Recordando a
ACHA
Barranquilla
Diciembre,
2003
INTRODUCCIÓN
En un soñador intento porque la vieja y siempre recordada abuela
reviva en sus palabras, he recopilado para mis hermanos, mis primos, sus hijos
e hijas, sus nietos... que no demoran en aparecer... los melancólicos y sabios
versos de nuestra Acha.
Nadie ha podido explicarme con claridad la razón de su apodo. Yo
siempre lo he relacionado con la filosa y peligrosa Hacha del leñador que
eficiente y diligente sale todos los días al bosque para hallar el mejor de los
árboles. Así recuerdo a mi abuela, bañada y olorosa sentada en una silla
redonda tejida con cuerdas de plástico azul, peinándose con una peineta negra
que terminaba por sujetar, los pocos cabellos que le quedaban, en un enroscado
moño sobre su cabeza. Ella siempre tenía en sus versos el mejor árbol del
bosque.
Ella, ciega para los tontos, sorda a lo que le convenía y enferma
según los que piensan que el cuerpo domina al espíritu, sigue teniendo para
cada uno de nosotros una rama frondosa, que da sombra, refresca o simplemente
inspira en el enraizado árbol del amor
por la palabra que sembró en cada uno de nosotros.
Este libro es la vida
De una abuela querida,
Una madre venerada,
Una suegra bien amada,
Cristiana fiel y entregada.
Es un tierno homenaje
A una mujer con coraje,
Valentía y ternura,
Sobreviviente de la amargura
Que atravesó su corazón.
Yo la quise desde niña
Aprendiendo con ella
El valor de la palabra,
La riqueza del verso
Y la entrega a Jesús.
Si alguien la conoce
Sabe que no hay mentira,
Ni ensueño, ni ilusión
En las palabras que surgen
Cuando su recuerdo aparece
Desde el fondo del corazón.
Los escritos que aparecen
en púrpura son descripciones y explicaciones hechas por la misma abuela y que
aparecen en las transcripciones anteriores a esta. Algunos de esas notas son de
vital importancia para hallar el punto exacto del sentimiento con el que debe
leerse el poema. En azul, aparecen las dedicatorias. Esta parte de mi trabajo
generó tal conflicto interior en mí, que no puedo más que pedir perdón a todos y todas aquellos y
aquellas que suelen quitarse años. . . créanme
. . . ustedes son
eternamente jóvenes por su corazón, más que por los años que la vida les va
descontando.
ECOS DEL ALMA |
Este libro es una copia del que dejé a mis hijos como recuerdo de mis inquietudes espirituales. Muchos de mis primeros versos se me olvidaron y no he podido recogerlos aquí.
A LOLA
Empiezo por los que le hice a una amiga
cuando yo tenía doce años que se titula:
1916
¡Oh, mi simpática Lola!
Te tengo en el corazón.
Eres como una aureola
que refleja en un panteón.
Eres por decirlo así:
Como una paloma blanca
que de una ilusión arranca
las plumas al colibrí.
SERENATA
Canción
1923
No vayas ingrata a cubrir de dolores,
al alma que gime con penas de amores,
cantando un ensueño que fue realidad;
Levántate y oye al son de mi lira,
que canta afanosa y amante suspira,
suspira por verte dichosa y feliz.
Yo quiero que encuentres un alma amorosa,
que un culto le rinda a tu suave hermosura.
Y diga dichosa: Así es el amor.
Mientras
fugitivo buscando otros lares,
encuentre la tumba que fue mi ilusión.
AMOR
Canción
Pedraza, 1920
Nos encontramos, por vez primera,
hablé de amores muy cerca de ti.
Con esa dicha que el alma anhela
Con esa dicha que el alma anhela
Y desde entonces: Te presentí.
Entre celajes del mismo cielo,
pálida y casta, pensando en ti.
Te hallé tranquilo en el arroyuelo
Y, desde entonces: Te presentí.
Presentimiento que a mi alma vino,
para grabarse cual está hoy.
Eres estrella de mi camino,
Iluminada, por ella estoy.
A LA LUNA
1925
Viajante luna, en el espacio te veo.
Navegas tan deprisa como el viento.
Concédeme un favor, hija del cielo,
llevándote mi fugaz pensamiento.
Mi pensamiento lleno de ilusiones
que no alcanzan jamás a ser verdades.
Para no sufrir las realidades,
Arranca, de una vez, mi corazón.
A este corazón, en quien no existe
las alegrías que el tiempo se ha llevado.
No quiere vivir con el veneno
que en este corazón ya se ha arraigado.
POLICARPA SALAVARRIETA
1928
Policarpa Salavarrieta, heroína de la historia,
sublime y abnegada, en toda su aflicción.
El rey con su sentencia sacrílega e impía,
borrar quiso del mundo su mano bienhechora.
No supo que los siglos que no la conocían
bendicen aunque en sombras su imagen protectora.
A BOLÍVAR
1928
Nació para lo grande, su nombre es un tesoro;
Que guardo dentro el pecho para adorarlo más.
Los hijos de Colombia guardamos su recuerdo.
Para todos los siglos, su nombre existirá.
Bendita aquella hora que le trajo a la vida.
