miércoles, 14 de agosto de 2013

POEMAS DE ACHA. ECOS DEL ALMA PARTE 1



Recordando a

 ACHA



Barranquilla
Diciembre, 2003

INTRODUCCIÓN

En un soñador intento porque la vieja y siempre recordada abuela reviva en sus palabras, he recopilado para mis hermanos, mis primos, sus hijos e hijas, sus nietos... que no demoran en aparecer... los melancólicos y sabios versos de nuestra Acha.

Nadie ha podido explicarme con claridad la razón de su apodo. Yo siempre lo he relacionado con la filosa y peligrosa Hacha del leñador que eficiente y diligente sale todos los días al bosque para hallar el mejor de los árboles. Así recuerdo a mi abuela, bañada y olorosa sentada en una silla redonda tejida con cuerdas de plástico azul, peinándose con una peineta negra que terminaba por sujetar, los pocos cabellos que le quedaban, en un enroscado moño sobre su cabeza. Ella siempre tenía en sus versos el mejor árbol del bosque.

Ella, ciega para los tontos, sorda a lo que le convenía y enferma según los que piensan que el cuerpo domina al espíritu, sigue teniendo para cada uno de nosotros una rama frondosa, que da sombra, refresca o simplemente inspira en  el enraizado árbol del amor por la palabra que sembró en cada uno de nosotros.

Este libro es la vida
De una abuela querida,
Una madre venerada,
Una suegra bien amada,
Cristiana fiel y entregada.

Es un tierno homenaje
A una mujer con coraje,
Valentía y ternura,
Sobreviviente de la amargura
Que atravesó su corazón.

Yo la quise desde niña
Aprendiendo con ella
El valor de la palabra,
La riqueza del verso
Y la entrega a Jesús.

Si alguien la conoce
Sabe que no hay mentira,
Ni ensueño, ni ilusión
En las palabras que surgen
Cuando su recuerdo aparece
Desde el fondo del corazón.


Los escritos que aparecen en púrpura son descripciones y explicaciones hechas por la misma abuela y que aparecen en las transcripciones anteriores a esta. Algunos de esas notas son de vital importancia para hallar el punto exacto del sentimiento con el que debe leerse el poema. En azul, aparecen las dedicatorias. Esta parte de mi trabajo generó tal conflicto interior en mí, que no puedo más que  pedir perdón a todos y todas aquellos y aquellas que suelen quitarse años. . . créanme
. . . ustedes son eternamente jóvenes por su corazón, más que por los años que la vida les va descontando.












           ECOS DEL ALMA













Este libro es una copia del que dejé a mis hijos como recuerdo de mis inquietudes espirituales. Muchos de mis primeros versos se me olvidaron y no he podido recogerlos aquí.
 
                                       A LOLA

Empiezo por los que le hice a una amiga cuando yo tenía doce años que se titula:

1916


                                ¡Oh, mi simpática Lola!

Te tengo en el corazón.

Eres como una aureola

que refleja en un panteón.



Eres por decirlo así: 
Como una paloma blanca
que de una ilusión arranca

las plumas al colibrí.
 

                      SERENATA


                                Canción


1923

No vayas ingrata a cubrir de dolores, 

al alma que gime con penas de amores,

cantando un ensueño que fue realidad;

Levántate y oye al son de mi lira,

que canta afanosa y amante suspira,
suspira por verte dichosa y feliz.


Yo quiero que encuentres un alma amorosa,

que un culto le rinda a tu suave hermosura.

Y diga dichosa: Así es el amor. 

         Mientras fugitivo buscando otros lares,  

       encuentre la tumba que fue mi ilusión.

                                         AMOR


                                                Canción

                                  Pedraza, 1920

































                  Nos encontramos, por vez primera, 
                   hablé de amores muy cerca de ti.
                 Con esa dicha que el alma anhela 
                    Y desde entonces: Te presentí.


Entre celajes del mismo cielo,

pálida y casta, pensando en ti.

Te hallé tranquilo en el arroyuelo

Y, desde entonces: Te presentí.

Presentimiento que a mi alma vino,

para grabarse cual está hoy.

Eres estrella de mi camino,

Iluminada,  por ella estoy.


                                     A LA LUNA

1925

Viajante luna, en el espacio te veo.

Navegas tan deprisa como el viento.

Concédeme un favor, hija del cielo,

llevándote mi fugaz pensamiento.

Mi pensamiento lleno de ilusiones

que no alcanzan jamás a ser verdades.

Para no sufrir las realidades,

Arranca, de una vez, mi corazón.

A este corazón, en quien no existe

las alegrías que el tiempo se ha llevado.

No quiere vivir con el veneno

que en este corazón ya se ha arraigado.

                  POLICARPA SALAVARRIETA

1928

Policarpa Salavarrieta, heroína de la historia,

sublime y abnegada, en toda su aflicción.

El rey con su sentencia sacrílega e impía,

borrar quiso del mundo su mano bienhechora.

No supo que los siglos que no la conocían

bendicen aunque en sombras su imagen protectora.

                                    A BOLÍVAR

1928

Nació para lo grande, su nombre es un tesoro;

Que guardo dentro el pecho para adorarlo más.

Los hijos de Colombia guardamos su recuerdo.

