi a medio llenar, haciendo el amor. Poco hablaron durante toda la tarde y las pocas cosas que se dijeron fueron elogios y expresiones de amor del uno hacia el otro. Lynette los llamó para recordarles que debían regresar al crucero y lo hicieron en tiempo meteórico a pesar de la locura del tránsito que se vivía en Nagasaki.
Se reunieron con Lynette y con Hina en la sala de juntas antes de marcharse a prepararse para la cena. Les informaron a las chicas sobre la noticia que habían recibido acerca de su matrimonio y las muchachas armaron un gran alboroto felicitándolos como si acabaran de casarse. Lynette no tardó en llamar a Cristina y contarle las noticias.
Llegaron a la cena como siempre vestidos de manera impecable y compartieron con los demás del grupo sus impresiones acerca de Nagasaki. El resto del crucero fue una auténtica luna de miel. Compartían muy poco tiempo con los demás y mucho tiempo a solas. Casi todo el tiempo en la cama de su camarote disfrutando de la nueva oportunidad de estar juntos,
No pudieron escapar de los paseos por Jeju y por Tianjin pero al regresar a Fukuoka sintieron que todo lo vivido había sido necesario para consolidar su relación. Se despidieron de los Tada en el Puerto porque ellos viajaban de inmediato a Beiging en un avión. Candy le prometió a Aiko que iría a conocer su casa en la China. Enoki y Ellen se despidieron de afan porque apenas tenían tiempo para cruzar Fukuoka hacia el aeropuerto para tomar su vuelo a Roma donde vivían desde hacía unos meses.
Lynette e Hina anunciaron que pasarían el día juntas para resumir sus labores de investigación y distribuirse el informe final que se comprometieron a entregar al viernes siguiente antes que Lynette tomara el vuelo del día siguiente hacia Nueva York. Jack hizo subir a Candy en una limosina y le indicó al chofer el hotel Caribbean.
- Espera... y mi apartamento? Necesito recoger mis cosas - Le dijo Candy. Jack la miró.
- Puedes contratar a alguien que recoja tus cosas y las envie en un container a Nueva York.- Le dijo Jack como si hablara con una niña. Candy suspiró.
- Y si quiero hacer algunas donaciones? - Insistió ella. Jack sonrió.
- Muy bien recojamos mis cosas del hotel y nos vamos a tu apartamento. Te ayudaré a empacar tus cosas. - Le dijo. Candy frunció el ceño
- Estas hablando en serio? - Le dijo dudosa. Jack alzó una ceja.
- Me ves riéndome? - Preguntó él y la hizo acercarse a su cuerpo en el asiento de la limosina. - Además me parece que me entusiasma la idea de hacerte el amor en esa cama donde decidiste mantenerte alejada de mi... - Candy sonrió.
- Es una cama muy pequeña... - Empezó a decir. Jack hizo que se sentara a horcajadas sobre él.
- Todavía más atractiva... No vas a tener mucho espacio para huir... - Le dijo y empezó a besarla con pasión. Estaban a punto de hacer el amor cuando la limosina se detuvo frente al hotel. Candy practicamente tuvo que vestirse de nuevo.
Jack canceló un par de citas que Ajibana le había acordado para ese día. Conversó con ella en privado mientras Candy se moría de celos tomando una ducha en la habitación de Jack. Estaba vestida cuando Jack apareció de nuevo.
- Bien... Nos vamos enseguida. Todas mis cosas estan recogidas? - Preguntó conociendo de antemano la respuesta. Candy lo miró con curiosidad.
- Qué sucede? Hay algo que te incomoda? - Preguntó Candy mientras lo veía cerciorarse de no dejar nada en la habitación. Él estaba esquivando su mirada? O estaba otra vez su baja autoestima minando su tranquilidad? Jack la miró un segundo antes de regresar a su tarea de recoger todo en su maleta.
- Todo está perfecto. Nos vamos enseguida porque viene uno de mis clientes de vacaciones y no quiero que nos coja en el hotel porque va a ser muy difícil zafarnos de él. - Le dijo. Candy tomó su bolsa de viaje y su morral y lo siguió al pasillo.
En la recepción se cruzaron con Leiko quien le hizo un saludo japones a Candy y siguió su camino. A Jack ni siquiera lo miró. Jack firmó los vaucher que necesitaba firmar para cancelar su hospedaje en el hotel y caminó hacia la puerta de salida. Candy lo siguió casi sin mediar palabra.
En el auto deportivo que él había alquilado para transportarse en Fukuoka, Candy no propuso un tema de conversación. Casi todo el tiempo Jack habló con sus manos libres por el celular con Cristina y con tres personas más. Y el resto condujo en silencio siguiendo las indicaciones de Candy.
El apartamento de Candy estaba en el 4 piso de un edificio de apartamentos para solteros. El recepcionista escribió los datos de Jack en su registro. Jack la ayudó a abrir la puerta y la hizo entrar primero. Candy contuvo el aliento. Jack había hecho llenar de flores la sala de su apartamento. Lo miró a él y miró las flores y supo que eso era lo que él había estado ocultando todo el tiempo. Candy llenó de risas la estancia.
- cómo hiciste para que te abrieran el apartamento?- Preguntó ella. Jack se apoyó en el umbral de la puerta.
- Cómo todo lo que hago... un poco de convencimiento, un poco de dinero y un par de amigos... pero lo más importante es... ya leiste las tarjetas... - Le dijo él.
Candy empezó a leer las tarjetas después de unos segundos de indecisión. Y las lágrimas de emoción y felicidad no se hicieron esperar. "Escoge dónde quieres vivir" "Decide cómo vas a trabajar" " Hazte una prueba de embarazo porque creo que mi hijo ya crece en ti" " Cásate conmigo en Londres para que tu madre esté presente" "Renuncié a trece de mis 18 cuentas de inversiones" "Tengo todo el dinero y el tiempo del mundo para amarte... dónde quieres que lo haga?"
- Esos son todos tus temores... Creo... cuando haya dado respuesta a todos... entonces... me iré de casa. - Le dijo. Ella se lanzó a sus brazos corriendo.
- Soy una tonta lo sé... Todas las mujeres del mundo buscan un millonario famoso y hermoso, sexy y apasionado por marido y yo le tengo miedo... - Le dijo ella besándolo en el rostro. - Pero me comprometo a disfrutarlo por los próximos 90 años...
Jack la cargó y cerró la puerta con una mano. Se la llevó a la habitación siguiendo por intuición el camino. Tenía la dura tarea de convencer a esta mujer que era la única en su vida.
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