Bendito su recuerdo, su nombre y valentía.
Por él, tenemos la libertad tan bella;
Por él, tenemos nombre, consuelo y alegría.
Cantemos sus hazañas, los hijos de Colombia.
¡Un viva, demos todos, al genio de la gloria!
Decid con entusiasmo, hermanos y compañeros:
¡Viva, el Libertador! Él inclito guerrero.
BANDERA DE COLOMBIA
1928
Bandera de Colombia: tus colores simbolizan la grandeza de mi suelo.
En ellos, se condensan los amores,
Las luchas, las riquezas, los anhelos.
Agitada en los campos de batalla
infundes el valor a quien te lleva.
No importa el furor de la metralla
mientras tú, te levantes placentera.
Que acaben de los odios, los furores.
Que se acabe la paz, que todo acabe.
Pero nunca tu grandeza, tus fulgores
pasarán de los pechos que te amaren.
ESO ERES TÚ
(A MI HIJA ETELVINA SANTANDER CH.)
1929
Eres astro de la tierra, refulgente.
Canción de Dios que a deleitar convida.
Arpa sonora que toca dulcemente
el armonioso vals de la vida.
La sonrisa del ángel en la cuna,
aroma de jardín en la mañana,
los primeros resplandores de la luna
cuando asoma, en oriente, tan ufana.
Te quisiera tener aquí escondida.
Librarte de ese mundo que corrompe.
Y poner, en tu frente purpurina,
corona de flores de los montes.
AL HERMANO AUSENTE
1932
Estando una mañana pensativa
con la vista fija en occidente,
pasó como una ráfaga divina,
trayendo en sus alas purpurinas,
el amado recuerdo del ausente.
Como una placidez del cielo
llegó a mi mente tu gentil persona.
Y, en esa grata y celestial hora,
traté de rasgar el transparente velo.
Pulsé la lira y coordiné estos versos.
Nuestras almas, también hermanas en la pena,
en el silencio se comprenden más.
Mi rostro dice que mi alma está serena.
Dios es testigo de lo que nunca sabrás.
Sigue en silencio que así te quiero.
Así te miré como un sostén.
Para mis hijos, cuando yo muera,
su dulce apoyo serás, también.
A UNA AMIGA
1932
Llora conmigo, no llores sola.
Porque tu llanto me hace sufrir.
Vamos vagando como las olas
siempre ignorando el porvenir.
Llora en mi pecho que si comprende
cuanto de grande tiene el llorar.
El vulgo torpe vive creyendo
que es una mengua nuestro penar.
Llaman triste al que aquí llora.
Dios nos lo ha dicho, eso es vivir.
En este mundo, sólo unas horas
es que se ignora el porvenir.
Llora en mi pecho que si ha llorado
y lleva clavado el dardo artero de mi dolor.
Sólo con lágrimas he calmado
de mis martirios el recio ardor.
AMOR DE MADRE
CANCIÓN
1933
La madre de mi alma, la madre sin igual.
La estrella de mi cielo, alegría del corazón.
Por eso, cuando sufre a causa de mi mal
suspiro por su ausencia, suspiro por su amor.
Amor que no se acaba, amor que no se mustia.
Amor que se reparte como la luz del sol.
Por eso, cuando muere, nos deja tal angustia
que sentimos muy hondo la falta de su amor.
Cuando en la vida anhelo del amor, los encantos,
comprendo que sin ella la dicha es ilusión.
Por eso, cada día, la adoro tanto, ¡tanto!
Que siento que tras ella se va mi corazón.
UNA LAGRIMA
(A MI HIJA GLADYS MELANIA)
1933
De tus alegres ojos, vi una lágrima,
rodó por tus mejillas de
carmín,
al pedir que de mi amor te dedicara:
Unos versos exclusivos para ti.
Es tan grande mi amor, hija querida.
Que en lenguaje no puedo traducir,
Lo que para ti, mi pecho anida
no hay pluma que le pueda describir.
Tu endulzas de mi pena, la agonía
y alientas mi corazón en su latir.
Tú eres risa, amor y alegría.
Eres gracia y caricia en mi sufrir.
TU PRIMERA COMUNION
(PARA ENA BEATRIZ DE LEÓN)
Acróstico
1934
En la callada
soledad había
no sé qué vago y melancólico
aroma de nardos. ¡Qué ambrosía!
Blanco como tu alma se veía
el velo frágil que cubría tu rostro.
Al lado, en el altar te sonreía
tierno y sencillo, el amado esposo.
Rezaste por tu madre, una plegaria.
Y al instante, como una chispa viva
surcaste de tu madre, las entrañas.
Divina por la luz que te cubría,
envuelta en los girones de la gracia,
levantaste la vista enternecida,
en tu alma inocente se veía
otro cielo brillar como una gasa.
Nítida y resplandeciente aparecías.
HORAS LÚGUBRES
1934
Triste, las horas miro pasar.
En esta vida para mí, sin flores.
Vivo sufriendo no sé que mal,
vivo llorando tantos dolores.
Horas de pena tiene mi vida,
horas de eterna melancolía,
horas crueles que las escucha,
llena de pena, el alma mía.
Pasan las horas y cada instante,
es una nueva ilusión.