Para todos los siglos, su nombre existirá.

Bendita aquella hora que le trajo a la vida.

Bendito su recuerdo, su nombre y valentía.

Por él, tenemos la libertad tan bella;

Por él, tenemos nombre, consuelo y alegría.

Cantemos sus hazañas, los hijos de Colombia.

¡Un viva, demos todos, al genio de la gloria!

Decid con entusiasmo, hermanos y compañeros:

¡Viva, el Libertador! Él inclito guerrero.

                         BANDERA DE COLOMBIA


1928
              Bandera de Colombia: tus colores
              simbolizan la grandeza de mi suelo.
En ellos, se condensan los amores,

Las luchas, las riquezas, los anhelos.

Agitada en los campos de batalla

infundes el valor a quien te lleva.

No importa el furor de la metralla

mientras tú, te levantes placentera.

Que acaben de los odios, los furores.

Que se acabe la paz, que todo acabe.

Pero nunca tu grandeza, tus fulgores

pasarán de los pechos que te amaren.

                                    ESO ERES TÚ


(A MI HIJA ETELVINA SANTANDER CH.)

1929

Eres astro de la tierra, refulgente.

Canción de Dios que a deleitar convida.

Arpa sonora que toca dulcemente

el armonioso vals de la vida.

La sonrisa del ángel en la cuna,

aroma de jardín en la mañana,

los primeros resplandores de la luna

cuando asoma, en oriente, tan ufana.

Te quisiera tener aquí escondida.

Librarte de ese mundo que corrompe.

Y poner, en tu frente purpurina,

corona de flores de los montes.

                           AL HERMANO AUSENTE

1932

Estando una mañana pensativa

con la vista fija en occidente,

pasó como una ráfaga divina,

trayendo en sus alas purpurinas,

el amado recuerdo del ausente.

Como una placidez del cielo

llegó a mi mente tu gentil persona.

Y, en esa grata y celestial hora,

traté de rasgar el transparente velo.

Pulsé la lira y coordiné estos versos.

Nuestras almas, también hermanas en la pena, 

en el silencio se comprenden más.

Mi rostro dice que mi alma está serena.

Dios es testigo de lo que nunca sabrás.

Sigue en silencio que así te quiero.

Así te miré como un sostén.

Para mis hijos, cuando yo muera,

su dulce apoyo serás, también.

                                   A UNA AMIGA

1932

Llora conmigo, no llores sola.

Porque tu llanto me hace sufrir.

Vamos vagando como las olas

siempre ignorando el porvenir.

Llora en mi pecho que si comprende

cuanto de grande tiene el llorar.

El vulgo torpe vive creyendo

que es una mengua nuestro penar.

Llaman triste al que aquí llora.

Dios nos lo ha dicho, eso es vivir.

En este mundo, sólo unas horas

es que se ignora el porvenir.

Llora en mi pecho que si ha llorado

y lleva clavado el dardo artero de mi dolor.

Sólo con lágrimas he calmado

de mis martirios el recio ardor.

                               AMOR DE MADRE

                                                 CANCIÓN

1933

La madre de mi alma, la madre sin igual.

La estrella de mi cielo, alegría del corazón.

Por eso, cuando sufre a causa de mi mal

suspiro por su ausencia, suspiro por su amor.

Amor que no se acaba, amor que no se mustia.

Amor que se reparte como la luz del sol.

Por eso, cuando muere, nos deja tal angustia

que sentimos muy hondo la falta de su amor.

Cuando en la vida anhelo del amor, los encantos,

comprendo que sin ella la dicha es ilusión.

Por eso, cada día, la adoro tanto, ¡tanto!

Que siento que tras ella se va mi corazón.

                                 UNA LAGRIMA

(A MI HIJA GLADYS MELANIA)

1933

De tus alegres ojos, vi una lágrima,

rodó  por tus mejillas de carmín,

al pedir que de mi amor te dedicara:

Unos versos exclusivos para ti.

Es tan grande mi amor, hija querida.

Que en lenguaje no puedo traducir,

Lo que para ti, mi pecho anida

no hay pluma que le pueda describir.

Tu endulzas de mi pena, la agonía

y alientas mi corazón en su latir.

Tú eres risa, amor y alegría.

Eres gracia y caricia en mi sufrir.

                         TU PRIMERA COMUNION

(PARA ENA BEATRIZ DE LEÓN)

Acróstico

1934

En la callada soledad había

no sé qué vago y melancólico

aroma de nardos. ¡Qué ambrosía!

Blanco como tu alma se veía

el velo frágil que cubría tu rostro.

Al lado, en el altar te sonreía

tierno y sencillo, el amado esposo.

Rezaste por tu madre, una plegaria.
Y al instante, como una chispa viva
surcaste de tu madre, las entrañas.


Divina por la luz que te cubría,

envuelta en los girones de la gracia,

levantaste la vista enternecida,

en tu alma inocente se veía

otro cielo brillar como una gasa.
Nítida y resplandeciente aparecías.

 

                            HORAS LÚGUBRES

1934

Triste, las horas miro pasar.

En esta vida para mí, sin flores.

Vivo sufriendo no sé que mal,

vivo llorando tantos dolores.

Horas de pena tiene mi vida,

horas de eterna melancolía,

horas crueles que las escucha,

llena de pena, el alma mía.

