98 años cumplirías.
Todavía sigues viva:
en el café con leche de la mañana,
en mi taza tamaño familiar,
en mis ojos ojerosos
En mi manera de ser,
en la resiliencia y en el coraje.
Pero más allá de un traje
rojo o de una canción.
Eres la más linda emoción
que en mi vida sentí.
El adiós de tu partida
todavía produce lágrimas
pero tranquila,
son lluvia de ilusión
para limpiar mi corazón.
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