Cuento las horas como el amante
a quien desprecian su fiel amor.
TERNEZAS
(A MANUEL Y MARTA)
Pedraza, 1935
A ustedes, pedazos de mi alma,
imagen del amor y mis martirios,
dedico estas estrofas, perfumadas
con todo el calor de mi cariño.
Manuel: Tú fuiste el primero
que libó la miel de mi ternura.
Las fuentes de mi amor se abrieron
al contemplar de hinojos tu figura.
Te llevé en mi seno, satisfecha
y dar forma a mi amor sentí.
La vida de mi vida es tu silueta.
Todo mi ser se reencarnaba en ti.
Marta: La chiquitina entre mis hijos
Es tierna, dulce y siempre bondadosa
Y te siento en mis afanes. . .
amorosa.
Sé que de mi vida a la de ella penden hilos.
Ella: La tierna flor que un día
brotó de mis jardines casi en ruina.
Tan delicada y frágil. . .
parecía:
Apenas un capullo así en la cuna.
Mi amor tiene sus alas como el ave
y tiene para todos, sus ternezas.
Como arrullo de palomo es tierno y suave
y es alegre, a pesar de mis
tristezas.
HOMENAJE A LA COLONIA MARÍTIMA
(En vacaciones)
Santa Marta, 1939
Perla de océano, yo te admiro.
Diadema de los Andes, te saludo.
Morada del cenit, yo te venero.
Dispensadora de los bienes, te bendigo.
El mar en tus vaivenes te acaricia
y en su mudo lenguaje, te extasías.
Los hombres y la ciencia en su grandeza
te dieron el blasón que merecías.
Es tu lema, hacer bien a quien se llega
a tus puertas, sediento de salud.
A nada te detienes en la brega
de enseñar y formar la juventud.
La mujer que en tu seno sacrifica
la anhelada quietud de sus hogares;
tiene la dulzura que predica
su noble corazón y sus bondades.
Quiera el cielo que siempre en tus salones
resplandezca como hoy tus beneficios.
Es propio de nobles corazones,
hacer bien hasta llegar a sacrificios.
EN EL DÍA DE LA MADRE
Pedraza, 1939
Para cantarte madre, en estas horas,
en que a todos embarga la emoción,
no es posible a mi mente soñadora
siquiera reflejar mi ardiente amor.
Sólo decirte, madre que yo te adoro.
Que sin ti, la existencia es muy amarga.
Que las horas junto a ti, son un tesoro
y lejos de tu amor, pesada carga.
Feliz aquel que cuando llega el día
a su madre saluda con cariño.
La madre es la luz que siempre guía
al anciano, al joven y al niño.
DULCE MORENA
(COMO RECUERDO A EVELINA)
Pedraza, 1939
Dulce morena de tristes ojos
y alma blanca como el jazmín;
de siemprevivas hago un manojo
rogando al cielo que sin abrojos,
doquiera vayas siempre feliz.
Son tristes, tristes las despedidas
de los que amamos. ¡Ay! De verdad.
Por ser tan tristes, las despedidas
siempre nos queda alguna herida
al ver de frente la realidad.
Vas a tus lares, vuelves dichosa,
donde te esperan con ansiedad.
Yo pido al cielo, muy de verdad,
que te sonría la bella diosa
de los mortales: ¡Felicidad!
Como recuerdo de tus bondades,
hago estos versos sin presunción.
Aquí deshojo las realidades,
las azucenas, los arrayanes
de los jardines del corazón.
DISERTACIÓN
(PARA ANA OROZCO)
Pedraza, 1940
Al rítmico vaivén de la cortina,
contemplabas risueña una mañana,
a un arbusto que, puesto en una esquina
de mi casa, formaba un panorama.
Con qué clara expresión se
deslizaba
por tu inquieto cerebro aquella idea
y, con cuanta franqueza demostrabas
no poder dar color a tu presea.
La imagen de las cosas venturosas
halagan al espíritu en la ausencia.
Y, se siente que una cosa misteriosa
nos transporta y nos lleva a su presencia.
Yo sentí de tu alma soñadora
la pesada nostalgia de ese instante.
Es esta una expresión consoladora
a tu sensible corazón, constante.
MIS ANSIAS
(DEDICADO A ARIEL Y TOÑA)
Pedraza, 1940
¿Qué es el amor? Un hado misterioso
que a la vez nos hiere, nos subyuga.
Nos hace, aún pequeños, ser colosos
y, sin alas nos eleva a las alturas.
Es a veces: tan tierno, tan sensible
que el menor movimiento lo macera.
Y, a veces: Es tan grande, tan terrible
que ni el mar lo disuelve en su cantera.
Que tenga vuestro amor las tiernas alas
de la pureza. Que os eleve a las alturas
y que os vistáis con sus tiernas alas.
Que todo lo que os hiera sea dulzura.
Que sea grande y terrible contra todo
lo que pueda menguar vuestra ventura,
y, que si lágrimas vierten vuestros ojos,
sean también, esas lágrimas dulzura.
Mi pobre corazón así lo ansia.
Y aunque rotas las cuerdas de mi lira,
elevo una plegaria hacia María
la que ha de guiaros por la vida.