Pasan las horas y cada instante,

es una nueva ilusión.

Cuento las horas como el amante

a quien desprecian su fiel amor.

                                      TERNEZAS

(A MANUEL Y MARTA)

Pedraza, 1935

A ustedes, pedazos de mi alma,

imagen del amor y mis martirios,

dedico estas estrofas, perfumadas

con todo el calor de mi cariño.

Manuel: Tú fuiste el primero

que libó la miel de mi ternura.

Las fuentes de mi amor se abrieron

al contemplar de hinojos tu figura.

Te llevé en mi seno, satisfecha

y dar forma a mi amor sentí.

La vida de mi vida es tu silueta.

Todo mi ser se reencarnaba en ti.

Marta: La chiquitina entre mis hijos

Es tierna, dulce y siempre bondadosa

Y te siento en mis afanes. . .  amorosa.

Sé que de mi vida a la de ella penden hilos.

Ella: La tierna flor que un día

brotó de mis jardines casi en ruina.

Tan delicada y frágil. . .  parecía:

Apenas un capullo así en la cuna.

Mi amor tiene sus alas como el ave

y tiene para todos, sus ternezas.

Como arrullo de palomo es tierno y suave

y es alegre,  a pesar de mis tristezas.

                HOMENAJE A LA COLONIA MARÍTIMA


(En vacaciones)

Santa Marta, 1939

Perla de océano, yo te admiro.

Diadema de los Andes, te saludo.

Morada del cenit, yo te venero.

Dispensadora de los bienes, te bendigo.

El mar en tus vaivenes te acaricia

y en su mudo lenguaje, te extasías.

Los hombres y la ciencia en su grandeza

te dieron el blasón que merecías.

Es tu lema, hacer bien a quien se llega

a tus puertas, sediento de salud.

A nada te detienes en la brega

de enseñar y formar la juventud.

La mujer que en tu seno sacrifica

la anhelada quietud de sus hogares;

tiene la dulzura que predica

su noble corazón y sus bondades.

Quiera el cielo que siempre en tus salones

resplandezca como hoy tus beneficios.

Es propio de nobles corazones,

hacer bien hasta llegar a sacrificios.

                         EN EL DÍA DE LA MADRE

Pedraza, 1939

Para cantarte madre, en estas horas,

en que a todos embarga la emoción,

no es posible a mi mente soñadora

siquiera reflejar mi ardiente amor.

Sólo decirte, madre que yo te adoro.

Que sin ti, la existencia es muy amarga.

Que las horas junto a ti, son un tesoro

y lejos de tu amor, pesada carga.

Feliz aquel que cuando llega el día

a su madre saluda con cariño.

La madre es la luz que siempre guía

al anciano, al joven y al niño.

                                 DULCE MORENA

(COMO RECUERDO A EVELINA)

Pedraza, 1939

Dulce morena de tristes ojos

y alma blanca como el jazmín;

de siemprevivas hago un manojo

rogando al cielo que sin abrojos,

doquiera vayas siempre feliz.

Son tristes, tristes las despedidas

de los que amamos. ¡Ay! De verdad.

Por ser tan tristes, las despedidas

siempre nos queda alguna herida

al ver de frente la realidad.

Vas a tus lares, vuelves dichosa,

donde te esperan con ansiedad.

Yo pido al cielo, muy de verdad,

que te sonría la bella diosa

de los mortales: ¡Felicidad!

Como recuerdo de tus bondades,

hago estos versos sin presunción.

Aquí deshojo las realidades,

las azucenas, los arrayanes

de los jardines del corazón.

                                  DISERTACIÓN


(PARA ANA OROZCO)

Pedraza, 1940

Al rítmico vaivén de la cortina,

contemplabas risueña una mañana,

a un arbusto que, puesto en una esquina

de mi casa, formaba un panorama.

Con  qué clara expresión se deslizaba

por tu inquieto cerebro aquella idea

y, con cuanta franqueza demostrabas

no poder dar color a tu presea.

La imagen de las cosas venturosas

halagan al espíritu en la ausencia.

Y, se siente que una cosa misteriosa

nos transporta y nos lleva a su presencia.

Yo sentí de tu alma soñadora

la pesada nostalgia de ese instante.

Es esta una expresión consoladora

a tu sensible corazón, constante.

                                       MIS ANSIAS

(DEDICADO A ARIEL Y TOÑA)

Pedraza, 1940

¿Qué es el amor? Un hado misterioso

que a la vez nos hiere, nos subyuga.

Nos hace, aún pequeños, ser colosos

y, sin alas nos eleva a las alturas.

Es a veces: tan tierno, tan sensible

que el menor movimiento lo macera.

Y, a veces: Es tan grande, tan terrible

que ni el mar lo disuelve en su cantera.

Que tenga vuestro amor las tiernas alas

de la pureza. Que os eleve a las alturas

y que os vistáis con sus tiernas alas.

Que todo lo que os hiera sea dulzura.

Que sea grande y terrible contra todo

lo que pueda menguar vuestra ventura,

y, que si lágrimas vierten vuestros ojos,

sean también, esas lágrimas dulzura.

Mi pobre corazón así lo ansia.

Y aunque rotas las cuerdas de mi lira,

elevo una plegaria hacia María

la que ha de guiaros por la vida.

