martes, 24 de diciembre de 2019

Resumiendo sentimientos

Me piden que exprese en palabras mis sentimientos.  Qué locura!! No son dos o tres frases... y yo soy incapaz de resumir en dos o tres frases mi vida. Intentaré sólo por desahogo espiritual resumirlo en dos o tres capítulos.

San José
Cuando yo llegué allí recien graduada y lista para casarme supongo que Dios ya había pensado todo lo que me aportarían aquellos que conocí. De una tal Betty que no era tan buena muchacha aprendí el valor del trabajo, que no era demasiado joven ni demasiado inexperta para asumir una coordinación si tenía las dos cualidades básicas para el cargo: Capacidad de escucha y habilidad de interpretar los sueños. No los sueños que se tienen con los ojos cerrados sino los que expresas cuando hablas, cuando haces pataleta, cuando gritas, cuando te enojas y cuando lloras. Fue fundamental y nunca lo había dicho antes que todas ellas me impulsaran y me asumieran como coordinadora y soy la jefe que ellas forjaron en mi. Alicia con sus colores de cotorrita pintora, Mary Arrieta con su espiritualidad de recocha o su recocha espiritual no he podido nunca ponerla en palabras, Mary Rangel que es una espiritualidad trascendente y permanente, Martha Argumedo ejemplo de vida y superación admirable, Daira modelo de desapegos y vida, Ligia ejemplo de tenacidad y esperanza imbatibles, Marcela la reina de los libros y de las palabras precisas, Liliana Artunduaga y su tercer ojo recontra alerta y preciso siempre.

Recuerdos de un combo de señores bacanos como Augusto, Ramiro, Pacho, Ariel, Cenizo, Severo, Kike Puello, Heberth, Daimer, Carlos Chombo y Carlos Medina con quienes aprendí a ver el mundo desde la perspectiva de los hombres: Gózate día a día, asume los regaños ante tus embarradas, hazle caso al jefe que siempre tiene la razón, si no puedes hacer dos o tres cosas al mismo tiempo no es malo, ni es que tienes una trastorno de atención es simplemente que eres hombre.

De los menores aprendí también... veían la vida tan distinto a mi y me hacían sentir tan mayor y de experiencia. Había en ellos una ligeresa de espíritu que no tenía remordimientos por lo que no hice, ni había resentimientos por lo que no hicieron los demás, ni había cargas ajenas sobre sus hombros. Solo su vida y era tan suya que la vivían a su estilo y ritmo. Grupo singular ese con un Arcangel: Osvaldo Vides, una marimonda: Edgardo, la crítica social más elegante que yo conozco: Ingrid Manga, Arsenio y la versión de Ignacio de Chiquinquirá, una niña que era por siempre Joven Ruth Sierra,   Una Mery que es un sol, Chocosophie, Katherine y su preámbulo de cumpleaños,  Luz Elena que es mi lulu con verdades expresadas en frases jocosas.

Y aún cuando sea una cuartilla, no dice la tercera parte de lo vivido con ellos. Mi matrimonio, mi especialización, mis hijos y sus embarazos llenos de amor y alegría, Decirle Adios a mi madre y a Jaqueline, la muerte de un niño Marlon Rojas y de un joven Wilmer Salcedo que siempre serán lo más duro de aceptar en mi corazón.Pero a lo que no habría sobrevivido sin la compañía y el amor de todos ustedes.


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