PLEGARIA A MARIA
Pedraza, 1940
Permite que a tus plantas deshoje, madre mía.
Las flores amorosas de mi sincero amor.
Son débiles mis cantos pero ante ti, María:
¿Quién no se siente atleta, genio y trovador?
Tú tienes, Virgen Santa, el bálsamo que cura
las ansias de mi alma en rudo batallar.
Y tienes en tus ojos la celestial dulzura
que calma mis angustias, que alivia mi pesar.
Yo busco tus caricias en esas manos bellas
que elevas a los cielos en busca de perdón,
por medio de esas manos que son fulgor de estrellas,
recibe paz el alma y alivio el corazón.
Yo vivo abandonada en este mundo incierto.
No tengo otra delicia sino implorar a ti.
Son muchas mis congojas, sin embargo, siento
la dicha de tenerte siempre junto a mí.
Yo soy una de aquellas por quien feliz un día
del
fango de este mundo, el Señor exoneró.
Yo soy la que a tus plantas, te dice: ¡Madre mía!
Y soy la que no tengo consuelo sino en vos.
Recibe estas plegarias ¡Oh, Madre de clemencia!
Y alcanza de tu hijo alivio a mi dolor.
Y cuando llegue, un día tocando a nuestra puerta
Dedícame un asiento allá en tu corazón.
¿VENDRÁS?
Pedraza, 1941
Días ha, que te espero y no has llegado.
Reina frágil de todos soberana.
Mi pobre corazón aunque llagado
sigue siempre esperándote y te llama.
No es posible pensar en mi amargura
que nunca has de venir a questos lares,
Abrigo esperanza, por ventura,
No me dejes morir con mis pesares.
Busco ansiosa tras esos nubarrones
que en las tardes circundan el espacio,
el final de mis penas y dolores
o el alivio del mal en que m e abraso.
En ese azul que llamamos cielo,
te pregunto en mi afán siempre infinito:
¿Es allí, donde llega nuestro anhelo?
¿Por ventura mi dolor estaba escrito?
Hada, reina o diosa no respondes.
Te grito con afán en mis desvelos.
¿Es azul ese manto en que te escondes?
¿Es ese azul lo que llamamos cielo?
SÚPLICA
AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Pedraza, 1941
Dame de tu fuego, Jesús mío.
Una chispa siquiera que incendiara
a este corazón que ya se apaga
y que en vez de tu incendio, tiene frío.
Esa tristeza con que tú me miras.
Esas delicias que en tu rostro veo.
¿No podrán efectuar este deseo
de llamarme, por favor, tu amiga?
Sí. Me dice tu boca delirante.
Sí. Me dice tu mirada pensativa.
Pero deja la tibieza, mi enemiga
y no me separaré de ti un solo instante.
Tú lo puedes, Señor. A ti me entrego.
Disipa las tinieblas de mi mente.
Abandono en tus brazos, yo mi suerte
Dispón de mí como te plazca luego.
Y, bajo tu amparo, como dueño mío.
Pongo cuatro retoños que me diste.
Y así como a la selva siempre viste
Que no les falte nunca tu rocío.
VIVE CORAZÓN
(DEDICADA A MI HERMANA RITA)
1941
Vive corazón, siempre llorando
las terribles tristezas de otros días.
Pero no desalientes que es amargo:
Vivir para sufrir sin valentía.
Sufre y espera en la justicia santa.
No depongas las armas que el vencido,
si alienta en su pecho una esperanza,
es grande y vencedor, cuando
ha sufrido.
Los pesares del mundo abruman tanto.
La orfandad de la dicha es tan amarga.
Que tenemos que hacer como los Santos:
Mirar al infortunio cara a cara.
Si injustamente nos persigue el mundo,
si pagan con maldad nuestras bondades,
apuremos con ánimo rotundo
el veneno que escanciamos a raudales.
Y si un fin bondadoso nos expone
a sufrir de la vida desencantos.
Levantemos el alma que se opone,
la grandeza del bien con el quebranto.
Y si sois, corazón, todo grandeza.
Y si tienes de Dios, la esencia pura.
¿Por qué os hace sufrir con su vileza
de los hombres, la maldad y la impostura?
No podéis, corazón desventurado.
A un tiempo, combatir dos enemigos.
Desechad los ataques del malvado
y levanta tu estandarte no vencido.
¡Vive, corazón! Siempre llorando
las terribles tristezas de otros días.
Pero, no desalientes que es amargo
vivir para sufrir sin valentía.
MIEL Y ACÍBAR
(A RAQUEL DE TAPIAS)
1942
Feliz, tú que entre llantos y congojas,
surcas airosa el mar de la existencia.
Cada rosa que tocas se deshoja
perfumando tus sienes con su esencia.
Feliz, tú, a quien dotó la
naturaleza
de gracia, de bondad, de galanura,
de gran corazón, de gentileza,
de todo lo que encierra la hermosura.
Hay martirios y dicha en tu camino.
Hay rosas y abrojos en tu senda.
Sonrisa y llanto te legó el destino,
Miel y acíbar, te dejó en ofrenda.
Tu alma que la pena purifica
y que sabe sufrir con el que sufre,
es un mar de delicias que palpita
y en su fondo, se miran los querubes.