                               PLEGARIA A MARIA


Pedraza, 1940

Permite que a tus plantas deshoje, madre mía.

Las flores amorosas de mi sincero amor.

Son débiles mis cantos pero ante ti, María:

¿Quién no se siente atleta, genio y trovador?

Tú tienes, Virgen Santa, el bálsamo que cura

las ansias de mi alma en rudo batallar.

Y tienes en tus ojos la celestial dulzura

que calma mis angustias, que alivia mi pesar.

Yo busco tus caricias en esas manos bellas

que elevas a los cielos en busca de perdón,

por medio de esas manos que son fulgor de estrellas,

recibe paz el alma y alivio el corazón.

Yo vivo abandonada en este mundo incierto.

No tengo otra delicia sino implorar a ti.

Son muchas mis congojas, sin embargo, siento

la dicha de tenerte siempre junto a mí.

Yo soy una de aquellas por quien feliz un día

del fango de este mundo, el Señor exoneró.

Yo soy la que a tus plantas, te dice: ¡Madre mía!

Y soy la que no tengo consuelo sino en vos.

Recibe estas plegarias ¡Oh, Madre de clemencia!

Y alcanza de tu hijo alivio a mi dolor.

Y cuando llegue, un día tocando a nuestra puerta

Dedícame un asiento allá en tu corazón.

¿VENDRÁS?

Pedraza, 1941

Días ha, que te espero y no has llegado.

Reina frágil de todos soberana.

Mi pobre corazón aunque llagado

sigue siempre esperándote y te llama.

No es posible pensar en mi amargura

que nunca has de venir a questos lares,

Abrigo esperanza, por ventura,

No me dejes morir con mis pesares.

Busco ansiosa tras esos nubarrones

que en las tardes circundan el espacio,

el final de mis penas y dolores

o el alivio del mal en que m e abraso.

En ese azul que llamamos cielo,

te pregunto en mi afán siempre infinito:

¿Es allí, donde llega nuestro anhelo?

¿Por ventura mi dolor estaba escrito?

Hada, reina o diosa no respondes.

Te grito con afán en mis desvelos.

¿Es azul ese manto en que te escondes?

¿Es ese azul lo que llamamos cielo?

                                        SÚPLICA

                              AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Pedraza, 1941

Dame de tu fuego, Jesús mío.

Una chispa siquiera que incendiara

a este corazón que ya se apaga

y que en vez de tu incendio, tiene frío.

Esa tristeza con que tú me miras.

Esas delicias que en tu rostro veo.

¿No podrán efectuar este deseo

de llamarme, por favor, tu amiga?

Sí. Me dice tu boca delirante.

Sí. Me dice tu mirada pensativa.

Pero deja la tibieza, mi enemiga

y no me separaré de ti un solo instante.

Tú lo puedes, Señor. A ti me entrego.

Disipa las tinieblas de mi mente.

Abandono en tus brazos, yo mi suerte

Dispón de mí como te plazca luego.

Y, bajo tu amparo, como dueño mío.

Pongo cuatro retoños que me diste.

Y así como a la selva siempre viste

Que no les falte nunca tu rocío.

                                  VIVE CORAZÓN


(DEDICADA A MI HERMANA RITA)

1941

Vive corazón, siempre llorando

las terribles tristezas de otros días.

Pero no desalientes que es amargo:

Vivir para sufrir sin valentía.

Sufre y espera en la justicia santa.

No depongas las armas que el vencido,

si alienta en su pecho una esperanza,

es grande y vencedor,  cuando ha sufrido.

Los pesares del mundo abruman tanto.

La orfandad de la dicha es tan amarga.

Que tenemos que hacer como los Santos:

Mirar al infortunio cara a cara.

Si injustamente nos persigue el mundo,

si pagan con maldad nuestras bondades,

apuremos con ánimo rotundo

el veneno que escanciamos a raudales.

Y si un fin bondadoso nos expone

a sufrir de la vida desencantos.

Levantemos el alma que se opone,

la grandeza del bien con el quebranto.

Y si sois, corazón, todo grandeza.

Y si tienes de Dios, la esencia pura.

¿Por qué os hace sufrir con su vileza

de los hombres, la maldad y la impostura?

No podéis, corazón desventurado.

A un tiempo, combatir dos enemigos.

Desechad los ataques del malvado

y levanta tu estandarte no vencido.

¡Vive, corazón! Siempre llorando

las terribles tristezas de otros días.

Pero, no desalientes que es amargo

vivir para sufrir sin valentía.

                                 MIEL Y ACÍBAR

(A RAQUEL DE TAPIAS)

1942

Feliz, tú que entre llantos y congojas,

surcas airosa el mar de la existencia.

Cada rosa que tocas se deshoja

perfumando tus sienes con su esencia.

Feliz, tú,  a quien dotó la naturaleza

de gracia, de bondad, de galanura,

de gran corazón, de gentileza,

de todo lo que encierra la hermosura.

Hay martirios y dicha en tu camino.

Hay rosas y abrojos en tu senda.

Sonrisa y llanto te legó el destino,

Miel y acíbar, te dejó en ofrenda.

Tu alma que la pena purifica

y que sabe sufrir con el que sufre,

es un mar de delicias que palpita

y en su fondo, se miran los querubes.