En tu camino de martirio y pena,
pocos son los que advierten tu fatiga.
Porque llevas con gracia tu cadena
y sabe consolar, tu mano amiga.
He llorado de pena y sentimiento.
He apurado el dolor hasta las heces.
Sólo tú, a mis quejas y lamentos,
has sabido consolar distintas veces.
Lágrimas de dolor sólo he vertido
sobre tu pecho grande y generoso.
Jamás le digo al mundo que he sufrido.
Sólo tú has acallado mis sollozos.
EL CABALLO
Barranquilla, 1942
En otros años, cuando a la guerra
te lanzabas con tu señor,
admiraba toda la tierra,
tu gran coraje, tu abnegación.
En esas luchas en que valiente
interpretabas a tu señor,
te lanzabas también rugiente
para ofrecerle tu protección.
Muerto en la lucha morías con
gloria
con esa gloria que da el
valor.
En página de oro guarda la
historia
de tus proezas, el galardón.
Todo ha pasado. Tu compañero
hoy no te busca para luchar.
Va por los aires, va por el suelo
pero lo lleva la electricidad.
Hoy lo acompañas en el trabajo;
con él compartes su actividad.
Pero qué vida, tu pobre vida,
hoy no es de gloria, hoy es de afán.
Mueres llevando sobre tus hombros
el duro yugo del trabajar.
Nadie se acuerda después de todo
que fue una gloria tu batallar.
¡Pobre caballo! ¡Cómo te admiro!
Y compadezco en tu sufrir.
Vives sufriendo, vives luchando
y mueres sin gloria. ¡Qué triste fin!
LÁGRIMA Y ESPERANZA
(PARA EL ALBUM DE RUTH)
Pedraza, 1942
No importa que la suerte nos abata.
Si llevamos a Dios dentro del alma.
No importa que la vida nos combata
si en él gozamos de ternura y calma.
¿Qué son las asperezas del sendero
si ponemos en Dios nuestra esperanza?
Nada en la tierra es duradero
si sólo Él, al alma da bonanza.
¿Qué son las delicias de la vida
si termina tan pronto la jornada?
¿Por qué se llora la ilusión perdida
si la dicha del mundo es humo, es nada?
La vida es sólo sufrimiento y pena
para todos es el llanto y la miseria.
Todos somos eslabón de la
cadena
que Eva y Adán tejieron en tragedia.
Sólo Dios para el alma es verdadero
y sólo sus designios no se acaban.
Se acaba el fuego del amor primero,
tristeza y decepción, también se acaban.
Hay una fuente que en sus aguas tiene:
Dulce consuelo a quien las bebe bien.
Son aguas puras que corriendo vienen
de ojos nacidos en el mismo Edén.
Con esas aguas que el dolor arranca
se acerca la criatura a su creador.
Toca pureza en su cristal abarca
cuando es el fruto del divino amor.
Así palpamos cuando llama ardiente
hace del alma nuestro ser sentir,
por un impulso del dolor la fuente
se desborda y hace el corazón latir.
Si lleváis una pena en vuestra vida
y se os hace imposible mitigarla,
llevad la esperanza por égida
y verted por amor, alguna lágrima.
SALUDO A PLATO
Pedraza 1943
Traigo estos versos, hijos del alma,
brote espontáneo del corazón.
No ansío con ellos obtener la Palma
yo sólo quiero la aceptación.
Venir a Plato fue nuestro anhelo.
Jugar en Plato, fue nuestra ilusión.
Mirar sus calles, pisar su suelo
brindarle efluvios del corazón.
Hace dos años que esto se inicia
y se frustraba nuestro ideal.
Al fin llegamos: ¡Cuánta delicia!
Nos proporciona la realidad.
Saludo traigo a los estudiantes
y a los maestros en general.
Saludo a Plato siempre arrogante,
hospitalario y fraternal.
ELEGIA
(A MI PADRE MUERTO)
Barranquilla, 1946
No es que te quiera más, después de muerto.
No es que tu ausencia me produzca hastío.
Es que te llevo siempre muy adentro
y te quiero recordar, dulce bien mío.
Fuiste tan bueno y digno de quererte
que no puedo dejar de recordaros.
Para los seres buenos es la muerte
entre esta vida y aquella, como un faro.
Fuiste en la vida: Ejemplo de terneza.
Fuiste cuna de amor para tus hijos.
Fuiste centro de lealtad y de nobleza.
Tuviste en el cielo, los ojos siempre fijos.
Desde que te fuiste, hemos luchado
¡Con cuánta soledad en esta vida!
Pero pensando en ti, he sido fuerte.
La fuerza del amor que en mi alma anida.
¡Cuántas veces mirando tu retrato
he pensado hablarte cuál si oyeras!
Cada día que pasa, cada
rato,
me dedico a pensar en si volvieras.
Mas, tú no volverás, duermes tranquilo.
En el reposo de la vida aquella.
Como duermen los seres que han seguido
de Dios, la senda al trazar su huella.
De aquel consuelo que en la vida fuiste,
guardo en mi alma, en tu
ausencia todavía.
Y los sabios consejos que me diste
serán siempre mi antorcha, mi alegría.
CUESTIONARIO ESPIRITUAL
Pedraza, 1946
¿Qué es el amor?
Un hado misterioso a la vez
Que nos hiere, nos subyuga,
Unas veces nos transforma en colosos
Y otras, en pigmeos.
¿Qué es la virtud?
Un don de Dios y el que tiene la desgracia
De no poseerla, así se empeñan los sabios
En inculcarla, no lo conseguirán.
¿Qué es el dolor?
Es una gracia de Dios,
Porque cuando llegamos
A sentirlo nos acercamos a él.
¿Qué es la oración?
La escala por donde sube
Nuestro espíritu, para ponernos
en comunicación con Dios.
¿Qué es la resignación?
La naturalidad con que acogemos
Los designios de Dios, como son
La muerte y la pobreza.
¿Qué es la esperanza?
Un faro en lontananza, con el cual
Nos guiamos en el camino a la vida.
¿Qué es la caridad?
Un sentimiento de compasión
Hacia nuestros semejantes que
Nos abre el camino para el cielo.
¿Qué es el deber?
Una fuerza de voluntad que nos obliga
A mantenernos firmes en la línea de la vida
Con el estandarte del sacrificio en alto
Y por única defensa,
Nuestra entereza de carácter.
¿Qué es el honor?
Una cualidad que nos lleva
al estricto cumplimiento de nuestros deberes
con la cual nos granjeamos
el aprecio y la estimación de los demás.
¿Qué es la bondad?
Un sentimiento del alma con el cual
Nos encaminamos a la virtud y nos
Hace distinguir de los malvados.
¿Qué es la sinceridad?
La franqueza y liberalidad con que
Procedemos en nuestras acciones
Y nos hace acreedores a la confianza
De los demás.
¿Qué es el valor?
Cualidad que nos mantiene impasible
Ante las arremetidas de los malvados
E indispensables también para
Llegar a la virtud.
¿Qué es la razón?
El orden con que discurrimos
Los conceptos, según la capacidad
De cada uno.
¿Qué es la amistad?
Una semilla especial
Que no fructifica en los corazones
Veleidosos.
¿Qué es la felicidad?
La satisfacción que sentimos
Cuando algo bueno alegra
Nuestro espíritu y cuando esto se aleja
Ella también huye porque es efímera.
REMEMBRANZA
(EN LA TUMBA DE MI PADRE)
Cerro de San Antonio, 1946
Nunca sobre tu tumba pondré flores
Porque las flores pronto se marchitan.
Aquí sólo pondré, amor de mis amores,
Estos versos y mis lágrimas ternísimas.
NOCTURNO
(DEDICADO A MI MADRE)
Barranquilla, 1947
¡Oh, la vida! ¡Cómo pasa!
Unas veces revoltosa
Y otras veces tan serena.
Van pasando tantas cosas
Y por fin con sus hechizos,
Va llegando, va llegando
Noche buena.
¡Nochebuena y sus recuerdos!
Unas veces de alegría
Y otras veces de pesares y de penas.
Pero siempre caminando
Despacito por la vida
Va llegando, va llegando
Nochebuena.
Esta noche en que María
Con su niño tiernecito,
Nos invita generosa
A gustar de la alegría
De la noche más hermosa
De la vida nazarena.
Esta noche siente mi alma
Aunque triste, los recuerdos
Más felices de otras idas
Nochebuenas.
Nochebuena que pasada
Al rescoldo de la lumbre del hogar
Y el amor de los hermanos
Que comparten nuestras penas,
No se siente aquel vacío que notamos
Cuando lejos de la casa,
Va llegando tristemente
Nochebuena.
He pasado muchas noches
Triste y sola con el ansia de la dicha
Y el dolor de una quimera;
Pero siempre al recordarlas
Aunque triste va impregnando
Ese recuerdo del perfume de alegría
Que nota en el espacio
Cuando llega
Nochebuena.
Esta noche, estoy muy lejos
Y aunque mi alma, por la ausencia
No se siente muy serena,
Siente un júbilo saturado del perfume
De la esencia de esta noche,
Tan hermosa y expresiva,
Nochebuena.
Y mi alma se extasía
Y en el éxtasis sublime
De esta linda nochebuena,
Voy tejiendo mis amores
Para hacer con todos ellos
La guirnalda de recuerdos
Que esta noche, madre mía,
Deposito en tus cabellos.
¡ÓYEME, SEÑOR!
Barranquilla, 1947
Señor: Soy un cansado peregrino
Que luchando con las zarzas del camino,
Viene a caer en tus plantas con sus quejas.
¡Levántame, Señor! ¿Por qué el destino
se sañará en mi dolor? Si tú me dejas.
Cruzando los desiertos de la vida
Sediento, todo lleno de fatigas,
He llegado hasta ti, con mis dolores
Esperando Señor que me bendigas
Y que calmes mi dolor con tus amores.
En medio de este mar de la existencia
Náufrago y triste, solo tengo la creencia
De encontrar un refugio en tu regazo.
No me dejes, Señor, que solo tu clemencia
Mitigará el ardor en que me abrazo.
He llegado hasta ti con mis querellas
Indigno, todo lleno de miserias
A implorar de tu amor que me perdones
Pues corriendo por todas tus arterias
Va la sangre que diste a montones.