En tu camino de martirio y pena,

pocos son los que advierten tu fatiga.

Porque llevas con gracia tu cadena

y sabe consolar, tu mano amiga.

He llorado de pena y sentimiento.

He apurado el dolor hasta las heces.

Sólo tú, a mis quejas y lamentos,

has sabido consolar distintas veces.

Lágrimas de dolor sólo he vertido

sobre tu pecho grande y generoso.

Jamás le digo al mundo que he sufrido.

Sólo tú has acallado mis sollozos.

                                      EL CABALLO

Barranquilla, 1942

En otros años, cuando a la guerra

te lanzabas con tu señor,

admiraba toda la tierra,

tu gran coraje, tu abnegación.

En esas luchas en que valiente

interpretabas a tu señor,

te lanzabas también rugiente

para ofrecerle tu protección.

Muerto en la lucha morías con  gloria

con  esa gloria que da el valor.

En página de oro  guarda la historia

de tus proezas,  el galardón.

Todo ha pasado. Tu compañero

hoy no te busca para luchar.

Va por los aires, va por el suelo

pero lo lleva la electricidad.

Hoy lo acompañas en el trabajo;

con él compartes su actividad.

Pero qué vida, tu pobre vida,

hoy no es de gloria, hoy es de afán.

Mueres llevando sobre tus hombros

el duro yugo del trabajar.

Nadie se acuerda después de todo

que fue una gloria tu batallar.

¡Pobre caballo! ¡Cómo te admiro!

Y compadezco en tu sufrir.

Vives sufriendo, vives luchando

y mueres sin gloria. ¡Qué triste fin!

                           LÁGRIMA Y ESPERANZA

(PARA EL ALBUM DE RUTH)

Pedraza, 1942

No importa que la suerte nos abata.

Si llevamos a Dios dentro del alma.

No importa que la vida nos combata

si en él gozamos de ternura y calma.

¿Qué son las asperezas del sendero

si ponemos en Dios nuestra esperanza?

Nada en la tierra es duradero

si sólo Él, al alma da bonanza.

¿Qué son las delicias de la vida

si termina tan pronto la jornada?

¿Por qué se llora la ilusión perdida

si la dicha del mundo es humo, es nada?

La vida es sólo sufrimiento y pena

para todos es el llanto y la miseria.

Todos somos eslabón de  la cadena

que Eva y Adán tejieron en tragedia.

Sólo Dios para el alma es verdadero

y sólo sus designios no se acaban.

Se acaba el fuego del amor primero,

tristeza y decepción, también se acaban.

Hay una fuente que en sus aguas tiene:

Dulce consuelo a quien las bebe bien.

Son aguas puras que corriendo vienen

de ojos nacidos en el mismo Edén.

Con esas aguas que el dolor arranca

se acerca la criatura a su creador.

Toca pureza en su cristal abarca

cuando es el fruto del divino amor.

Así palpamos cuando llama ardiente

hace del alma nuestro ser sentir,

por un impulso del dolor la fuente

se desborda y hace el corazón latir.

Si lleváis una pena en vuestra vida

y se os hace imposible mitigarla, 

llevad la esperanza por égida

y verted por amor, alguna lágrima.

                                 SALUDO A PLATO

Pedraza 1943

Traigo estos versos, hijos del alma,

brote espontáneo del corazón.

No ansío con ellos obtener la Palma

yo sólo quiero la aceptación.

Venir a Plato fue nuestro anhelo.

Jugar en Plato, fue nuestra ilusión.

Mirar sus calles, pisar su suelo

brindarle efluvios del corazón.

Hace dos años que esto se inicia

y se frustraba nuestro ideal.

Al fin llegamos: ¡Cuánta delicia!

Nos proporciona la realidad.

Saludo traigo a los estudiantes

y a los maestros en general.

Saludo a Plato siempre arrogante,

hospitalario y fraternal.

                                          ELEGIA

(A MI PADRE MUERTO)

Barranquilla, 1946

No es que te quiera más, después de muerto.

No es que tu ausencia me produzca hastío.

Es que te llevo siempre muy adentro

y te quiero recordar, dulce bien mío.

Fuiste tan bueno y digno de quererte

que no puedo dejar de recordaros.

Para los seres buenos es la muerte

entre esta vida y aquella, como un faro.

Fuiste en la vida: Ejemplo de terneza.

Fuiste cuna de amor para tus hijos.

Fuiste centro de lealtad y de nobleza.

Tuviste en el cielo, los ojos siempre fijos.

Desde que te fuiste, hemos luchado

¡Con cuánta soledad en esta vida!

Pero pensando en ti, he sido fuerte.

La fuerza del amor que en mi alma anida.

¡Cuántas veces mirando tu retrato

he pensado hablarte cuál si oyeras!

Cada día que pasa,  cada rato,

me dedico a pensar en si volvieras.

Mas, tú no volverás, duermes tranquilo.

En el reposo de la vida aquella.

Como duermen los seres que han seguido

de Dios, la senda al trazar su huella.

De aquel consuelo que en la vida fuiste,

guardo en  mi alma, en tu ausencia todavía.

Y los sabios consejos que me diste

serán siempre mi antorcha, mi alegría.