LA PORDIOSERA
Barranquilla, 1947
Siempre encuentro a una triste pordiosera
En la puerta de la iglesia, los domingos;
Que lánguida y con mirada lastimera
Me dirige sus frases de cariño.
Esa mujer que sin quererlo daña
Las fibras de mi débil corazón,
Lleva siempre tristeza en sus pestañas
Porque con lágrimas riega su dolor.
Triste y pobre mujer. Cómo la admiro
Coronada su frente de dolores
Porque retrata la faz de los mendigos
La calma del amor de los amores.
LAMENTO
(DEDICADO A PABLA DE RUIZ
COMO RECUERDO A DELIA)
1947
Hoy, hace un mes que te alejaste sola
Dejando a tu familia entristecida.
Fue tu vida fugaz como la ola
Y te encontró la muerte arrepentida.
Una sombrea, no mas, hubo en tu cielo.
Terrible sombra que amargó tu vida.
Que acabó en un instante con
tu anhelo
Y que me hace tu muerte más
sentida.
No era este mundo, el teatro apetecido
Con que soñaba tu ilusión sencilla,
Era el cielo tu ideal, noble y sufrido
Llegó tu corazón a la otra orilla.
La muerte, Delia, te cerró el camino.
La vida ingrata, te negó consuelo.
Sólo la Virgen que en tu
busca vino.
Te dará paz allá en el cielo.
A estos corazones que tú dejas,
Sumidos en el dolor y la amargura,
Acabarán su vida con las quejas
De que ya no tienen tus ternuras.
Y hoy que hace un mes que te alejaste sola
Vengo a ofrendar a tu recuerdo triste,
Mi llanto acerbo y mi letal congoja
En memoria de todo lo que fuiste.
A MI MADRE
(EN SU DÍA)
1947
Nada puede decirte que no diga,
El ansia de quererte en mis locuras,
La esencia de tu amor siempre mitiga,
La gran tempestad de mi amargura.
Quisiera en ratos de mi vida a solas,
Extraer la hiel que amarga tu existencia
Y, luego de mujer fue relicario
Que he llevado prendido al corazón.
Y no es en versos como yo quisiera
Estampar de tu amor la dulcedumbre,
Quisiera ser artista que pudiera
Pintar tu corazón como una lumbre.
Lumbre perenne que nunca ha vacilado,
Ante el empuje de huracán ni sismos;
Lumbre que a su calor se han calentado
Los helados corazones de tus hijos.
Cuando tornes de Dios a su regazo
En santa calma como has vivido,
Será esa lumbre como siempre: Lazo
Que atará los corazones de tus hijos.
NAZARENO
1947
Tú que no tienes la maldad del hombre,
Tú que comprendes el dolor ajeno
Y que consuelas sólo con el nombre
Dulcísimo y eterno: ¡Nazareno!
Ven a mi pecho a quien la pena agobia,
Ven a mi pecho como buen amigo,
Que en esta lucha en que me siento momia
Sólo me alegro cuando estoy contigo.
Yo sólo el cielo por mi bien
ansío,
Yo sólo busco tu amistad eterna,
No me abandones por piedad bien mío.
Yo tengo sed de tu piedad serena,
Yo tengo sed del agua de ese río
Que corre por el cauce de tus venas.
MIS VERSOS
1947
Amo mis versos porque son ellos
Parte integrante de mi razón;
Son mi tesoro, son los destellos
De los volcanes del corazón.
Amo mis versos, en ellos pongo
Las dulces notas de mi querer;
Si son humildes como los hongos
Llevan ternura, son de mujer.
Amo mis versos, ellos han sido
El eco triste de mis dolores
Mis ilusiones todas se han ido.
Mi vida sólo en sus ardores
Los lleva a ellos como testigo
De mis quebrantos y mis amores.
HOMENAJE DE AMOR
(A LA VIRGEN DEL SOCORRO)
1948
Pasan los tiempos y, tú, no pasas.
Siempre eres tierna para el amor
En tus fulgores siempre se abraza,
De los mortales, el corazón.
Cincuenta años, aquí, en San Roque
Cuántas promesas de amor y fe.
Tú eres la viva piedra de toque,
Dulce consuelo del padecer.
¡Cuántos dolores has mitigado!
Desde ese trono, trono de amor,
Aquí en San Roque te hemos mirado.
Generaciones que ya han pasado,
Y la presente a quien has brindado
Hecho ternura tu corazón.
LA CORBATA
(DEDICADA A MI PRIMO ADALBERTO TAPIAS)
1947
Corbatica dominguera,
Saltarina y generosa.
Tú que sabes de sus penas
Alegrías y de sus cosas.
¿Dime, alegre corbatica,
es tu dueño un embustero?
¿Se complace con tus cuitas
Y te cuida con esmero?
Ah. . . No sueñes corbatica,
Tu final es muy rastrero,
Cuando llegues a viejita
Te echará en el basurero.
A PEDRO
1947
Estos versos, escritos por mi madre, Etelvina Santander de
Chiquillo, inspirados en el dolor de haber perdido a su esposo, los pongo aquí
para recordarlos por siempre.
Aquí, en este cuartico,
Siempre unidos los dos
Consultando nuestra vida
Y creyendo siempre en Dios.