                       CUESTIONARIO ESPIRITUAL


Pedraza, 1946

¿Qué es el amor?

Un hado misterioso a la vez

Que nos hiere, nos subyuga,

Unas veces nos transforma en colosos

Y otras, en pigmeos.

¿Qué es la virtud?

Un don de Dios y el que tiene la desgracia

De no poseerla, así se empeñan los sabios

En inculcarla, no lo conseguirán.

¿Qué es el dolor?

Es una gracia de Dios,

Porque cuando llegamos

A sentirlo nos acercamos a él.

¿Qué es la oración?

La escala por donde sube

Nuestro espíritu, para ponernos

en comunicación con Dios.

¿Qué es la resignación?

La naturalidad con que acogemos

Los designios de Dios, como son

La muerte y la pobreza.

¿Qué es la esperanza?

Un faro en lontananza, con el cual

Nos guiamos en el camino a la vida.

¿Qué es la caridad?

Un sentimiento de compasión

Hacia nuestros semejantes que

Nos abre el camino para el cielo.

¿Qué es el deber?

Una fuerza de voluntad que nos obliga

A mantenernos firmes en la línea de la vida

Con el estandarte del sacrificio en alto

Y por única defensa,
Nuestra entereza de carácter.


¿Qué es el honor?

Una cualidad que nos lleva

al estricto cumplimiento de nuestros deberes

con la cual nos granjeamos

el aprecio y la estimación de los demás.

¿Qué es la bondad?

Un sentimiento del alma con el cual

Nos encaminamos a la virtud y nos

Hace distinguir de los malvados.

¿Qué es la sinceridad?

La franqueza y liberalidad con que

Procedemos en nuestras acciones

Y nos hace acreedores a la confianza

De los demás.

¿Qué es el valor?

Cualidad que nos mantiene impasible

Ante las arremetidas de los malvados

E indispensables también para

Llegar a la virtud.

¿Qué es la razón?

El orden con que discurrimos

Los conceptos, según la capacidad

De cada uno.

¿Qué es la amistad?

Una semilla especial

Que no fructifica en los corazones

Veleidosos.

¿Qué es la felicidad?

La satisfacción que sentimos

Cuando algo bueno alegra

Nuestro espíritu y cuando esto se aleja

Ella también huye porque es efímera.

                                  REMEMBRANZA

(EN LA TUMBA DE MI PADRE)

Cerro de San Antonio, 1946

Nunca sobre tu tumba pondré flores

Porque las flores pronto se marchitan.

Aquí sólo pondré, amor de mis amores,

Estos versos y mis lágrimas ternísimas.

                                      NOCTURNO

(DEDICADO A MI MADRE)

Barranquilla, 1947

¡Oh, la vida! ¡Cómo pasa!

Unas veces revoltosa

Y otras veces tan serena.

Van pasando tantas cosas

Y por fin con sus hechizos,
Va llegando, va llegando
Noche buena.


¡Nochebuena y sus recuerdos!

Unas veces de alegría

Y otras veces de pesares y de penas.

Pero siempre caminando

Despacito por la vida
Va llegando, va llegando
Nochebuena.


Esta noche en que María

Con su niño tiernecito,

Nos invita generosa

A gustar de la alegría

De la noche más hermosa
De la vida nazarena.
Esta noche siente mi alma
Aunque triste, los recuerdos
Más felices de otras idas
Nochebuenas.


Nochebuena que pasada

Al rescoldo de la lumbre del hogar

Y el amor de los hermanos

Que comparten nuestras penas,

No se siente aquel vacío que notamos
Cuando lejos de la casa,
Va llegando tristemente
Nochebuena.


He pasado muchas noches

Triste y sola con el ansia de la dicha

Y el dolor de una quimera;

Pero siempre al recordarlas

Aunque triste va impregnando
Ese recuerdo del perfume de alegría
Que nota en el espacio
Cuando llega
Nochebuena.


Esta noche, estoy muy lejos

Y aunque mi alma, por la ausencia

No se siente muy serena,

Siente un júbilo saturado del perfume

De la esencia de esta noche,
Tan hermosa y expresiva,
Nochebuena.


Y mi alma se extasía

Y en el éxtasis sublime

De esta linda nochebuena,

Voy tejiendo mis amores

Para hacer con todos ellos
La guirnalda de recuerdos
Que esta noche, madre mía,
Deposito en tus cabellos.


¡ÓYEME, SEÑOR!

Barranquilla, 1947

Señor: Soy un cansado peregrino

Que luchando con las zarzas del camino,

Viene a caer en tus plantas con sus quejas.

¡Levántame, Señor! ¿Por qué el destino

se sañará en mi dolor? Si tú me dejas.

Cruzando los desiertos de la vida

Sediento, todo lleno de fatigas,

He llegado hasta ti, con mis dolores

Esperando Señor que me bendigas

Y que calmes mi dolor con tus amores.

En medio de este mar de la existencia

Náufrago y triste, solo tengo la creencia

De encontrar un refugio en tu regazo.

No me dejes, Señor, que solo tu clemencia

Mitigará el ardor en que me abrazo.

He llegado hasta ti con mis querellas

Indigno, todo lleno de miserias

A implorar de tu amor que me perdones

Pues corriendo por todas tus arterias

Va la sangre que diste a montones.