¡Qué felices nuestros hijos!
Que se iban y venían
Para nosotros era encanto
Y nada nos afligía.
Nuevas alegrías vinieron,
Cuando vinieron los nietos.
Dulzura para ti fueron
Viéndolos tan correctos.
Hoy, que triste es tu casita,
Sin ti, compañero amado.
La más desgraciada es Rita
Y, por eso, está a mi lado.
PENSAMIENTO
1947
Al copiar estos versos, se me ocurre escribir este pensamiento:
“Cuando duele el corazón, se eleva el sentimiento y, al
desbordarse, produce la mística expresión del verso.”
A LA VIRGEN DEL SOCORRO
1948
En este embravecido mar de la existencia
En que naufraga la virtud sencilla,
Eres tú, que con toda tu clemencia
Nos llevas de la mano hacia la orilla.
¡Socorro! Clama el pecador contrito,
cuando zozobra su bajel sin rumbo.
Y eres tú, el socorro que Dios quiso
Ponernos en el puerto de este mundo.
Eres socorro del que llora triste
Su gran congoja, su letal dolor,
Eres socorro porque al mundo diste
El gran consuelo del divino amor.
Tú eres socorro del triste mendigo
Que pide angustiado le den el pan;
Y, cuando dice: “¡Por Dios, le pido!”
Tuyo es el precio porque le dan.
Porque eres Reina, soberana y madre,
Del que en la tierra consuelos da.
Y eres esposa del tierno padre
Que allá en el cielo, nos va a juzgar.
Dulce socorro del alma triste
Vuelve tus ojos, en este día,
A los que vienen aquí a pedirte
El gran socorro de tu alegría.
LAS PENAS MÍAS
1948
Fueron tan hondas las penas mías.
Hondas, tan hondas como el mar.
Que por mis ojos siempre corría,
Como un arroyo que dentro hervía,
El agua amarga de mi penar.
Fueron amargas, las penas mías.
Fueron horribles como el dolor.
Fueron tan negras que no veía
Que en las tinieblas estalla el día
Cuando sentimos amor por Dios.
Y, como en medio de la tormenta,
Revienta el rayo y se hace la luz,
Así mi alma cayó en la cuenta
Que uno gime y se desalienta
Cuando le falta amor a Jesús.
Y, hoy, siente penas el alma mía,
Siente dolores y desconsuelos;
Pero, ¡Cuán dulce es la agonía
De un alma enferma que todavía,
Tiene esperanza de hallar un cielo!
Llevo un tesoro dentro del pecho
Que hace tranquilo mis tristes días
Y toda alma tiene derecho
A ese tesoro, no es un secreto,
Son tus consuelos, dulce María.
Con él se obtiene lo más hermoso
Y cuanto de grande hay en la vida.
Convierte penas en alborozo,
Con él tenemos el dulce gozo
De levantarnos en las caídas.
Hoy, en mi vida, no hay amarguras.
Todo lo endulza un sagrado amor,
Ya no hay tinieblas, ni hay negruras.
Jesús da luces con sus ternuras
A las tinieblas del corazón.
SOLDADOS DE COLOMBIA
1948
Soldados de Colombia habéis jurado,
Defender a la patria en el peligro,
Con cuanta lealtad os habéis portado
En los momentos trágicos vividos.
Colombia entera os mira complacida
De albergar en su seno generoso
Un puñado de bravos que sin ira,
Han trocado el terror en alborozo.
Seguid, valientes hijos de Colombia,
Que defendéis con orgullo su bandera,
Con brazo firme para cristalizar su historia
Que así os bendice la humanidad entera.
Juramento de fe que es patriotismo
Hiciste ante el altar de los mayores
Le demuestra el valor y el civismo
Con que habéis disipado los temores.
¡Salve, Colombia! Siempre muy amada
Cuna de hombres humildes y valientes,
Tu gloria con amor será cantada
Por este pecho que se inclina reverente.
CANTO DEL MENDIGO
1948
¡Una limosna por Dios, Amigo!
Dice el mendigo y tiende la mano.
¡Una limosna, por Dios le pido!
¡Una limosna por Dios hermano!
Y ese, su canto dulce, armonioso
Lleva arpegios de eternidad;
Porque en la vida lo más hermoso
Son esos cantos de realidad.
También ese canto es delicioso
Porque sus notas llevan amor;
De los amores, el más hermoso
Es el mezclado con el dolor.
Es con dolores que nos enseña
La Santa Iglesia, el amor de Dios,
Ensangrentado Cristo se adueña
De los dolores, por puro amor.
Así es la vida, dolor eterno,
Disimulado con el placer,
Ansia de gloria, dolor de infierno;
Duele el presente, duele el ayer.
Y el mendigo, desde la acera,
Una limosna pide por Dios.
Y el que la alarga, también quisiera,
Una limosna de compasión.
¡Cuánta dulzura ese canto encierra!
Canto del alma, canto de amor.
Que Dios pusiera sobre la tierra
Para demostrarnos su compasión.
Y el mendigo, sigue cantando,
Una limosna pide por Dios,
Hasta que llegue no sabe cuándo
al triste sitio donde nació.
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