                                LA PORDIOSERA

Barranquilla, 1947

Siempre encuentro a una triste pordiosera

En la puerta de la iglesia, los domingos;

Que lánguida y con mirada lastimera

Me dirige sus frases de cariño.

Esa mujer que sin quererlo daña

Las fibras de mi débil corazón,

Lleva siempre tristeza en sus pestañas

Porque con lágrimas riega su dolor.

Triste y pobre mujer. Cómo la admiro

Coronada su frente de dolores

Porque retrata la faz de los mendigos

La calma del amor de los amores.

                                       LAMENTO

(DEDICADO A PABLA DE RUIZ

COMO RECUERDO A DELIA)

1947

Hoy, hace un mes que te alejaste sola

Dejando a tu familia entristecida.

Fue tu vida fugaz como la ola

Y te encontró la muerte arrepentida.

Una sombrea, no mas, hubo en tu cielo.

Terrible sombra que amargó tu vida.

Que acabó en  un instante con tu anhelo

Y que me hace tu muerte  más sentida.

No era este mundo, el teatro apetecido

Con que soñaba tu ilusión sencilla,

Era el cielo tu ideal, noble y sufrido

Llegó tu corazón a la otra orilla.

La muerte, Delia, te cerró el camino.

La vida ingrata, te negó consuelo.

Sólo la Virgen  que en tu busca vino.

Te dará paz allá en el cielo.

A estos corazones que tú dejas,

Sumidos en el dolor y la amargura,

Acabarán su vida con las quejas

De que ya no tienen tus ternuras.

Y hoy que hace un mes que te alejaste sola

Vengo a ofrendar a tu recuerdo triste,

Mi llanto acerbo y mi letal congoja

En memoria de todo lo que fuiste.

                                   A MI MADRE

(EN SU DÍA)

1947

Nada puede decirte que no diga,

El ansia de quererte en mis locuras,

La esencia de tu amor siempre mitiga,

La gran tempestad de mi amargura.

Quisiera en ratos de mi vida a solas,

Extraer la hiel que amarga tu existencia

Y, luego de mujer fue relicario

Que he llevado prendido al corazón.

Y no es en versos como yo quisiera

Estampar de tu amor la dulcedumbre,

Quisiera ser artista que pudiera

Pintar tu corazón como una lumbre.

Lumbre perenne que nunca ha vacilado,

Ante el empuje de huracán ni sismos;

Lumbre que a su calor se han calentado

Los helados corazones de tus hijos.

Cuando tornes de Dios a su regazo

En santa calma como has vivido,

Será esa lumbre como siempre: Lazo

Que atará los corazones de tus hijos.

                                     NAZARENO

1947

Tú que no tienes la maldad del hombre,

Tú que comprendes el dolor ajeno

Y que consuelas sólo con el nombre

Dulcísimo y eterno: ¡Nazareno!

Ven a mi pecho a quien la pena agobia,

Ven a mi pecho como buen amigo,

Que en esta lucha en que me siento momia

Sólo me alegro cuando estoy contigo.

Yo sólo el cielo por mi bien  ansío,

Yo sólo busco tu amistad eterna,

No me abandones por piedad bien mío.

Yo tengo sed de tu piedad serena,

Yo tengo sed del agua de ese río

Que corre por el cauce de tus venas.

                                  MIS VERSOS

1947

Amo mis versos porque son ellos

Parte integrante de mi razón;

Son mi tesoro, son los destellos

De los volcanes del corazón.

Amo mis versos, en ellos pongo

Las dulces notas de mi querer;

Si son humildes como los hongos

Llevan ternura, son de mujer.

Amo mis versos, ellos han sido

El eco triste de mis dolores

Mis ilusiones todas se han ido.

Mi vida sólo en sus ardores

Los lleva a ellos como testigo

De mis quebrantos y mis amores.

                            HOMENAJE DE AMOR

(A LA VIRGEN DEL SOCORRO)

1948

Pasan los tiempos y, tú, no pasas.

Siempre eres tierna para el amor

En tus fulgores siempre se abraza,

De los mortales, el corazón.

Cincuenta años, aquí, en San Roque

Cuántas promesas de amor y fe.

Tú eres la viva piedra de toque,

Dulce consuelo del padecer.

¡Cuántos dolores has mitigado!

Desde ese trono, trono de amor,

Aquí en San Roque te hemos mirado.

Generaciones que ya han pasado,

Y la presente a quien has brindado

Hecho ternura tu corazón.

                                  LA CORBATA

(DEDICADA A MI PRIMO ADALBERTO TAPIAS)

1947

Corbatica dominguera,

Saltarina y generosa.

Tú  que sabes de sus penas

Alegrías y de sus cosas.

¿Dime, alegre corbatica,

es tu dueño un embustero?

¿Se complace con tus cuitas

Y te cuida con esmero?

Ah. . . No sueñes corbatica,

Tu final es muy rastrero,

Cuando llegues a viejita

Te echará en el basurero.

                                       A PEDRO

1947

Estos versos, escritos por mi madre, Etelvina Santander de Chiquillo, inspirados en el dolor de haber perdido a su esposo, los pongo aquí para recordarlos por siempre.

Aquí, en este cuartico,

Siempre unidos los dos

Consultando nuestra vida

Y creyendo siempre en Dios.

¡Qué felices nuestros hijos!

Que se iban y venían

Para nosotros era encanto

Y nada nos afligía.

Nuevas alegrías vinieron,

Cuando vinieron los nietos.

Dulzura para ti fueron

Viéndolos tan correctos.

Hoy, que triste es tu casita,

Sin ti, compañero amado.

La más desgraciada es Rita

Y, por eso, está a mi lado.

                                   PENSAMIENTO


1947

Al copiar estos versos, se me ocurre escribir este pensamiento:

“Cuando duele el corazón, se eleva el sentimiento y, al desbordarse, produce la mística expresión del verso.”

                          A LA VIRGEN DEL SOCORRO

1948

En este embravecido mar de la existencia

En que naufraga la virtud sencilla,

Eres tú, que con toda tu clemencia

Nos llevas de la mano hacia la orilla.

¡Socorro! Clama el pecador contrito,

cuando zozobra su bajel sin rumbo.

Y eres tú, el socorro que Dios quiso

Ponernos en el puerto de este mundo.

Eres socorro del que llora triste

Su gran congoja, su letal dolor,

Eres socorro porque al mundo diste

El gran consuelo del divino amor.

Tú eres socorro del triste mendigo

Que pide angustiado le den el pan;

Y, cuando dice: “¡Por Dios, le pido!”

Tuyo es el precio porque le dan.

Porque eres Reina, soberana y madre,

Del que en la tierra consuelos da.

Y eres esposa del tierno padre

Que allá en el cielo, nos va a juzgar.

Dulce socorro del alma triste

Vuelve tus ojos, en este día,

A los que vienen aquí a pedirte

El gran socorro de tu alegría.

                                  LAS PENAS MÍAS

1948

Fueron tan hondas las penas mías.

Hondas, tan hondas como el mar.

Que por mis ojos siempre corría,

Como un arroyo que dentro hervía,

El agua amarga de mi penar.

Fueron amargas, las penas mías.

Fueron horribles como el dolor.

Fueron tan negras que no veía

Que en las tinieblas estalla el día

Cuando sentimos amor por Dios.

Y, como en medio de la tormenta,

Revienta el rayo y se hace la luz,

Así mi alma cayó en la cuenta

Que uno gime y se desalienta

Cuando le falta amor a Jesús.

Y, hoy, siente penas el alma mía,

Siente dolores y desconsuelos;

Pero, ¡Cuán dulce es la agonía

De un alma enferma que todavía,

Tiene esperanza de hallar un cielo!

Llevo un tesoro dentro del pecho

Que hace tranquilo mis tristes días

Y toda alma tiene derecho

A ese tesoro, no es un secreto,

Son tus consuelos, dulce María.

Con él se obtiene lo más hermoso

Y cuanto de grande hay en la vida.

Convierte penas en alborozo,

Con él tenemos el dulce gozo

De levantarnos en las caídas.

Hoy, en mi vida, no hay amarguras.

Todo lo endulza un sagrado amor,

Ya no hay tinieblas, ni hay negruras.

Jesús da luces con sus ternuras

A las tinieblas del corazón.

                          SOLDADOS DE COLOMBIA

1948


Soldados de Colombia habéis jurado,

Defender a la patria en el peligro,

Con cuanta lealtad os habéis portado

En los momentos trágicos vividos.


Colombia entera os mira complacida

De albergar en su seno generoso

Un puñado de bravos que sin ira,

Han trocado el terror en alborozo.


Seguid, valientes hijos de Colombia,

Que defendéis con orgullo su bandera,

Con brazo firme para cristalizar su historia

Que así os bendice la humanidad entera.


Juramento de fe que es patriotismo

Hiciste ante el altar de los mayores

Le demuestra el valor y el civismo

Con que habéis disipado los temores.


¡Salve, Colombia! Siempre muy amada

Cuna de hombres humildes y valientes,

Tu gloria con amor será cantada

Por este pecho que se inclina reverente.


CANTO DEL MENDIGO

1948


¡Una limosna por Dios, Amigo!

Dice el mendigo y tiende la mano.

¡Una limosna, por Dios le pido!

¡Una limosna por Dios hermano!


Y ese, su canto dulce, armonioso

Lleva arpegios de eternidad;

Porque en la vida lo más hermoso

Son esos cantos de realidad.


También ese canto es delicioso

Porque sus notas llevan amor;

De los amores, el más hermoso

Es el mezclado con el dolor.


Es con dolores que nos enseña

La Santa Iglesia, el amor de Dios,

Ensangrentado Cristo se adueña

De los dolores, por puro amor.


Así es la vida, dolor eterno,

Disimulado con el placer,

Ansia de gloria, dolor de infierno;

Duele el presente, duele el ayer.


Y el mendigo, desde la acera,

Una limosna pide por Dios.

Y el que la alarga, también quisiera,

Una limosna de compasión.


¡Cuánta dulzura ese canto encierra!

Canto del alma, canto de amor.

Que Dios pusiera sobre la tierra

Para demostrarnos su compasión.


Y el mendigo, sigue cantando,

Una limosna pide por Dios,

Hasta que llegue no sabe cuándo

al triste sitio donde nació.

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